El 4 de septiembre de 1936, Francisco Largo Caballero asume la jefatura de Estado tras la dimisión del gobierno de José Giral, reservándose también la cartera del Ministerio de Guerra. Las columnas africanas habían tomado Talavera el día 3 y Largo Caballero intentó rápidamente organizar los frentes y las milicias, rodeándose de militares profesionales para detener los avances sublevados.
En Toledo, el gobierno necesitaba acabar con el asedio del Alcázar con todos lo medios posibles y poder enviar el mayor número de tropas al frente de Talavera. La artillería conseguía derribar el torreón noreste ese mismo día 4 y el noroeste cuatro días después. Desde Santa Cruz se lograba incendiar parte del edificio del Gobierno Militar, pero estas acciones no eran suficientes para conseguir tomar la fortaleza.