¿Quién es quién? Corresponsales, militares y otros curiosos en las ruinas del Alcázar de Toledo (1936)
A las diez de la mañana del 28 de septiembre de 1936, la ciudad de Toledo quedó en poder de las tropas del general Varela. El asalto, que apenas se prolongó durante algo más de veinticuatro horas desde el norte, logró desalojar las defensas republicanas en torno a la población. Al día siguiente, el general Franco entraba en las ruinas del Alcázar junto a soldados y oficiales, ademas de los corresponsales de prensa que deseaban captar las primeras impresiones tras el largo asedio.
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El general Franco se dirige a las tropas y a los defensores del Alcázar tras acabar con el asedio. Fotograma HMN. |
Los periodistas y reporteros gráficos que acompañaban a las tropas del Ejército de África no solo elogiaron el rápido avance y el auxilio a los defensores del Alcázar, sino que también relataron y documentaron las duras escenas observadas en las calles de Toledo sobre la brutal represión ejercida en la ciudad. Muchos de los presentes, extranjeros en su mayoría, quedaron olvidados durante años, y hoy podemos recuperar su labor gracias a la documentación audiovisual conservada (principalmente diferentes fotografías y los brutos de la Hearst Metrotone News). Vídeo completo aquí a partir del min. 5:28.
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Ascenso por los escombros del Alcázar de los corresponsales extranjeros. HMN. |
La primera escena dura pocos segundos, pero no puede tener más fuerza. Mientras con peligro, y ascendiendo lentamente entre los escombros, dos guardias civiles defensores del Alcázar están en lo más alto observando al grupo de periodistas que se acercan a las ruinas.
De manera inicial, conviene destacar la presencia de los dos principales oficiales de prensa encargados de supervisar y orientar a los periodistas desde agosto de 1936. Al frente del grupo se encontraba Luis Bolín, jefe del Servicio de Prensa del Cuartel General de Franco. Bolín, vestido con el uniforme de capitán de la Legión, se encargó de controlar rigurosamente el trabajo de los periodistas para evitar la difusión en el extranjero de informaciones que pudieran resultar perjudiciales para la causa sublevada.
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El oficial de prensa Luis Bolín a la cabeza del grupo de corresponsales en las ruinas del Alcázar. |
El segundo era Gonzalo de Aguilera Munro, conde de Alba de Yeltes y capitán de Caballería retirado desde 1931. Aguilera Munro dominaba varios idiomas y al iniciarse la sublevación militar se presentó ante el general Mola en Burgos para ofrecer sus servicios, siendo agregado al Estado Mayor de la 6.ª División como oficial de prensa. Prácticamente todos los periodistas y personalidades que trataron con él mantenían un recuerdo negativo de su figura, percibiéndolo como un censor estricto ante el trabajo de cada profesional, que tenía perfectamente controlado en sus anotaciones con número de pasaporte, nacionalidad y agencia o medio responsable.
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El capitán Gonzalo de Aguilera Munro a las afueras de Toledo en 1936. |
Y entre los corresponsales, el primero de todos subiendo por los escombros detrás de Bolín es Ebbe Munck (1905-1974). De origen danés, Munck era explorador, periodista y diplomático. Fue una figura clave de la Segunda Guerra Mundial como portavoz y representante en Estocolmo del Consejo Danés de la Resistencia, organizando misiones secretas y tareas de sabotaje. Como corresponsal cubrió la guerra de España para el diario Berlingske Tidende de Copenhague, y posteriormente la Guerra de Invierno. En Dinamarca es considerado un héroe y cada año se otorga el Premio Honorífico Munck para personalidades del ámbito de la prensa, diplomacia o del mundo de las ciencias.
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El danés Ebbe Munck en las ruinas del Alcázar de Toledo. |
Detrás de Ebbe Munck, con boina negra y corbata, el norteamericano Elmer W. Peterson de Associated Press, quien describió en sus despachos enviados desde Toledo la situación de los cuerpos en un gran agujero, y la orden por parte del mando militar de comprobar las simpatías políticas de los ciudadanos que habían quedado en la población (Plattsburgh Daily Express, 1936).
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El periodista norteamericano Peterson en las ruinas del Alcázar de Toledo en 1936. |
Siguiendo en orden, otro norteamericano, el distinguido periodista Webb Miller (1891-1940) de United Press. Miller fue uno de los más destacados corresponsales de guerra de su tiempo tras cubrir la Expedición Pancho Villa, la Primera Guerra Mundial, la invasión italiana de Etiopía, la Guerra Civil en España, y la Guerra de Invierno en 1939. Falleció en mayo de 1940 en un “accidente” en el metro de Londres.
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El periodista de United Press Webb Miller en las ruinas del Alcázar de Toledo en 1936. |
A continuación, el piloto italiano de la Aviazione Legionaria Giuseppe Cenni (1915-1943), quien llegó a España en agosto de 1936 entre los primeros voluntarios enviados en apoyo a los sublevados. Durante los meses de agosto y septiembre operó en los frentes de Extremadura y Toledo a los mandos de un Fiat CR.32. En apenas cinco meses de campaña consiguió más de trece victorias, entre ellas ocho confirmadas de manera individual, lo que lo convirtió en uno de los ases italianos más destacados de la Guerra Civil española. Falleció en combate tras ser abatido por un Spitfire en septiembre de 1943 sobre Pistoia en Italia.
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El piloto italiano Giuseppe Cenni en las ruinas del Alcázar de Toledo en 1936. |
Siguiendo el orden, otro piloto italiano voluntario de la Aviazione Legionaria. El sargento mayor Guido Presel (1913-1937), natural de Trieste, que llegó en 1936 y voló sobre la provincia de Toledo el biplano Fiat CR.32. Falleció en junio de 1937 en el frente de Vizcaya.
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El piloto Guido Presel (centro) en las ruinas del Alcázar de Toledo en 1936. |
Con boina negra y gafas aparece Hubert R. Knickerbocker (1898-1949), escritor y corresponsal de la International News Service del grupo Hearst. Ganador del Premio Pulitzer de Corresponsalía en 1931, llegó a España poco después del inicio de la guerra. Si bien en un principio mostró una clara simpatía hacia la causa sublevada, las tensiones con la censura y las autoridades franquistas deterioraron rápidamente esa relación, hasta el punto de ser arrestado y finalmente expulsado del país. Sobre Toledo destacó cómo los defensores todavía mantenían sus armas dispuestas y limpias después del duro y largo asedio a pesar de encontrarse ya Franco en la ciudad.
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El periodista H. R. Knickerbocker en las ruinas del Alcázar de Toledo en 1936. |
Junto a este, con boina y chaqueta negra, el fotógrafo y periodista Hans Georg von Studnitz, personaje muy curioso a quien ya tratamos en una entrada específica. Podéis leerla aquí.
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Hans Georg von Studnitz en Toledo. |
En los siguientes fotogramas, con cámara Rolleiflex, el poeta y redactor británico de Reuters Christopher Holme (1907-1991). Es recordado por su papel informativo del bombardeo de Guernica en abril de 1937, ya que fue de los primeros en describir la magnitud de la tragedia a los medios internacionales.
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El corresponsal de Reuters Christopher Holme en las ruinas del Alcázar de Toledo. |
Ya en el patio del Alcázar el general Franco dio su discurso rodeado de defensores, oficiales, soldados y periodistas. Los camarógrafos, entre ellos Arthur Menken (1903-1970) de AP y Paramount News, captaron todas la escenas.
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El camarógrafo Arthur Menken entre los defensores del Alcázar de Toledo en 1936. |
A la salida, mientras Franco avanzaba entre defensores, a paso lento y detrás de él, podemos ver a su ayudante de campo, el teniente coronel de Artillería Carlos Díaz-Varela Ceano Vivas (1884-1977).
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El teniente coronel Carlos Díaz-Varela, ayudante de Franco, en las ruinas del Alcázar de Toledo. |
Seguidamente más periodistas, el portugués Artur Portela (1901-1959, enviado especial del Diário de Lisboa, y quien destacó sobre su experiencia aquel día: «La emoción es enorme. Todos lloran, incluso el propio Franco».
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Artur Portela, Leopoldo Nunes y Marín Chivite en las ruinas del Alcázar de Toledo en 1936. |
Entre los militares y otros asistentes destacados junto al general Franco, además del coronel Moscardó y el general José Enrique Varela, se encontraban en el patio del Alcázar los tenientes coroneles Carlos Díaz-Varela y Francisco Franco Salgado-Araujo, ambos ayudantes de campo del general Franco. En el mismo fotograma el comandante Mohammed ben Mizzian, Luis Bolín, un emocionado José Millán-Astray, el jefe provincial de Falange José Sainz Nothnagel, y el ayudante de campo del general Varela el comandante Antonio García de la Vega entre otros.
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El general Franco junto a oficiales y defensores del Alcázar de Toledo en el patio de la fortaleza. |
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El comandante García de la Vega y el teniente coronel Carlos Díaz-Varela en el Alcázar de Toledo. |
Y para finalizar, una de las curiosidades más sorprendentes. Entre los presentes llama la atención un hombre vestido de esmoquin, situado junto a los defensores y a los integrantes de la columna Varela. Tras un largo tiempo de especulaciones, se ha llegado a la conclusión de que se trata nada menos que de Perico Chicote (1899-1977), el célebre y mítico barman madrileño. Este se encontraba en el extranjero en julio de 1936 (diferentes fuentes lo ubican en París y otras en Londres), aunque poco después se estableció en San Sebastián hasta que pudo regresar a Madrid en 1939, pero esa es otra historia.
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Francisco Franco sale del patio del Alcázar de Toledo. Al fondo, el barman Perico Chicote. |
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Perico Chicote en los años 30 (BNE) / El barman Chicote en el patio del Alcázar de Toledo. |
**Actualización 25 de septiembre de 2025:
Victor GH ha identificado también entre los oficiales al comandante Joaquín Ríos Capapé en el patio del Alcázar el 29 de septiembre de 1936. En las imágenes está justo detrás del general Varela.El comandante Joaquín Ríos Capapé en el patio del Alcázar de Toledo en 1936.
Este artículo tiene un carácter exclusivamente histórico y documental. No pretende glorificar a ninguna de las figuras ni hechos mencionados.
Los representantes de las Juventudes Hitlerianas en Toledo (1937)
La noche del 13 de noviembre de 1937 llegó a la plaza de Zocodover de Toledo la representación de las Juventudes Hitlerianas invitados por la Jefatura Nacional de Prensa y Propaganda de Falange Española Tradicionalista y de las JONS. Los alemanes, y demás delegados, militares y traductores, se retrasaron casi 4 horas, ya que estaba prevista su entrada en la ciudad a las seis y media de la tarde, como así indican los diarios Imperio y El Alcázar. Todo estaba preparado para un recibimiento ejemplar con las autoridades y la banda de Falange Tradicionalista en el Ayuntamiento, lugar de recepción acordado inicialmente, además de la presencia de los cadetes y flechas de Falange esperando en formación bajo la lluvia desde el Miradero hasta la calle Comercio. En el mismo salón del ayuntamiento se «había dispuesto un lunch para los distinguidos huéspedes, formando las mesas una cruz esvástica».
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Los representantes de las Juventudes Hitlerianas en su visita al Alcázar de Toledo en noviembre de 1937. Foto Rodríguez / AHPTO. |
El retraso se produjo porque la representación se encontraba en Ávila para ser homenajeada de igual manera que en Toledo, por lo que su llegada fue casi a las once de la noche. Tras ser recibidos en la Jefatura Provincial de Falange en Zocodover fueron directamente a cenar al Restaurante Italia de Gaetano Belsito en la plaza de Barrio Rey (antiguo Hotel-Restaurante Granullaque). Entre los recepcionistas se encontraban: Ricardo Alonso Barajas, delegado local de la Organización Juvenil de Falange, el jefe local del SEU Gómez Zamora, el comandante Ruiz García como Gobernador Militar accidental acompañado del capitán de Infantería José Permuy Castañón, Canuto Boloqui Álvarez como Jefe Provincial de Falange, José Argilés Arregui como delegado provincial de prensa de Falange y Manuel Arija Valenzuela, que era administrador provincial de Falange, además de un grupo de alféreces que actuaron como traductores. Después de cenar, toda la comitiva se dirigió al Teatro de Rojas para asistir a una función en honor a los internacionales.
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Imperio, 14/11/1937. |
A continuación, os dejo los nombres y cargos de los representantes, algunos varían según las fuentes periodísticas, aunque he podido extraer datos de varios alemanes. La representación de las Juventudes Hitlerianas estaba compuesta por el jefe de la expedición, quien era el Bannführer Borchert, además del Bannführer Hünermund (Hünermuz en otras fuentes), ambos miembros de la Dirección de Juventudes del Reich. Por otro lado, también estaban el Bannführer Eberhard Grüttner, jefe del grupo 201 de Berlín, Bannführer Prediger, director de la Escuela regional de Sajonia para la HJ en Hannover, Jungbannführer Redecker como director de las Juventudes de Senftenberg en la Baja Lusacia, Kameradschaftsführer Bischoff de Hamburgo como intérprete, Jungbannführer Krack, y el Oberbannführer Rudi Schultz como jefe de las HJ de Sajonia y en representación del Jefe de las Juventudes del Reich Baldur von Schirach.
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Portada de ABC Sevilla con la fotografia de Pablo Rodríguez de la visita de las Juventudes Hitlerianas en Toledo. |
En el Teatro de Rojas, mientras los alemanes cenaban, el espectáculo daba comienzo a cargo del “Teatro de la Falange” dirigido por el compositor talaverano Salvador Ruiz de Luna con la representación de bailes populares y diferentes zarzuelas como «Agua, azucarillos y aguardiente», «La revoltosa» y «la verbena de la Paloma». La banda de la Legión, a cargo del comandante Ángel García Ruiz, amenizó posteriormente con los himnos alemán y español que recibieron una gran ovación. A las 12 de la noche, con el estómago lleno, los alemanes llegaron al teatro para ser recibidos por las autoridades militares y políticas presentes en Toledo como el general Asensio Cabanillas, el gobernador civil Silvano Cirujano, el alcalde Fernando Aguirre, y Marina Gómez Oliveros como representante de la Sección Femenina. Su entrada, acompañada por el himno alemán de fondo, se realizó con todos los asistentes en pie y brazo en alto para aclamar y vitorear al Führer y a Alemania. Al finalizar el acto, la representación fue alojada en la Comandancia Militar para la jornada siguiente, día 14, marchar al frente de Madrid en una visita que duraría dos días entre las posiciones franquistas. Posiblemente no existan testimonios fotográficos de esta primera llegada de la representación alemana a Toledo, ya que a esas horas de la noche documentar cualquier evento en exteriores e interiores resultaba bastante complicado por la falta de luz. Sin embargo, el documento inicial de esta entrada es sobre su regreso días después a la Ciudad Imperial.
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El Alcázar, 14/11/1937 |
A su regreso a Toledo la tarde del 15 de noviembre de 1937, se realizó una visita oficial a las ruinas del Alcázar, en compañía del teniente coronel Emilio Alamán Ortega (defensor de la fortaleza), quien había también sido guía en los frentes madrileños para los alemanes. De igual manera, Canuto Boloqui, como Jefe Provincial de Falange Tradicionalista, estuvo junto al teniente coronel, tal y como vemos en la fotografía. El diario Imperio detalla que durante el recorrido las explicaciones de Alamán Ortega permitían comprender cómo fueron las semanas de asedio a los extranjeros. Gracias a la crónica periodísitica, sabemos que iniciaron la visita en la explanada este, junto al cráter de la mina y la puerta de la piscina, lugar que aprovecharon para ser retratados por el fotógrafo local Pablo Rodríguez con su cámara Contax de 35mm.
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El teniente coronel Emilio Alamán (izq.) y Canuto Boloqui (centro) junto a los representantes de las Juventudes Hitlerianas en Toledo. Foto Rodriguez / AHPTO. |
Durante la visita a las estancias interiores del Alcázar fueron obsequiados con una carta personal del conde de Peromoro, conservador del Patronato, junto a dos trozos de aquellas «santas ruinas». Para finalizar su estancia en Toledo se celebró un banquete a última hora de la tarde en el patio-salón de la Escuela de Artes y Oficios de Toledo, que se encontraba adornado con banderas de Japón, España, Italia, Alemania y Portugal. Una vez más, la banda de la Legión amenizó con los himnos patrióticos en presencia del alcalde, gobernadores militar y civil, además de otros destacados como Pablo Merry del Val, el delegado de Prensa y Propaganda Tomás Rodríguez Bolonio, el delegado provincial José Argilés, el comandante Díaz de la Guardia Civil, Marina Gómez Oliveros y otras personalidades. Como obsequios, el industrial toledano Felipe Suárez entregó a los alemanes unas pequeñas espadas damasquinadas de su propia orfebrería, además de varios puñales de arte toledano, detalle por parte de la jefatura de Falange Española Tradicionalista provincial que entregó a Borchert, jefe de la expedición.
Por otro lado, Borchert, en agradecimiento, regaló a la Falange un cuchillo de las Hitlerjugend debido al cordial recibimiento de aquellos días, aunque el propio jefe detalló en sus palabras que el cuchillo se lo ofrecía a quien los había acompañado por los frentes en aquellas jornadas, el teniente coronel Emilio Alamán Ortega:
«No acostumbramos a desprendernos de estas armas que son a la vez recuerdos de nuestras gloriosas luchas; pero lo hago movido por un noble impulso personal, y se lo entrego al camarada que nos ha acompañado estos días en nuestra visita al frente, porque sé que él también ha dado su sangre por España».
Este regalo fue recibido por Alamán con enorme gratitud destacando la gran hermandad entre españoles y alemanes.
De la visita a España en noviembre de 1937 por parte de los representantes de las HJ existe un informe fotográfico de todo su periplo, además de documentos y testimonios de soldados participantes en los diferentes frentes como Oviedo, Madrid, Málaga, Toledo, Sevilla y san Sebastián. Otra de estas imágenes del Alcázar, precisamente de la Puerta de Hierro, se encuentra en este informe.
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Fotografía de la Puerta de Hierro. Pertenece al Informe entregado a Baldur von Schirach. |
Sobre la fotografía de Rodríguez podemos extraer diferentes conclusiones e identificar a varios de los retratados. Ya sabéis que si queréis aportar cualquier información siempre es bienvenida.
En primer lugar, y el más destacado, el teniente coronel Emilio Alamán Ortega, ya que existen muy pocas imágenes del oficial durante este periodo. Era profesor de la Academia de Infantería cuando se produjo la sublevación en julio de 1936 y acabó defendiendo el Alcázar. Años antes, junto a su compañero y gran amigo Vicente Rojo, crearon la Colección Bibliográfica Militar. Una colección de libros de temática militar que ambos iniciaron cuando eran capitanes profesores en Toledo, y que en 1935 el Ministerio de la Guerra reconoció su gran labor por la utilidad de estos trabajos al Ejército, que en total se publicaron 96 volúmenes. Ya sabemos que Vicente Rojo fue el comandante designado para entrar en el Alcázar para parlamentar con sus antiguos compañeros el 9 de septiembre de 1936, aunque su misión de rendir a los sublevados no tuvo el efecto buscado por el gobierno republicano. A su salida, Rojo ayudó a la familia de Alamán Ortega, que se encontraba presa en Toledo, y consiguió el traslado de la mujer e hijas a su domicilio en Madrid.
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Emilio Alamán Ortega en 1937, 1925 y 1936. |
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Ejemplares de la Colección Bibliográfica Militar (tomos de 1932 y 1933). |
Otro de los retratados españoles es Canuto Boloqui Álvarez, que en aquellos días era el Jefe Provincial de Falange. Era natural de Oviedo y en julio de 1936 se encontraba en Inca (Mallorca) como jefe de Falange local y participó en las acciones militares en Inca y Manacor. Tras su paso por Toledo entre 1937 y 1938 llegó de nuevo a Mallorca nombrado Jefe Provincial, cargo que ostentó hasta 1941.
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Canuto Boloqui Álvarez durante la guerra. |
Y el jefe de la representación de los alemanes era el Bannführer Karl Jeckstadt-Borchert, nacido en Lägerdorf en 1914 y estudió en la Realschule de Mölln. Como miembro de la Hitlerjugend obtuvo sus ascensos en Colonia-Aachen, y posteriormente formó parte como oficial de infantería en el Ejército. Tras la guerra ejerció la actividad política en la corporación municipal de Mölln siendo alcalde entre 1951 y 1978. Falleció en esa misma ciudad en julio de 1980.
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Karl Jeckstadt-Borchert en 1937, años 50 y años 60. (Möllnweb). |
La visita de las representaciones alemanas nazis en Toledo en noviembre de 1937 fue la primera de una serie de visitas destacadas posteriormente. Años después de la guerra, las visitas de oficiales alemanes destacaron en la ciudad con la llegada de Heinrich Himmler y delegaciones de jóvenes de las Juventudes Hitlerianas desfilando en el Alcázar.
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Visitas en el Alcázar durante los años 40 y 41 de Heinrich Himmler y delegaciones de las Juventudes Hitlerianas. |
Toledo en 1939 por Guglielmo Sandri, teniente y fotógrafo italiano del CTV
Guglielmo Sandri (Wilhelm Schrefler, 1905–1979) fue un teniente italiano y fotógrafo aficionado cuya obra constituye hoy uno de los fondos gráficos más valiosos sobre la intervención extranjera en la Guerra Civil Española. Nacido en Merano, cuando aún formaba parte del Imperio austrohúngaro, adoptó el nombre italianizado de Sandri en 1935, tras la incorporación del Tirol del Sur a Italia. Su infancia estuvo marcada por la orfandad y la precariedad, y su ingreso en el ejército no fue fruto de vocación, sino de las circunstancias. Durante este tiempo practicó su otra gran pasión, y por la que le recordamos hoy. La fotografía.
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Actual paseo de Recaredo junto al IES Sefarad en marzo de 1939. Foto Sandri (Archivio Provinciale di Bolzano). |
Entre febrero de 1937 y mayo-junio de 1939, Sandri formó parte del Corpo Truppe Volontarie (CTV) enviado por Mussolini para apoyar al bando sublevado en España. Durante su estancia, fotografió de forma sistemática no solo las operaciones militares y los movimientos de tropas, sino también la destrucción causada por la guerra, el patrimonio arquitectónico, la vida cotidiana de los soldados e incluso escenas de carácter más personal. Su cámara, probablemente una Zeiss Ikon Ikonta, le acompañó en todas las campañas del CTV, desde su llegada hasta la ofensiva del Ebro y la conquista de Barcelona. Parte del archivo también documenta su posterior participación en los Balcanes y África en la 2GM entre 1941 y 1943. Su legado permaneció oculto hasta 1992, cuando Samantha Schneider encontró en la basura una caja con miles de negativos en blanco y negro. Aquel hallazgo reveló un archivo de gran valor histórico y estético. En 2004, los primeros álbumes fueron depositados en la Fototeca del Archivo Provincial de Bolzano, junto con los incorporados por su familia posteriormente sumando más de 11.000 imágenes. Gracias a la colaboración entre el Archivo Provincial de Bolzano, el Museu d’Història de Catalunya y la Universidad de Burgos, una parte significativa de esta obra ha sido restaurada, digitalizada y expuesta al público (https://beni-culturali.provincia.bz.it/it/news/l-archivio-fotografico-sandri-schrefler-sul-sito-web).
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Rollos de negativos originales de Sandri conservados en el archivo. Foto cedida por Archivio Provinciale di Bolzano. |
En Toledo, sabíamos que había pasado en 1939, al igual que su compatriota y fotógrafo aficionado Michele Francone, aunque la calidad de su material digitalizado era reducido. En 1939 documentó todo su paso como teniente del CTV con su cámara, una Zeiss Ikon Ikonta alemana, tal y como podemos ver al italiano manejando en varias copias de época. Como ya sabemos, en marzo de ese año la presencia de tropas del Ejército franquista se encontraban en la ciudad y alrededores para participar la Ofensiva de la Victoria. Durante esas fechas, entre el 10 y el 27 de marzo, Sandri estuvo acantonado en Toledo donde fotografió calles y edificios. El mismo 27 por la mañana participaba en el avance hacia el sur del Tajo para encaminarse con las tropas en una rápida maniobra hacia el eje Dosbarrios-Ocaña-Aranjuez.
Veamos por partes su paso por Toledo y las posiciones al sur del Tajo antes de avanzar con las tropas italoespañolas del CTV, Legión Cóndor y la 4ª División del Cuerpo de Ejército de Navarra. Aquellos días fotografió las ruinas del Alcázar y los espacios protagonistas durante el asedio de 1936:
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Vista del Alcázar de Toledo en 1939. Foto Sandri (Archivio Provinciale di Bolzano). |
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Balcones laterales del Museo de Santa Cruz en 1939. Foto Sandri (Archivio Provinciale di Bolzano). |
Visitó los puentes, tomando fotografías de sus accesos, además de pasar por la Catedral y su interior.
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Vista del castillo de San Servando y el puente nuevo en 1939. Foto Sandri (Archivio Provinciale di Bolzano). |
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Torreón del puente de Alcántara y Puerta del Reloj de la Catedral de Toledo en 1939. Foto Sandri (Archivio Provinciale di Bolzano). |
La presencia militar en Toledo esos días quedó bien documentada por Sandri, que además nos da nuevas vistas en espacios que anteriormente no habíamos visto en estas fechas.
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Puerta de Bisagra de Toledo en marzo de 1939. Foto Sandri (Archivio Provinciale di Bolzano). |
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Fachada del Hospital de Tavera con tropas y vehículos militares en marzo de 1939. Foto Sandri (Archivio Provinciale di Bolzano). |
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Entrada del Hospital de Tavera en marzo de 1939. Foto Sandri (Archivio Provinciale di Bolzano). |
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Indicaciones para el CTV a la entrada de Toledo previo al avance franquista en marzo de 1939. Foto Sandri (Archivio Provinciale di Bolzano). |
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Avance de tropas en marzo de 1939 por el puente San Martín. Foto Sandri (Archivio Provinciale di Bolzano). |
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Monasterio de San Juan de los Reyes en marzo de 1939. Foto Sandri (Archivio Provinciale di Bolzano). |
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Tropas en el paseo de Recaredo junto al puente San Martín de Toledo en marzo de 1939. Foto Sandri (Archivio Provinciale di Bolzano). |
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Soldados del CTV en Dosbarrios. Foto Sandri (Archivio Provinciale di Bolzano). |