La liberación del Alcázar. Parte I

El día 26 de septiembre, los defensores pueden ver desde las alturas de las ruinas del Alcázar el humo de las explosiones de la lucha que está teniendo lugar cerca del pueblo de Bargas muy cerca de Toledo. Suponen las intenciones de las tropas africanas. Tomar el pueblo, cortar la carretera de Madrid (principal vía de escape republicana) y envolver la ciudad.



''Durante todo el día se oye el cañoneo lejano que confirma la creencia de que la operación consiste en tomar Bargas, al oscurecer; una batería enemiga emplazada en las proximidades de la carretera de Bargas con la de Madrid tira en dirección hacia Bargas 
lo que asegura aún más nuestra anterior creencia.''
Diario de operaciones del Alcázar - 26 Sept. 1936



En los días anteriores muchos civiles han abandonado la ciudad siguiendo las columnas de carros de los que huían de las tropas moras y sus sanguinarias represalias.


´´...los carros van tirados por un burro o una mula que se teme revienten en cuanto dan un solo paso. Pues los carros son pirámides de muebles, colchones y enseres de todos los calibres. Son los carros de la gente que huye de los pueblos cundo ve acercarse a los salvadores de España``
La guerra que yo viví - Jesús Izcaray.




toledo guerra civil

Un buen testimonio del caos en la carretera de Madrid nos lo deja el periodista y director de cine Armand Guerra, que en aquel día viajaba desde Madrid a Toledo para tomar imágenes de la batalla.


La guardia nos detiene y nos pide la documentación.
 La exhibo, la examinan y uno de ellos nos hace esta observación: 
Si vais a Toledo, tenéis que tomar la carretera de Mocejón pues por esta no podréis llegar. 
El paso de unos campesinos, con sus mujeres, niños y el ajuar colocado en el lomo de un par de mulas cansinas, me hacen comprender que algo grave ocurre. 
Le aclaro: No tenemos tiempo que perder, y nuestros chóferes desconocen la carretera que nos indicas. Queremos seguir por Olías y Bargas. 
A Olías tal vez podáis llegar sanos si apagáis los faros pero más allá no podréis.
 ¡En Bargas están zumbando! 
Se baten ya en la estación del pueblo y si lo toman, dentro de tres o cuatro horas estarán aquí.
A través de la metralla - Armand Guerra  


El día 27, sabiendo los republicanos que en pocas horas las fuerzas de Varela llegarían a la ciudad, volaron a la desesperada la última mina con su respectivo asalto a la fortaleza. Se utilizó de nuevo la gasolina para intentar incendiar los restos de la Academia y penetrar por la brecha producida por la mina siendo también este asalto rechazado por la resistencia de los defensores como los anteriores ataques.

´´Tal y como se presagiaba, el enemigo, jugándose la última carta, y ante la inminente llegada
de las columnas salvadoras, decidió volar la mina que tan precipitadamente se había venido
preparando. Una vez más su ataque sería nulo; apenas se pudo llegar hasta el lugar dé la
explosión, comprobose que la galería de la mina había quedado corta, y por tal motivo la
voladura había fracasado, ya que tan sólo se llegó a producir un embudo destinos treinta metros
ancho, y unos cuatro de profundidad, sin causar más perjuicio ni conseguir ni una sola baja.``
José María Barranco Gil - La defensa del Alcázar de Toledo.





Las baterías de artillería de San Servando apuntaban hacia Bargas y la carretera de Madrid por donde los sublevados venían a liberar a los sitiados, algunas piezas ya estaban siendo desmanteladas y cargadas en ferrocarriles y camiones desde días antes. Con la toma de Bargas y cortada la carretera de Madrid por Ben Mizzian, los sitiadores se convertían en sitiados.



´´El polvo que levantan los obuses nos hace toser y nos escuece los ojos. Pero hay que estarse aquí.
La carretera está batida, no hay forma de volver a Olías y a la cima del terraplén no se puede uno asomar sin que le vuelen la cabeza``
La guerra que yo viví - Jesús Izcaray.


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Tropas republicanas en el margen de la carretera de Madrid.

La mayoría de fuerzas republicanas se fueron retirando desde el día 25 y 26 en dirección Aranjuez (la carretera de Madrid estaba ocupada por las tropas de Varela desde el día 26) por el puente Alcántara y las carreteras de Algodor y Mocejón bajo fuego de ametralladora y fusilería de los propios defensores del Alcázar.






El asalto a la ciudad por parte de los regulares y legionarios comienza el día 27, descienden desde Bargas para tomar las alturas próximas al cementerio y la zona de Buenavista y envolver por el este a las fuerzas que allí ocupaban las posiciones defensivas republicanas de los grupos que se quedaban para defender Toledo bajo las órdenes de Asensio Torrado.

Sixto Agudo, el jefe de JSU toledano, se encontraba defendiendo esta zona:


''Moros y legionarios se acercaban a las posiciones. La moral de combate de las fuerzas republicanas era buena. El plan de fuegos establecidos dominaba toda la extensión de la Dehesa de Buenavista, el Campo de Tiro y la Escuela Central de Gimnasia. hasta la carretera de Ávila. La Compañía del Teniente Castillo cubría la parte derecha del cementerio 
hasta la carretera de Madrid. (...). No disparaban. Avanzaban en silencio. Ya al alcance de nuestros fusiles, tras las voces de ¡Preparados! ¡Fuego!, las ametralladoras disparaban ráfaga tras ráfaga. El suelo quedó sembrado de muertos y heridos. Un griterío ensordecedor nos anunció que el enemigo se lanzaba sobre nosotros en tromba, a pecho descubierto. 
A la derecha también se oían los disparos de los fusiles y el tableteo de ametralladoras.'' 
Por qué se perdió la República - Sixto Agudo Blanco 


Pero el avance de las tropas moras y legionarias con el apoyo de la aviación y las tanquetas ligeras rebasaron las posiciones republicanas y estas fueron retirándose hacia la Plaza de Toros, la Escuela de Gimnasia y el Hospital de Tavera donde los milicianos resistieron los ataques rebeldes con gran valor. Al caer el Hospital, los moros asesinaron a los enfermos, heridos y personal médico, lanzando granadas de mano por las ventanas. 

Líster también se encontraba en Toledo junto a varias compañías del V Regimiento:


''Se combatió casa por casa, en cada escalera, cada habitación, empleando más la bomba de mano que el fusil. Hacia mediodía y mediada la tarde, una docena de aviones enemigos bombardearon diferentes puntos de la ciudad.''
Memorias de un luchador - Enrique Líster


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Fotografía aérea de Toledo a finales de septiembre de 1936

"El comandante Mizzian y el teniente coronel Barrón liquidaron la resistencia de las posiciones comunistas en la Vega. Se luchó en las calles; pero la retirada de los rojos desde el sábado por la noche, por el puente de San Martín, se convirtió en franca huida. 
En el Miradero hubo intenso tiroteo que fue sofocado por los nuestros."
  De Sevilla a Madrid por C.G. Ortiz de Villajos.


Los sitiados en el Alcázar podían ver perfectamente la retirada de los republicanos y como sus libertadores estaban más cerca de Toledo. Era cuestión de horas que tomaran la ciudad. 


"Pero nada podía detener ya a los liberadores; pronto vieron cómo se combatía en la hermosa
vega toledana, y extendiéndose hacia la derecha marchando a la conquista por audaz asalto de
las Covachuelas, así como el cementerio, en donde grupos de milicianos se batían en retirada.
Era una retirada cuya falta de mandos se evidenciaba desde las posiciones alcazareñas,
incapacidad que se vino observando a lo largo de todo el asedio y que demostraba como los
mismos hombres —ya que todos eran españoles— podían reaccionar de distinto modo, y llevar
adelante una empresa de tal envergadura, según fuera la mano conductora de unos y de otros."
José Mª Barranco Gil - La defensa del Alcázar de Toledo.


En la noche del 27, aprovechando la oscuridad, un tabor de Regulares logró romper las débiles defensas por la parte este, cerrándose de nuevo el cerco detrás de ellos para contener el resto del ataque. Los regulares alcanzaron el puente Alcántara por la barrancada del Tajo y consiguieron entrar en el Alcázar y tomar contacto con los defensores. Dentro del Alcázar, el sonido de tropas acercarse creó un cierto nerviosismo, pues aún existía la posibilidad que las fuerzas republicanas que aún quedaban por los alrededores les sorprendieran aprovechando la situación.

"¿Quién vive?
Una voz emocionada y fuerte respondió a la pregunta:
¡Fuerzas de España! ¡Somos los Regulares de Tetuán!``
´´Todos fueron abandonando sus puestos, surgiendo de la sombra de las ruinas, con el fusil al
brazo, para verles trepar, por entre los escombros de la explanada norte, con el pisar ligero y-
los gritos de alegría que eran claro exponente de su identificación con los sufrimientos, allí
padecidos ampliamente y compensados aquel instante glorioso, único..."
José Mª Barranco Gil - La defensa del Alcázar de Toledo.


Cuesta del Alcázar con las tropas de Varela ya en la ciudad.

Esa noche, los regulares pernoctaron con los sitiados por última vez. La emoción y el jubilo reinó durante toda la madrugada. Esperando hasta el 28 por la mañana para abandonar el Alcázar y unirse con el resto de fuerzas de Varela. 

El caos y la desorganización reinaban en Toledo en las últimas horas del día 27. La desbandada era general por parte republicana y en las carreteras de Mocejón, Algodor y la salida de la ciudad por el puente Alcántara donde había una auténtica procesión de coches, camiones y todo tipo de vehículos y hombres a pie huyendo de Toledo. La carretera del Valle y los cerros estaban batidos por las alturas del Alcázar que disparaban a los huidos con el cañón del 7. Muchos, ante la desesperación, saltaban a las aguas del Tajo donde se ahogaban por las corrientes.


"El cañón de montaña de 7 cm. que estaba emplazado en el sótano frente a la Puerta de Capuchinos fue trasladado a la Biblioteca de Caballería, desde donde se batió el camino de Algodor y la carretera de Mocejón, por donde el enemigo se retiraba."
Diario de Operaciones del Alcázar de Toledo - Día 27 Septiembre 1936.


Armand Guerra llega a Toledo y se acerca junto a sus compañeros camarógrafos y fotógrafos al sindicato de CNT en la calle Núñez de Arce, donde hay gran confusión y se está empezando a empaquetar todo y guardar los archivos en los sótanos. La artillería rebelde dispara cerca y mata a varios hombres. Huyen de la ciudad por Mocejón y llegan hasta Aranjuez donde las tropas republicanas que han huido intentan reorganizarse.

La confusión es tremenda, los milicianos también intentan huir por el puente San Martín al oeste, por donde Burillo también se ha retirado con sus fuerzas. Líster es protagonista de estas últimas horas antes de caer la ciudad. El miedo a ser cogidos por las tropas moras corre entre los republicanos.



´´Hacia la media noche del 27 al 28, cuando estaba reconociendo nuestras posiciones alrededor del Alcázar, vinieron a decirme que en el puente de San Martín había lío entre el destacamento que yo había colocado allí y grupos de milicianos y Guardias de Asalto que querían marcharse de la ciudad. Salí rápidamente para allá y me encontré con un regular follón, los unos querían cruzar el puente y los otros les amenazaban con dos ametralladoras que yo mismo había hecho colocar a la salida del mismo. El que mas chillaba era un capitán de Asalto que a toda costa quería imponer su autoridad para salir pitando. Me dirigí afeándole su conducta. 
En ese momento oigo un tiro a mi espalda y vuelvo rápidamente la cabeza para ver caer, casi sobre mi, a un sargento de Asalto al que mi ayudante le acaba de pegar un tiro en la cabeza en el mismo momento en que el otro se disponía a disparar sobre mí por la espalda.
Desde ese momento se terminó toda discusión: los que estaban dispuestos a seguir combatiendo volvieron a la ciudad y los otros fueron desarmados y degradados los que tenían algún grado.``
Memorias de un luchador - Enrique Líster 


La mañana del 28, comenzó el asalto definitivo a los focos republicanos en la ciudad imperial. La Fábrica de Armas cayó en manos rebeldes y entraron en el casco antiguo luchando por las calles. Rápidamente se ocupó Toledo, salvo los núcleos que resistieron dentro como el Seminario, la residencia de los Hermanos Maristas, Palacio Arzobisbal, etc. Los últimos milicianos en abandonar fueron los de Líster que lo hicieron por el puente de San Martín cubiertos por ametralladoras y artillería posicionados en los cerros.



El general Varela en el puesto del Paseo del Miradero después de ocupar Toledo.

''A las 6 salen del Alcázar la Compañía de Regulares y la 5ª Bandera a ocupar los objetivos designados por su mando y conforme avanza la mañana, van llegando las distintas fracciones de la columna. Sobre las 10, entra el General Varela, que recorre todas las dependencias. 
Un sacerdote viene con la columna, dice misa en los sótanos.
La Plana Mayor se traslada al Hotel Castilla, y allí empiezan los trabajos de organización de la Capital en sus distintos aspectos, que después se extenderá a la Provincia.''
Diario de Operaciones del Alcázar de Toledo. 28 de septiembre de 1936.


Recreación de la entrada de tropas franquistas en Toledo por la zona del Hospital de Tavera.
Al fondo se puede ver el ábside del antiguo Hospital de San Lázaro. 

El general Varela acompañado de sus tropas toma Toledo y llega al patio central del Alcázar poniendo fin a 70 días de asedio.


Hotel Castilla en la plaza de San Agustín (actualmente Tesoreria de la Seguridad Social).

Defensores después de su liberación.

Moscardó, Varela y Franco el 30 de septiembre de 1936 en el Alcázar de Toledo. 

Noticiario Luce sobre la liberación del Alcázar donde se escenifica la toma de Toledo y aparecen imágenes de algunos prisiones.






Las bajas

Las bajas de los sitiados dentro del Alcázar, añadiendo soldados y civiles, muertos en acción o por causas naturales, oscila entre 90 y 120 aproximadamente según los diferentes datos y textos.



Por el bando republicano no existe un recuento de bajas oficial ni nada parecido salvo algunos testimonios escritos de testigos directos. Durante la defensa y posterior toma de Toledo por las tropas de Franco, las detenciones y ejecuciones en las semanas siguientes, elevó el numero de bajas.

Camilleros en la cuesta del Alcázar (actual cuesta de Carlos V).






En el Paseo del Miradero, puesto de mando republicano y principal zona de organización, los camilleros y las ambulancias recogían a los heridos de la primera línea, en Santa Cruz y Zocodover. 



Retirando a los heridos.

En este vídeo podemos ver el traslado de heridos en la plaza de Zocodover y el museo de Santa Cruz en septiembre de 1936: 




Las minas. 18 Septiembre 1936

Hoy hace 77 años de este importante hecho y vamos a tratarlo desde los diferentes testimonios de ambos bandos.

Diario de Operaciones del Alcázar de Toledo
          18 de Septiembre de 1936

A las 6,31 cuando llevaban disparadas 36 granadas, se oye una detonación más fuerte seguida de muchísimo humo negro, que invadió todos los locales, y hace creer a todo el mundo ha sido un cañonazo en sus inmediaciones; se comprueba acto seguido ha sido la explosión de dos minas, que ha derribado el Torreón S. O. y casi toda la fachada O., más todas las casas de los frentes O. y S. en su mitad derecha.




Después de varias semanas de perforación, los dos túneles para ambas minas ya están listos. Los motores de las perforadoras siguieron funcionando para despistar a los defensores que, conociendo perfectamente los trabajos de perforación, podían calcular más o menos cuando sería el momento indicado que harían explosión las minas.


´´Del primero al último de los defensores, llevaban desde la noche anterior esperando el
momento temido. Hacía unas horas que los trabajos subterráneos habían terminado. Habían
cesado las explosiones de los barrenos, todo ruido, ya no había perforación, ni se escuchaba el
arrastre de los cajones con la carga mortífera de trilita.``
La defensa del Alcázar de Toledo - José Mª Barranco Gil.


Voladura de las minas el día 18 de Septiembre de 1936.
*Explosión en maqueta para la película Sin Novedad en el Alcázar.


En el mes de agosto se habían comenzado las perforaciones de los túneles llevados a cabo uno por anarquistas de la CNT y otro por la UGT.


"Para mayor eficacia y ganar tiempo se puso en competencia un grupo de perforadores de la UGT y otro de la CNT, los cuales, alternándose día y noche, no descansaron durante 25 jornadas completas. La rivalidad de los dos grupos tomó carácter deportivo, arbitrado por el comandante de los Mozos."
Los rehenes del Alcázar deToledo - Luis Quintanilla.






La orden de maniobra después de la explosión, consistía en atacar por dos sectores. Por el norte, atacaría una compañía de guardias de asalto y un batallón de las Milicias de Toledo a las ordenes del comandante Madroñero y por el sur, los guardias de asalto bajo el mando del comandante Torres así como varios batallones de milicianos. La población civil fue evacuada de madrugada a las afueras de la ciudad y fueron espectadores desde los montes y cigarrales que rodean Toledo de la explosión y el posterior asalto. 

Dentro del Alcázar, los defensores en los puestos de observación contemplaron la evacuación. sSabían que poco tiempo quedaba para la explosión de las cargas bajo el subsuelo de la fortaleza.



"Toda la población no combatiente alcazareña dormía en aquella hora. 
También lo hacían los que habían terminado su turno de servicio hacía pocas horas. 
El resto estaban en pie, anhelantes y plenamente conscientes 
del momento que les estaba designado vivir."
La defensa del Alcázar de Toledo - José Mª Barranco Gil


Los defensores en alguna salida nocturna habían intentado paralizar los trabajos de la mina que se encontraban en la calle Juan Labrador.


"Los participantes en la salida llevaron instrucciones
concretas, incendiar y destruir la casa de la calle de Juan Labrador; para ello portaban seis
Laffite, unas diez granadas incendiarias, y varias botellas de gasolina con un tapón de mecha dispuesto a prenderse en el momento del lanzamiento."
La defensa del Alcázar de Toledo - José Mª  Barranco Gil.



Largo Caballero y los principales dirigentes del gobierno acudieron a la cita de la explosión de la mina así como un buen número de corresponsales de prensa nacional y extranjera.


Fragmento de prensa de The New York Times.

A las 6:30 de la mañana  la artillería seguía actuando sobre la fortaleza hasta que pasados unos minutos las baterías de Carrero en la dehesa de Pinedo dieron alto el fuego.



"Todos miramos con detención al Alcázar. Sentimos una especie de trepidación atmosférica, de repente vimos, en la parte interior próxima al oeste, un agudo reflejo luminoso que se envolvió de humo negro, llegando hasta nosotros el prolongado retumbar de un trueno."
Luis Quintanilla - Los rehenes del Alcázar de Toledo


"Toda la mole de piedra pareció conmoverse, como si fuera a estallar en mil pedazos. El
humo denso y acre permitió a poco ver cómo, después de aquellos minutos horribles, la vida
continuaba en torno a ellos. El milagro se había producido .
Entre las piedras y los hierros retorcidos, surgía la voz del compañero, del amigo,
consolidando el gozo de un momento insuperable bajo todos los aspectos. Fueron unos instantes
en que todo se confió a la improvisación. Todos estaban en pie de guerra y por primera vez,
aquellas mujeres que salían de los sótanos a la luz de un día manchado por el odio, cooperaron
en trabajos que nunca les había sido permitido llevar a cabo."
La defensa del Alcazar de Toledo - José Mª Barranco Gil.




Entre diez y veinte minutos después de las explosión y extinguido el humo que ocultaba los restos, los republicanos se lanzaron al ataque cautelosamente, el silencio daba a imaginar que los sitiados habían sido aniquilados o que habían perdido toda iniciativa de defensa.


"El enemigo llegaba fresco y bien pertrechado, para lanzarse por entre los escombros del
torreón noroeste y, procedentes del zigzag, coronar aquel punto. Llovían sobre los defensores las
granadas lanzadas por el techo de las galerías y de las habitaciones del frente Oeste, y hacía
falta emplear todo nuestro coraje para conseguirlo."
La defensa del Alcázar de Toledo - José Mª Barranco Gil.



Los escombros del torreón sudoeste fueron un obstáculo para los atacantes y un parapeto perfecto para los defensores que se escondía y abrían fuego desde ellos. El ataque fue un completo fracaso pues aunque los milicianos llegaron a tomar algunas partes y estancias del edificio, los sublevados contraatacaban retomando las posiciones perdidas. Cuando se había conquistado bastante terreno y en el interior del Alcázar ya se posicionaban grupos de asaltantes, llegó una inexplicable orden de retirada para dejar que la artillería abriera mas brechas por donde asaltar los restos del edificio. Los milicianos se retiraron con el miedo de ser alcanzados por su propia artillería perdiendo así las magnificas posiciones que habían conquistado. La orden partió del comandante Germán Madroñero ,que mandaba el grupo de asalto norte y resultó ser un saboteador en zona republicana durante toda la contienda. Faltan solo 9 días para la entrada de las tropas de Franco en Toledo.

En este vídeo se puede ver la voladura de la minas con imágenes de ataques desde Zocodover y Hospital de Santa Cruz.

Aquí también podéis encontrar muy buena información sobre este día 18: 

Milicianos en Zocodover (II)

Las salidas nocturnas de los defensores hizo que se colocaran en el mes de agosto unos potentes reflectores en Zocodover, plaza de la Magdalena y más tarde desde el Castillo de San Servando que iluminaban toda la fortaleza y sus aledaños.


"....puesto que en Zocodover empezaron a funcionar aquella noche unos potentes reflectores, 
que iluminando la cuesta del Alcázar, 
dificultaban notablemente todo movimiento nocturno por allí."
La defensa del Alcázar de Toledo - José Mª Barranco Gil.


Milicianos disparan desde las ventanas del Hotel Domus, antes Fonda Nueva en la plaza de Zocodover.


Los milicianos conocedores ya de la aproximación de las columnas de Varela que se habían desviado hacia Toledo en su camino para tomar Madrid, aceleraron los trabajos subterráneos para la colocación de las minas. El paqueo se hacía más intenso ahora incluso por la noche gracias a los reflectores, el movimiento de milicianos ansiosos de entrar y sacar a los rebeldes era incesante.


Milicianos en la plaza de Zocodover . Septiembre de 1936.


Plaza de Zocodover

Las columnas de los soportales de la parte sur de la plaza se utilizaron como protección contra los disparos de los defensores. Cuesta imaginar que hace tan pocos años, la plaza de Zocodover fuera primera línea de un frente de guerra.



Milicianos en Zocodover - Cuesta del Alcázar  (actual Cuesta Carlos V)


Miliciana en Plaza de Zocodover - Travesía Barrio Rey 

"La observación acusó la entrada de unos autos, al parecer con reflectores, lo que así fue, pues sobre las 21 emplazaron unos que iluminaban todo el Alcázar desde el N., suponiendo seria para tirar de noche, como fue así efectivamente."
 Diario de operaciones del Alcázar de Toledo 
9 Septiembre de 1936.


Milicianos en Zocodover (I)

Ya sabemos que la Plaza de Zocodover siempre ha sido el centro neurálgico de la ciudad de Toledo durante la mayor parte de su historia. Actualmente el comercio, los turistas y la celebración de diferentes festejos en la ciudad son los protagonistas en la plaza pero en el verano de 1936 todo se detuvo para dejar paso a las explosiones y las descargas de fusilería.

Los vehículos auto-ametralladoras Mod. Bilbao 1932 que vinieron con Riquelme desde Madrid en los primeros días, llegaron a la plaza de Zocodover después de la retirada de los rebeldes del Hospital de Tavera. Con una torreta dotada de una ametralladora Hotchkiss de 7mm y una capacidad de 7 guardias, era el vehículo reglamentario de las fuerzas del orden público.



Carro auto-ametralladora Mod. Bilbao 1932

Aquí podemos ver como los carros fueron aparcados en la parte norte de la plaza, protegidos de los defensores que disparaban desde las ventanas del Alcázar. Los vehículos se movían por la plaza en puntos estratégicos para abrir fuego contra los restos de la fachada norte y oeste.  





Guardias de asalto protegiéndose tras un carro auto-ametralladora Mod.Bilbao 1932 en Zocodover.


Auto-ametralladora Mod.Bilbao 1932 en la Plaza de Zocodover.

Miembros de una dotación de una auto-ametralladora en la Plaza de Zocodover.
(*Fijarse en el camuflaje del vehículo)

En esta fotografía podemos ver un carro y los cadáveres de sus tripulantes en una cuneta de alguna carretera de Toledo durante la retirada republicana desde Talavera hacia Toledo. 




En este magnífico blog dedicado a los vehículos y blindados de la guerra civil española podéis ver un montaje en vídeo sobre la auto-ametralladora Bilbao en el asedio del Alcázar de Toledo. (Es el sexto vídeo).