Cuesta de San Justo y Pastor

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Para poder evitar las salidas que efectuaban los defensores en busca de víveres y cualquier otro material que pudiera servir de ayuda, las calles más cercanas al perímetro defensivo del Alcázar y sus edificios se cortaron mediante alambradas y barricadas. De esta manera, se completaba el cerco a la Academia.
Las numerosas calles, sobre todo al este y oeste, forman un laberinto interno que conduce a los principales centros ocupados por los milicianos toledanos como el Teatro de Rojas o el Palacio Arzobispal junto a la Catedral y el Ayuntamiento. Al norte, los espacios son más abiertos y el control del Alcázar se hace más efectivo desde Zocodover o el Museo de Santa Cruz. Al este, se cierra el sitio por el río Tajo y la barrancada que da a este mismo.
Una de estas calles es la Cuesta de San Justo y Pastor, dista del Alcázar unos 300 metros y acaba en el Corralillo de San Miguel, punto de partida de los asaltos del grupo sur el 18 de septiembre.




Vecinos en la cuesta de San Justo junto con Guardias de Asalto durante la guerra. 

La calle y su barricada de sacos terreros aparece en numerosas fotografías. La cercanía y el poco ''peligro'' que existía al moverse por la zona hizo que los reporteros se acercaran y retrataran a los milicianos que posaban para la cámara. Enlaza directamente con la plaza de San Justo y con la Catedral y la plaza del Ayuntamiento por la calle Sixto Ramón Parro. La barricada, formada por sacos terreros de la fábrica de Valderrivas como prácticamente todas las de Toledo, estaba ubicada justo al final de la cuesta, en una esquina pegada a la fachada de una casa, teniendo acceso a dichas casas por sus puertas principales y seguramente unidas unas con otras facilitando el paso de milicianos. 


Barricada en la cuesta de San Justo.
(Foto Hans Namtuh/George Reisner). 

Barricada en la Cuesta de San Justo .


A pesar de estar inmediata a la zona controlada por los sublevados, la barricada se encuentra fuera del campo visual del Alcázar y sus edificios, los milicianos posan tranquilamente para los fotógrafos y los niños y las mujeres también se acercan a la barricada sin ver los peligros de la guerra.

* El detalle de la pared en estas fotografías deja clara su localización en la Cuesta de San Justo.






Muy cerca también se encuentra la calle Juan Labrador, desde donde se comenzó a mediados de agosto a trabajar en los túneles donde se alojarían las minas que explotaron el día 18 de septiembre. Las barricadas y alambradas se reforzaron en la zona para evitar que los defensores localizaran los túneles y acabaran con los trabajos.

''Corriendo, pero de forma ordenada, atravesamos las calles que se interponían desde el punto de partida hasta el Corralillo.'' 
Por qué se perdió la República - Sixto Agudo Blanco 


El cineasta Roman Karmen en la barricada de la Cuesta de San Justo.









Cuesta de San Justo con la iglesia del mismo nombre al fondo.

Por último, os dejo una magnífica foto con las vistas a la fortaleza, tomada actualmente desde una de las terrazas de una casa de la Cuesta de San Justo. La misma imagen tenían los sitiadores que por aquel entonces disparaban desde las azoteas contra las ventanas. Desde las alturas del Alcázar se podía controlar completamente las calles y casas más cercanas así como el movimiento de los milicianos. El paqueo hacía muy difícil el movimiento entre las salas y dependencias mas altas del edificio en la fachada oeste y sur y esto hizo que se cubrieran las ventanas con sacos y elementos del mobiliario.

Fachada sur del Alcázar desde una casa de la Cuesta de San Justo 


Situación del asedio y las principales barricadas y alambradas en las calles cercanas al edificio. 



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