El miliciano desconocido

Una de las fotos más sorprendentes es la de un miliciano (¿guardia de asalto?) disparando a las ventanas del Alcázar desde la columna de los soportales de la plaza de Zocodover donde actualmente se encuentra el bar ''El Foro'' y McDonald´s. Observando la foto apreciamos cómo el miliciano, ataviado con un mono, alpargatas, correaje y cartucheras lleva un casco Modelo 26 "con ala". La sorpresa es que este miliciano lleva el casco ¡al revés!.


Foto 1






Casco Modelo 26  "con ala"


Estos cascos fabricados en 1926 en la Fábrica Nacional de Artillería de Trubia eran de acero y pesaban 1,5 kg. Durante la guerra civil su uso fue muy común en bandos. 


En otras fotografías podemos encontrar otro personaje, posiblemente el mismo, con el mismo casco mal colocado y mirando al fotógrafo. En esta imagen aparecen varios personajes alrededor de una mesa comiendo. Es una típica escena del verano de 1936, con milicias y miembros de las fuerzas de seguridad, en una aparente tranquilidad de la situación bélica. 

Foto 2

Si nos fijamos bien en el miliciano justo encima del puchero lleva un casco Modelo 26 también al revés. Justo a la derecha de la foto sentado en la mesa, aparece otro personaje con el mismo modelo de casco y en posición correcta.




Analicemos al miliciano en las dos fotografías:
Foto 1                                                                   
Mono                                                              
Correaje y cartucheras    
Fusil Mauser                                                                                            
Camisa ¿blanca?    
Casco Modelo 26

Foto 2
Mono                                                                        
Correaje y cartucheras    
Fusil Mauser                                                                                            
Camisa ¿blanca?    
Casco Modelo 26

Las fotos son tomadas el mismo día en Toledo por Albero y Segovia (Félix Albero y Francisco Segovia). Las coincidencias son muy grandes, pero no podemos estar completamente seguros que sea el mismo. Podemos imaginar mil historias sobre él y el uso del casco al revés, aunque es posible que nunca conozcamos la identidad de este miliciano desconocido.

Por último, dejo este testimonio de los primeros días de agosto de 1936 que nos da Luis Quintanilla en su libro Los rehenes del Alcázar de Toledo. El pintor llegó a Toledo para recoger 5 camiones que él mismo había ordenado enviar desde Madrid con una compañía de unos ciento cincuenta hombres.

"En el camino desde la plaza, pasamos delante de una taberna en la que el bullicio llegaba a la calle. Los milicianos se apelotonaban, hablaban todos a la vez, reían y cantaban: era la hora del día que se repartía cerveza fresca y la comida abundaba."



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