A las 7 de la mañana un sección de infantería junto a varios guardias civiles y a la cabeza el capitán Vela Hidalgo, salen del Alcázar hacia las principales plazas y calles para pregonar la proclamación del estado de guerra. Minutos antes, ya se había leído el bando en el patio central de la Academia. Se ordena detener a los dirigentes políticos y sindicalistas mas significados solo deteniéndose al maestro de la cárcel, Francisco Sánchez López.
Se distribuyen fuerzas por la ciudad, ocupando puertas, puentes y los principales puntos y edificios significativos. En la Fábrica de Armas, el coronel Soto no pudo evitar que se cargaran las municiones en cinco camiones de los llegados junto a la guardia civil siendo transportadas hacia el Alcázar.
En sustitución del gobernador civil, Manuel María González, quien dimitía en el cargo y se encerraba en el Alcázar junto a su familia, se nombró como nuevo gobernador a Justo del Pozo Iglesias, notario toledano.