Robert Capa en Toledo

El análisis y la investigación sobre fotografías de la guerra civil tratando de comprender la historia que reflejan, localizar el sitio exacto donde fueron hechas e incluso dar nombre a los protagonistas que en ellas aparecen es una difícil tarea si desconocemos  las descripciones y las fechas exactas. Muchas veces en el estudio sobre un tema específico, por casualidad y por pequeños detalles, aparecen nuevas pistas que arrojan mas incógnitas a nuestra labor.
Para explicar esta investigación os pongo en situación partiendo desde el fatídico verano de 1936.



A principios de septiembre, Robert Capa y su compañera Gerda Taro pasan por Toledo en su viaje hacia Córdoba para cubrir los combates de la zona. En la ciudad conocen la intención de volar el Alcázar mediante minas subterráneas para acabar con el asedio, pero aún faltan 2 semanas más para terminar los trabajos. Buscan grandes acciones donde poder tomar imágenes del triunfo del ejército republicano contra las fuerzas sublevadas y en Toledo no encuentran nada de eso, así que deciden continuar su camino hacia el sur de la península. El día 5, Capa tomará su famosa fotografía del miliciano abatido por una bala en Cerro Muriano (en realidad, se trata de Espejo) en el frente de Córdoba.





Joven miliciano en la Plaza de Zocodover.
Fotografía de Robert Capa. (Magnum Photos)

El día 18 de septiembre a su regreso del frente cordobés, los dos jóvenes están de nuevo en Toledo, situados en los cerros cercanos a la ciudad para cubrir la voladura y el posterior asalto a la fortaleza.
Seguramente Capa y Taro se acercaron a la ciudad durante el asalto o ya terminado este. Estuvieron en el Museo de Santa Cruz donde al otro lado de la calle se encontraba el Gobierno Militar ocupado por fuerzas sublevadas. El asalto no tuvo la efectividad que se esperaba y no se pudo terminar con el asedio ese día 18. La única foto conocida de Robert Capa en Toledo hasta ahora era la de un joven miliciano en la Plaza de Zocodover muy cerca de la calle Santa Fé. Los pocos detalles de estas dos fotografías han dado la posibilidad de localizarlas y poder estudiar la historia que hay en ellas.


Guardias de Asalto en un balcón de Santa Cruz .
Magnum Photos PAR115320 by Robert Capa.

En la primera fotografía (PAR115320 Magnum Photos) , se ve a varios guardias de asalto parapetados en una barricada mientras dos de ellos manejan una ametralladora Hotchkiss de 7 mm. En los sacos terreros se puede leer Valderrivas, muy utilizados en las barricadas toledanas durante el asedio. Una columna blanca parece dividir la barricada en dos partes. El fondo y  la ametralladora, ligeramente inclinada, dan la sensación de que se encuentran a una cierta altura. La descripción oficial sitúa la fotografía en nov-dic de 1936 en Madrid cerca de Ciudad Universitaria y describe a los protagonistas como miembros de las Brigadas Internacionales. Otras fotografías tomadas desde la misma barricada pero desde diferente ángulo, como la portada de Mundo Gráfico del 23 de septiembre de 1936 o las que se encuentran en la Colección Vincent Doherty,  despeja las dudas y confirma que la fotografía está tomada desde uno de los balcones laterales del antiguo hospital de Santa Cruz. Estos balcones controlaban la Cuesta del Carmen (actual calle Cervantes), el Gobierno Militar y  la cuarta cuadra (zona cercana donde se aprovisionaron los defensores del trigo).


Balcón de Santa Cruz en la actualidad.

Foto Videa portada de Mundo Gráfico 23/9/36
Balcón de Santa Cruz.

Balcones laterales de Santa Cruz a la derecha. Se puede ver toda la zona controlada desde la posición.
Fotografía de posguerra. 

La segunda fotografía (PAR115111 Magnum Photos) , muestra la discusión entre dos oficiales de guardia de asalto y la atenta mirada de los milicianos que allí se encuentran. Según la descripción oficial está tomada en septiembre en Madrid y el ''interrogatorio a un oficial'' sospechoso de rebeldía contra la República. La mirada desafiante del guardia con brazalete tricolor, crea un ambiente de tensión entre ambos oficiales uniéndose a la expectación de los milicianos allí reunidos que observan boquiabiertos la escena. La fotografía, completamente natural, está lejos de las primeras tomadas por el fotógrafo húngaro en España, donde los posados estaban generalizados. Pero otra vez más, la descripción es errónea. La indumentaria de los milicianos es muy característica a la que llevaban las milicias en los asaltos contra el Alcázar. Al fondo de la imagen, a la izquierda, se puede ver a una persona por encima del resto con camisa blanca y chaleco negro y da la impresión de intuir unas escaleras. El detalle del conjunto de la escalera en el centro con elementos vegetales y la pared blanca además del fondo negro oscuro (puerta) despeja las dudas y se confirma la localización en el patio del Museo de Santa Cruz, junto a la majestuosa escalera de Covarrubias. Existe otra fotografía del Estudio Fotográfico Alfonso en la que aparecen unos guardias de asalto y milicianos junto al capitán de asalto Magán en el mismo punto del patio. Pero la fotografía de Capa también tiene una historia que hace que tenga más importancia.


¿Quién es el protagonista y de qué parece defenderse?

En la gorra de plato podemos ver la insignia del Cuerpo de Asalto y la estrella de comandante de 8 puntas. Según los diferentes relatos y otras fotografías, podemos confirmar que nuestro protagonista es el comandante de asalto Germán Madroñero López, encargado del grupo de asalto norte y de quien partió la orden de retirada a causa de la reanudación de la artillería sobre las posiciones tomadas en el asalto del día 18 de septiembre. Robert Capa tomó esta fotografía ese mismo día 18 después del fallido asalto en el patio de Santa Cruz y una de las posibles hipótesis de la fotografía es la del comandante defendiéndose de su inexplicable orden de retirada ante otro oficial de asalto y los milicianos participantes.


El comandante Germán Madroñero ante otro oficial de asalto y varios milicianos.
 Escena captada por Capa el 18 de Septiembre de 1936 en el patio del Museo de Santa Cruz.





Comandante Madroñero (detrás de Largo Caballero) y el comandante Torres (derecha) en una de las visitas del jefe de gobierno republicano a la ciudad en septiembre de 1936.

A continuación relataré todo lo acontecido el 18 de septiembre de 1936 con datos y relatos de los protagonistas de ese día para conocer la historia de las fotografías de Robert Capa.


A las 06:30 de la mañana las baterías en la Dehesa de Pinedo machacan los restos del Alcázar, el fuego cesa, se hace el silencio y tras unos minutos, la gran explosión cubre de escombros y humo la vista de la ciudad. El asalto parte desde dos puntos, el grupo norte desde la plaza de Zocodover y Santa Cruz mandado por el comandante Madroñero y el grupo sur desde el Corralillo y las calles cercanas a las ordenes del comandante Torres, ambos de la Guardia de Asalto. La orden escrita y firmada por Luis Barceló fue encontrada por las tropas de Varela cuando tomaron la ciudad:


Agrupación de asalto Norte: Comandante Madroñero
- Compañía de Asalto del capitán Magán; una compañía de guardias de asalto; CNT; capitán Rueda con una compañía del Regimiento nº2 ; una compañía de Milicias teniente Castillo; y uno de los batallones de Milicias de Toledo. Más dos blindados, 1 tanque oruga, 10 ametralladoras y 4 morteros, 1 médico, 10 camillas y 1 ambulancia. 
Agrupación de asalto Sur: Comandante Torres
- Compañía de Asalto del capitán Giner; compañía de la CNT local - Rino-; los llegados de Madrid; capitán Rubert con una compañía del Regimiento nº 2; más una seccion del Regimiento nº 1; compañía de Milicias del capitán Sediles; y el otro batallón de Milicias de Toledo. Más un cañón del 75 mm, 7 ametralladoras, 5 morteros, 1 médico, 10 camillas y 1 ambulancia. 
Puesto de mando en Zocodover: (reservas)
3 ametralladoras (alférez Garay), 1 cañón de acompañamiento, el batallón Pasionaria y un batallón del 5º Regimiento. 

Grupos de milicianos recorren las calles justo después de la explosión para tomar las posiciones de partida del asalto. Durante los primeros minutos el silencio reinaba en la zona, del Alcázar no había movimiento por parte de los defensores lo que daba a pensar que la mina había acabado con la resistencia.

Por el sur, al mando del comandante Torres, el jefe de JSU en Toledo, Sixto Agudo, tomaba posiciones junto a las compañías de asaltantes cerca del Corralillo, cuando desde las ventanas bajas de los comedores y las dependencias de Capuchinos los defensores abrieron fuego de ametralladora causando varios muertos y heridos que fueron retirados por una tanqueta blindada de Asalto. Otra compañía rodeó la explanada cubriéndose por el desfiladero del Tajo, tomando algunas casas cercanas donde encontraron los sacos de trigo del que se aprovisionaban los alcazareños. Se alcanza el muro que da paso a la segunda explanada donde se encuentra el Alcázar, muy cerca del Picadero y así tomar por la espalda a los defensores del comedor y Capuchinos. Los guardias civiles que defendían la posición ante la sorpresa de ser rodeados, huyeron por un paso subterráneo abandonando sus parapetos. 


Avance por el sur según relato de Sixto Agudo.
*Modelo 3D y renderizados Rafael Ortega.

Pero después de tomar estos importantes edificios y posiciones, llegó la inexplicable orden de retirada. 

 Al cabo de media hora apareció el capitán de infantería Máximo junto al capitán Sediles :
Traemos -dijeron- la orden del comandante Madroñero para desalojar la posición, porque va a disparar la artillería a fin de reanudar el asalto en la parte norte.

-La artillería puede disparar cuanto quiera, pero nosotros no abandonamos lo que tenemos conquistado. Decírselo al comandante Madroñero - fue la respuesta.

Sixto Agudo comenta que gracias a no obedecer dicha orden, las posiciones se mantuvieron hasta el día 27 cuando el Ejército de África tomó Toledo.
El jefe de milicias toledano acusa de ''sabotaje''  la orden de Madroñero la cual acabó con cualquier posibilidad de acabar con el cerco. Según el pintor Luis Quintanilla, por la parte sur y oeste apenas se realizó asalto serio alguno ya que el comandante Torres (encargado de esa zona) le comentó que por los escombros no se podía avanzar. Al pintor, esta actitud de pasividad le pareció sospechosa y que dicho comandante estaba del lado republicano por accidente geográfico y no por apoyo y fidelidad (Quintanilla en su libro siempre intenta restar importancia al asalto del día 18).
La verdad es que los escombros fueron un obstáculo mortal para los milicianos mal organizados y sin experiencia militar siendo un fácil objetivo a batir desde las alturas del edificio por los defensores. 


Comandante Torres en Toledo durante el asedio.  AHORA Sept. 1936

Dentro del Alcázar, los defensores que conocían las intenciones republicanas de volar el edificio mediante minas, trasladaron a los civiles a los sótanos de la parte este y el resto de los defensores repartieron elementos por el resto de edificios y zonas alejadas de la parte oeste. Después de la explosión y tras unos minutos de desconcierto, se reorganizó la defensa para repeler el ataque. Los asaltantes consiguieron llegar a las zonas mas altas de las ruinas de la zona norte donde colocaron una bandera roja. Se empalmaron tramos de escalera de madera para ir desalojando de las partes altas a algunos asaltantes que habían logrado tomar posiciones allí consiguiéndose retirar la bandera roja.


''El enemigo llegaba fresco y bien pertrechado, para lanzarse por entre los escombros del
torreón noroeste y, procedentes del zigzag, coronar aquel punto. Llovían sobre los defensores las
granadas lanzadas por el techo de las galerías y de las habitaciones del frente Oeste, y hacía
falta emplear todo nuestro coraje para conseguirlo.''
La defensa del Alcázar de Toledo - José Mª Barrancos Gil.


Luis Quintanilla se encontraba también en la Dehesa de Pinedo, se acercó rápidamente al puesto de mando en la Plaza de Zocodover.


''¿Y el asalto?- pregunté-. Ahora empieza- me contestó Barceló.
 Puedes mandar con el comandante Madroñero.''
Los rehenes del Alcázar de Toledo - Luis Quintanilla. 


Se unió al grupo norte junto a Madroñero y algunos milicianos, guardias de asalto y unos dinamiteros asturianos, se acercaron a los escombros del torreón nordeste sin peligro alguno pues desde el Alcázar no se dispara ni un solo tiro.


''El comandante Madroñero y yo ordenamos a los asaltantes parapetarse en los escombros del patio y vigilar las partes altas que quedaban de la fortaleza, suponiendo que desde ellas podían contraatacar. ''


Buscando algún hueco entre los escombros y las dependencias destruidas, Quintanilla inspecciona junto a los dinamiteros la esquina norte y este encontrando una posible entrada entre unas ventanas, justo en ese momento desde el Gobierno Militar abren fuego hiriendo a uno de los dinamiteros. Volviendo junto a Madroñero en el patio, el pintor explica que no podrán dominar el terreno si no se ''suprime'' el baluarte del Gobierno Militar.Vuelve junto al comandante y le propone batir la zona con la batería de artillería del Castillo de San Servando, Madroñero le ordena volver a Zocodover para dar a conocer la situación a Barceló (según el propio Quintanilla, la idea de que actuara la artillería salió de él mismo).


''Le propuse que la batería del 7,5 del lado del castillo de San Servando bombardease la parte este del Alcázar y abriese mas la brecha que yo vi.''


A su regreso al Alcázar para marcar el sitio para la artillería, los milicianos ascendían por los escombros sin protección ninguna pensando que no quedaría ni un solo ser humano vivo entre las ruinas del edificio después de la gran explosión. Desde el Alcázar se abrió fuego de mortero cayendo cerca del puesto de mando de Barceló hiriendo a este mismo y algunos ayudantes suyos. Según Quintanilla, la noticia de que la artillería iba a actuar sobre las posiciones tomadas se divulgó entre los milicianos creando el miedo de ser alcanzados y abandonando dichas posiciones, perdiendo así toda posibilidad de tomar el Alcázar puesto que los defensores ocuparon bien sus puestos, defendiendo cualquier tipo de proximidad entre los escombros. 
Para él, no se debió a ningún sabotaje o acto de traición, sino la falta de experiencia y organización de las milicias. Los milicianos al norte, se encontraron con la difícil tarea de ascender entre los escombros y quedaron expuestos entre dos fuegos desde el Alcázar y el Gobierno Militar. La intensidad del ataque se fue perdiendo a medida que los defensores estabilizaron sus posiciones y no se consiguió prácticamente ningún objetivo importante.


El comandante Emilio Torres que tenia buena amistad con los anarquistas pasaría al frente de Madrid mandando la columna Tierra y Libertad siendo ascendido a teniente coronel y en 1937 llegaría a Barcelona donde obtendría la jefatura de Orden Público viéndose involucrado en los Sucesos de Mayo y siendo sustituido en su cargo en junio por Ricardo Burillo. Al finalizar la guerra, en abril de 1939 se emite una orden de busca y captura por los juzgados franquistas, su domicilio en Alicante es registrado encontrándose deshabitado. En septiembre se informa sobre su fallecimiento en Barcelona pero no hay certificado que demuestre su muerte descubriéndose un error entre varias personas por el nombre parecido del acusado. Se emiten varios requerimientos en el BOE de la provincia de Alicante y la prensa sin encontrar a Torres. En 1941 se archivan sus papeles hasta su captura acusado de Rebeldía. (Seguramente el error siga siendo la duda de los tribunales ante su fallecimiento y Torres fuera fusilado en Barcelona en 1939 como indican los Tribunales de Barcelona Exp. 11489)



Libro: Justícia, no venjança: els executats pel franquisme a Barcelona (1939-1952)

Joan Corbalán Gil



El protagonista de la fotografía de Capa, comandante Germán Madroñero López, nació el 25 de mayo de 1887. Ingresó en el arma de Infantería en 1905 y tras pasar por varios destinos el 31 de octubre de 1935 es ascendido a comandante ingresando en el Cuerpo de Seguridad como jefe del detall en Barcelona. Después del asedio del Alcázar de Toledo es ascendido a teniente coronel y manda en el sector Algodor - Castillejo durante la ofensiva del ejercito de Franco para tomar Añover - Borox - Seseña en octubre de 1936.
 Sixto Agudo se encontraba en este sector cuenta:


''...los milicianos que ya desconfiábamos de él por su comportamiento en el Alcázar, le obligamos a escuchar palabras muy gruesas por nuestra parte, y más cuando nos mandó 
continuar a pie hasta Aranjuez, en pleno día y en terreno descubierto 
batido por la artillería de 15,5 desde las alturas de Añover.''
Por qué se perdió la República - Sixto Agudo


Pasa al mando de la 17 Brigada Mixta dentro de la agrupación de Burillo controlando en la batalla del Jarama el puente de Titulcia y después el de Pindoque. Existe un expediente (incompleto y poco esclarecedor) donde se acusa al teniente coronel de Negligencia durante las acciones en la batalla del Jarama. Poco después es sustituido y pasa a mandar la 103 Brigada Mixta integrada en el VIII Cuerpo de Ejército con cuartel general entre Pozoblanco y Villaharta en el frente de Extremadura.
Hasta aquí se pierde la pista de Germán Madroñero. Existen expedientes de los juzgados franquistas después de terminar la guerra pero debido a su mal estado de conservación es imposible acceder a ellos para estudiarlos sin que pueda cerrar su historial y sin saber su acusación y el resultado de esta.


Toma de posesión del capitán Escofet en el cargo de Comisario General de Orden Público de Barcelona.
Germán Madroñero al fondo a la derecha.
Foto Brangulí 1936.


** En julio de 2014, se cierra la investigación y la historia del comandante Madroñero López.
Después de pasar por varios destinos y mandar varios grupos y brigadas mixtas, es internado en 1938 por los republicanos en un campo de trabajo en Almadén hasta la liberación del campo al finalizar la guerra. Continuó preso bajo las autoridades franquistas hasta indagar en sus expedientes. Es condenado a prisión domiciliaria y después indultado. Según el resultado del proceso: ''es persona de excelentes antecedentes, afecto al Glorioso Movimiento y desde cuantos destinos tuvo en zona roja actuó con negligencia restando importancia a las actividades del ejercito marxista''.



Esta investigación sobre las fotografías de Robert Capa se publicaron en La Tribuna de Toledo el 8 de junio de 2014 (edición papel y digital).

http://www.latribunadetoledo.es/noticia/ZAD6E188F-EC24-A8C2-F3CF8E78FA6ECA12/20140608/disparos/toledanos/robert/capa


La Tribuna de Toledo 8/6/2014 págs. 20-21

Mi agradecimiento a InesGCE, Florentino Areneros y Susana Jiménez por toda la ayuda prestada.


2 comentarios :

  1. Gracias,muchisimas gracias ..Y para que no se nos repita...Yb
    .a cuantos conseguis con estas fotografías que no se nos borre el recuerdo de aquel genocidio....

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  2. Muy buena investigación. Enhorabuena.

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