Ignacio Barrado Herrero, ‘Ibo’: un periodista en el frente de Toledo (1936)
Ignacio Barrado Herrero ("Ibo"), era periodista de la agencia Havas y redactor del diario La Tierra, además de miembro de la Agrupación Profesional de Periodistas de Madrid. Se trata de uno de los corresponsales olvidados y desconocidos de la Segunda República y la Guerra Civil española, tras su exilio en 1939. Esta investigación ha sido una de las más gratificantes de los últimos meses, pues, después de muchos años de búsqueda y no poder incluirlo en la tesis doctoral, he conseguido poner rostro a uno de los personajes más llamativos en las imágenes de la guerra en Toledo y su provincia en 1936.
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| Ignacio Barrado Herrero en el frente del centro en 1936 (Foto Piortiz). |
Durante los primeros meses de guerra, Barrado Herrero acompañaba a los reporteros gráficos por los frentes cercanos a Madrid. Entre los fotógrafos destacados encontramos a Alfonso Sánchez Portela (Alfonsito), con quién mantenía una relación laboral, y seguramente de amistad, desde los años previos al conflicto. Este hecho es posible verlo en las fotografías de Santos Yubero durante los años treinta, quien inmortalizaba a sus compañeros en las misiones informativas de la Segunda República. Os pongo algunas de estas imágenes con Barrado ejerciendo su labor profesional:
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| Entrevista a Antonio Lara en 1935. Foto Santos Yubero. |
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| Homenaje en el Congreso por parte del señor Santiago Alba, y servido por Chicote, a los periodistas republicanos en 1935. Foto Santos Yubero. |
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| Entrevista al señor Joaquín Chapaprieta tras la crisis política de diciembre de 1935. Foto Santos Yubero. |
En el verano de 1936, Alfonso y Barrado compartieron coche y chófer-escolta durante sus labores profesionales en el asedio del Alcázar, la sierra de Guadarrama, y el frente de Extremadura-Talavera. En diferentes imágenes, Barrado viste con el mono típico de las milicias y soldados, además de utilizar el gorrillo tipo barco, y en otras ocasiones chaqueta, camisa y boina negra.
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| Ignacio Barrado y el chófer-escolta de Alfonso en octubre de 1936. Frente del centro. Foto Alfonso/AGA. |
En Toledo fue fotografiado por Alfonso junto a las milicias de la Cía. “teniente Castillo” leyendo ejemplares recogidos del diario El Alcázar que editaban los defensores en el interior de la Academia. Por otro lado, podemos verle en la zona del Paseo del Miradero, justo al final del lugar de recreo donde se instalaba el cine de verano en años anteriores.
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| Ignacio Barrado en varias escenas en Toledo durante el asedio del Alcázar en 1936. Foto Alfonso/AGA. |
En una de las fotografías más importantes vemos a Barrado que acompaña al jefe de gobierno Francisco Largo Caballero, junto a sus asistentes y los oficiales encargados del asalto contra el Alcázar tras la voladura de la mina. La imagen fue tomada por Alfonso el día 20 de septiembre durante la visita del líder político.
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| Ignacio Barrado junto al jefe de gobierno Francisco Largo Caballero y los oficiales responsables del asedio del Alcázar de Toledo el 20 de septiembre de 1936. Foto Alfonso / AGA. |
En otros lugares de la provincia de Toledo, Alfonso documentó el cruce del río Tajo por el paso de barca junto al puente de Aceca en Villaseca de la Sagra. Este coche, vehículo de prensa que utilizó Alfonso en 1936 para trasladarse desde Madrid a los frentes del centro, también está documentado en la carretera de Toledo, cerca de Olías del Rey, donde Ignacio Barrado y el reportero estuvieron junto a las milicias.
| Paso de barca en el río Tajo junto al puente de Aceca en Villaseca de la Sagra en 1936. Alfonso/AGA. |
En octubre de 1936, tras la pérdida de Toledo por parte de la República y ante el avance de las fuerzas sublevadas hacia Madrid, Barrado acompaña a los líderes políticos y militares republicanos en diversos puntos del frente central. En esta ocasión, también aparece retratado por Félix Ortiz, de la agencia Piortiz, quien trabajó estrechamente con Ignacio Barrado y a quien este dirige una mirada cercana durante una sesión informativa junto al general Asensio Torrado.
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| Ignacio Barrado Herrero, y el general Asensio Torrado a la derecha, mirando a la cámara de Piortiz en octubre de 1936. |
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| Barrado, con boina negra, junto a un grupo de milicianos en Esquivias. Foto Alfonso para La Voz. |
Sin embargo, a pesar de la importante labor informativa de Barrado Herrero como periodista y escritor, no he encontrado crónicas firmadas por él durante 1936 en las principales publicaciones de información general.
Conozcamos al personaje y su trayectoria profesional:
¿Quién era Ignacio Barrado Herrero?
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| Retrato de Ignacio Barrado Herrero. |
Su padre fue Augusto Barrado y Carraggio (1863-1946), natural de Sevilla e hijo del comandante de Infantería Ignacio Barrado y de Felisa Carroggio (1841-1921). Destacó como compositor, periodista, crítico y escritor. Su hermano, Augusto Barrado (1892-1938), fue médico, exconcejal del Ayuntamiento de Madrid durante la década de 1920, presidente desde 1927 de la Asociación de Dueños de Cafés, Bares y Restaurantes, y Consejero Nacional de Falange Española. Tuvo además una hermana, María Barrado (1899-¿?), nacida en Salamanca en 1899. No obstante, no ha sido posible determinar las fechas de nacimiento y fallecimiento de nuestro protagonista. Los datos biográficos disponibles son escasos y han sido recopilados tras una exhaustiva investigación en la prensa de la época y en otras fuentes documentales.
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| Retrato de Augusto Barrado y Carraggio, padre de Ignacio Barrado Herrero. Foto La Esfera. |
Las primeras referencias a Ignacio Barrado Herrero lo mencionan como actor teatral en 1910, participando en diversas obras representadas en el desaparecido Coliseo Imperial de la madrileña calle Concepción Jerónima. Ese mismo año dirigió, junto a Juan Sáinz, una pequeña compañía de zarzuela que actuó durante las fiestas de Quintanar de la Orden (Toledo) en septiembre. En diciembre de 1910 fue nombrado vocal de la Sociedad de Artistas Incipientes. Su vinculación con el teatro y la música posiblemente procedía de su padre, Augusto Barrado y Carraggio, reconocido compositor y crítico musical.
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| Ignacio Barrado Herrero en los años 30. |
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| La casa solar de San Ignacio de Loyola, La Esfera (1916). |
A partir de los años veinte, los hermanos Barrado Herrero, comienzan a destacar en sus respectivas labores profesionales. Augusto Barrado ejercía como director del Sanatorio-Balneario de Corconte, propietario de La Esperanza (clínica médica), además de iniciar su trayectoria como concejal del Ayto. de Madrid y ser presidente de la Asociación de dueños de Cafés, Bares y Restaurantes. Por otro lado, nuestro protagonista es cajero de la compañía editorial Calpe, y en 1924 es gerente de la Casa Papelería Easo en Madrid, donde desarrolla con entusiasmo exposiciones de radiotelefonía (una de las primeras en España), y de pintura con la artista Maroussia Valero.
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| La Tribuna, 19 de octubre de 1920. |
A partir de los años treinta, los caminos de los hermanos Barrado están marcados por diferentes etapas. Mientras Augusto Barrado, cercano a José Antonio Primo de Rivera, será uno de los primeros dirigentes de FE-JONS, Ignacio Barrado continuará con una importante carrera periodística como profesional de la agencia Havas y redactor de La Tierra.
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| Augusto Barrado a la izquierda junto a Ruiz de Alda, Fernández-Cuesta y José Antonio Primo de Rivera. Foto Santos Yubero. |
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| Caricatura y firma de Ignacio Barrado Herrero "Ibo" (1938). |
En 1930, Ignacio Barrado y su compañero G. de Amarillas destacaron en todas las páginas de los diarios nacionales tras poner en conocimiento el robo de piezas de gran valor de la Biblioteca Nacional de España (BNE). Después de haber conocido las evidentes faltas de seguridad de la institución se pusieron a investigar para realizar un gran reportaje en LaEsfera con fotografías del propio Barrado (copias originales conservadas en la BNE). La publicación nunca se realizó porque la censura evitó que el escándalo saltara a la opinión pública a finales de 1929. El caso pudo publicarse en abril de 1930 tras la caída de la dictadura, lo que propició la investigación completa del robo. Gracias a la insistencia de Barrado y Amarillas, la policía, el gobierno y las autoridades judiciales se movilizaron, logrando recuperar las láminas robadas, algunas de las cuales habían aparecido en el catálogo de un anticuario en Berlín. El autor del robo fue Antonio López Santos, un ex sargento del ejército que trabajaba en la BNE, ayudado por su amante María Magdalena Díaz. Ella fue puesta en libertad tras declarar, mientras que él ingresó en la cárcel Modelo de Madrid.
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| Heraldo de Madrid, 18 de abril de 1930. |
Con la llegada de la Segunda República, la labor de Barrado se multiplica. En 1934 es nombrado presidente de la Comisión de Propaganda y Prensa de la Casa Regional Valenciana. En 1935 participa como miembro de la Comisión de organización de la Orden de la República como oficial de esta. Santos Yubero lo retrató junto a sus compañeros periodistas y con los principales reporteros gráficos de la época en las diferentes crisis de los gobiernos republicanos.
En febrero de 1936 promociona su libro sobre el sargento Diego Vázquez, fusilado el 1 de febrero de 1935 tras su participación junto a los mineros en la revolución de Asturias en 1934. El libro es bastante complicado conseguirlo, aunque pude consultarlo en la BNE que conserva un par de ejemplares.
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| Diferentes reseñas y crónicas del libro de Barrado Herrero sobre el Sargento Vázquez en 1936. |
De igual manera, Emilio Criado Romero e Ignacio Barrado realizaron en 1936 un reportaje histórico a modo de librillo o folleto sobre la figura de Aída LaFuente, muerta en Oviedo en octubre de 1934 y símbolo de la revolución. La prensa de izquierdas de la época ensalzaba la figura periodística de ambos redactores y su trabajo, que buscaba defender la memoria de los caídos en aquellos días.
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| Heraldo de Madrid, mayo de 1936. |
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| Detención de los dirigentes de Falange Española en 1936. Heraldo de Madrid. |
En julio de 1936, en libertad vigilada, Raimundo Fernández-Cuesta recuerda en sus memorias (1985): “Sin embargo, ello no fue obstáculo para que me entrevistara en su domicilio con el doctor Augusto Barrado, que entonces estaba en libertad, alto jefe de la Falange, quien me informó al detalle de la situación respecto al Alzamiento. Me explicó los preparativos hechos, los contactos con los jefes de la guarnición de Madrid, generales Villegas, Fanjul y García de la Herrán, coronel Álvarez-Rementería, etcétera, y me añadió que dos mil falangistas de la Primera Línea de Madrid estaban preparados para unirse a las fuerzas militares…”. Con el inicio de la sublevación consigue refugiarse en una embajada y pasar a zona franquista, donde será nombrado consejero del Primer Consejo Nacional de FET y de las JONS el 19 de octubre de 1937. Augusto Barrado Herrero fallece meses después, en enero de 1938 en San Sebastián contando con un destacado funeral. La revista gráfica Fotos dedicará días después del fallecimiento un reportaje con fotografías de Campúa.
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| Fotos, 15 de enero de 1938. |
Por otro lado, la pista de nuestro protagonista, Ignacio Barrado Herrero, se pierde durante meses hasta septiembre de 1937. Es muy probable que Barrado se marchara de Madrid junto al gobierno republicano en noviembre de 1936 para establecerse en Valencia. A partir de 1937 se han encontrado diferentes artículos firmados por “Ibo” en prensa valenciana, y en fotografías junto al Ejército del Este y sus oficiales. Por ejemplo, en el transcurso de la batalla de Belchite aparece fotografiado por el valenciano Luis Vidal junto al redactor de Crónica José Quílez Vicente y los generales Sebastián Pozas y Llano de la Encomienda.
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| Ignacio Barrado, a la izquierda, junto a los generales Pozas y Llano de la Encomienda, ademas del comandante Trueba, Virgilio Llanos y el periodista Quílez Vicente. BNE. |
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| Crónica, 12 de septiembre de 1937. Foto L.Vidal. |
En este caso, las diferentes notas de prensa indican que una agrupación de periodistas fue invitada por el general Pozas y el Ministerio de la Guerra a un almuerzo para informar sobre las victorias recientes, además de una visita a Belchite donde todavía quedaban activos reductos sublevados, pero la población estaba controlada en su totalidad.
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| El Pueblo (Valencia), 5 de septiembre de 1937. |
Barrado era enviado especial del semanario Umbral, editado en Valencia desde 1937, y podemos ver artículos suyos relacionados con Belchite, el canje de prisioneros destacados entre republicanos y franquistas o junto a André Marty y las Brigadas Internacionales en el frente del Ebro en 1938.
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| Ignacio Barrado, con boina a la izquierda, junto a los oficiales republicanos como Enrique Líster (derecha) y André Marty (centro). Foto Umbral, 20 de octubre de 1938). |
Uno de los artículos más sorprendentes de Barrado a finales de 1938 es el que detalla la “vida” de un vehículo Hispano-Suiza, acompañado de una fotografía de él mismo entrevistando al general Riquelme supuestamente en ese coche. El redactor detalla las diferentes vicisitudes en las que se ha encontrado el Hispano en los frentes de Somosierra y Guadarrama, afirmando que en ese transporte iba el coronel José Puig cuando fue herido mortalmente en 1936 con quien tenía una notable amistad (años después, una investigación de los compañeros de Guerra en Madrid aportó datos sobre el atentado que sufrió el coronel por su propio chófer).
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| Ignacio Barrado entrevistando al general Riquelme en un Hispano en 1936. Umbral, 17 de diciembre de 1938. |
Tras la caída de Barcelona, donde al parecer estuvo trabajando Barrado junto a otros periodistas, pasa en febrero de 1939 por Madrid junto a Jean Rollán (en realidad era Rollin, hijo de León Rollin de Agence Havas en Madrid), visita de la que se hace eco La Libertad y el Heraldo de Madrid. El final de la contienda es inminente.
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| Heraldo de Madrid, 27 de febrero de 1939. |
Ignacio Barrado consiguió exiliarse a Francia en el último momento. Fue uno de los que pudo embarcar el 30 de marzo de 1939 en Gandía en el HMS Galatea británico junto al Wenceslao Carrillo, el coronel Segismundo Casado y demás miembros del Consejo Nacional de Defensa. Otro personaje muy importante es Jean Rollin, su compañero periodista de la agencia Havas, quien pudo ayudarle en Francia y además formaba parte de la Comisión Internacional enviada por el Comité de Coordinación en París para ayudar a la gente con mayor peligro.
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| Parte de la relación de evacuados en el HMS Galatea en Gandía el 30 de marzo de 1939. Fuente: Els darrers anys de la IIR. |
En el exilio francés continuó su labor como periodista y editor. Barrado participó en la programación de la radio francesa en la difusión de noticias para los españoles exiliados. Estas emisiones en lengua extranjera habían comenzado en 1938 hacia países con gobiernos enemigos de Francia, y en 1939 Christian Ozanne organizó el equipo de españoles contando con Fabián Vidal, Chaves Nogales, Francisco Díaz-Roncero, Eugenio Xammar e Ignacio Barrado, apodado "el general". En 1940 se realizaban seis emisiones diarias, hasta que los alemanes ocuparon Burdeos, y os encargados de la radio huyeron. Varios acabaron escondidos y participando con la Resistencia en París como fue el caso de Roncero y Barrado.
Tras la Segunda Guerra Mundial, y el regreso de Ozanne del campo de Buchenwald, la Radio París reinició su labor informativa con el equipo renovado con Díaz-Roncero como jefe y con Barrado como secretario de redacción, además Jean Rollin, Ezequiel Endériz y Salvador Bacarrisse entre otros con programas como "Aquí, París". Esta importante actividad de radiodifusión continuó durante décadas en el exilio con diferentes colaboradores, periodistas y locutores en la ORTF.
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| Equipo de Aquí, París en 1947. Ignacio Barrado está arriba, a la derecha. |
En 1948 Barrado también editó la revista IBERO (Ignacio-Barrado-Ediciones-Reportajes-Opúsculos), que ya había iniciado en España antes de la guerra. Entre los colaboradores destacaba su amigo el redactor Ezequiel Endériz o Jean Rollin.
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| Publicidad sobre la revista Ibero en 1948. |
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| Combat, 14 de mayo de 1948. |
Desconocemos la fecha y el lugar de fallecimiento de Ignacio Barrado Herrero, ya que no existe información sobre su vida a partir de la década de 1950. Sin embargo, su figura y trayectoria profesional merecen ser recordadas y recogidas en las páginas de la historia del periodismo, sumándose así al largo listado de todos los periodistas y reporteros que trabajaron en Toledo en 1936 durante el asedio del Alcázar.
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| Ignacio Barrado Herrero, periodista español en octubre de 1936. Foto Piortiz. |
¿Quién es quién? Corresponsales, militares y otros curiosos en las ruinas del Alcázar de Toledo (1936)
A las diez de la mañana del 28 de septiembre de 1936, la ciudad de Toledo quedó en poder de las tropas del general Varela. El asalto, que apenas se prolongó durante algo más de veinticuatro horas desde el norte, logró desalojar las defensas republicanas en torno a la población. Al día siguiente, el general Franco entraba en las ruinas del Alcázar junto a soldados y oficiales, ademas de los corresponsales de prensa que deseaban captar las primeras impresiones tras el largo asedio.
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| El general Franco se dirige a las tropas y a los defensores del Alcázar tras acabar con el asedio. Fotograma HMN. |
Los periodistas y reporteros gráficos que acompañaban a las tropas del Ejército de África no solo elogiaron el rápido avance y el auxilio a los defensores del Alcázar, sino que también relataron y documentaron las duras escenas observadas en las calles de Toledo sobre la brutal represión ejercida en la ciudad. Muchos de los presentes, extranjeros en su mayoría, quedaron olvidados durante años, y hoy podemos recuperar su labor gracias a la documentación audiovisual conservada (principalmente diferentes fotografías y los brutos de la Hearst Metrotone News). Vídeo completo aquí a partir del min. 5:28.
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| Ascenso por los escombros del Alcázar de los corresponsales extranjeros. HMN. |
La primera escena dura pocos segundos, pero no puede tener más fuerza. Mientras con peligro, y ascendiendo lentamente entre los escombros, dos guardias civiles defensores del Alcázar están en lo más alto observando al grupo de periodistas que se acercan a las ruinas.
De manera inicial, conviene destacar la presencia de los dos principales oficiales de prensa encargados de supervisar y orientar a los periodistas desde agosto de 1936. Al frente del grupo se encontraba Luis Bolín, jefe del Servicio de Prensa del Cuartel General de Franco. Bolín, vestido con el uniforme de capitán de la Legión, se encargó de controlar rigurosamente el trabajo de los periodistas para evitar la difusión en el extranjero de informaciones que pudieran resultar perjudiciales para la causa sublevada.
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| El oficial de prensa Luis Bolín a la cabeza del grupo de corresponsales en las ruinas del Alcázar. |
El segundo era Gonzalo de Aguilera Munro, conde de Alba de Yeltes y capitán de Caballería retirado desde 1931. Aguilera Munro dominaba varios idiomas y al iniciarse la sublevación militar se presentó ante el general Mola en Burgos para ofrecer sus servicios, siendo agregado al Estado Mayor de la 6.ª División como oficial de prensa. Prácticamente todos los periodistas y personalidades que trataron con él mantenían un recuerdo negativo de su figura, percibiéndolo como un censor estricto ante el trabajo de cada profesional, que tenía perfectamente controlado en sus anotaciones con número de pasaporte, nacionalidad y agencia o medio responsable.
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| El capitán Gonzalo de Aguilera Munro a las afueras de Toledo en 1936. |
Y entre los corresponsales, el primero de todos subiendo por los escombros detrás de Bolín es Ebbe Munck (1905-1974). De origen danés, Munck era explorador, periodista y diplomático. Fue una figura clave de la Segunda Guerra Mundial como portavoz y representante en Estocolmo del Consejo Danés de la Resistencia, organizando misiones secretas y tareas de sabotaje. Como corresponsal cubrió la guerra de España para el diario Berlingske Tidende de Copenhague, y posteriormente la Guerra de Invierno. En Dinamarca es considerado un héroe y cada año se otorga el Premio Honorífico Munck para personalidades del ámbito de la prensa, diplomacia o del mundo de las ciencias.
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| El danés Ebbe Munck en las ruinas del Alcázar de Toledo. |
Detrás de Ebbe Munck, con boina negra y corbata, el norteamericano Elmer W. Peterson de Associated Press, quien describió en sus despachos enviados desde Toledo la situación de los cuerpos en un gran agujero, y la orden por parte del mando militar de comprobar las simpatías políticas de los ciudadanos que habían quedado en la población (Plattsburgh Daily Express, 1936).
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| El periodista norteamericano Peterson en las ruinas del Alcázar de Toledo en 1936. |
Siguiendo en orden, otro norteamericano, el distinguido periodista Webb Miller (1891-1940) de United Press. Miller fue uno de los más destacados corresponsales de guerra de su tiempo tras cubrir la Expedición Pancho Villa, la Primera Guerra Mundial, la invasión italiana de Etiopía, la Guerra Civil en España, y la Guerra de Invierno en 1939. Falleció en mayo de 1940 en un “accidente” en el metro de Londres.
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| El periodista de United Press Webb Miller en las ruinas del Alcázar de Toledo en 1936. |
A continuación, el piloto italiano de la Aviazione Legionaria Giuseppe Cenni (1915-1943), quien llegó a España en agosto de 1936 entre los primeros voluntarios enviados en apoyo a los sublevados. Durante los meses de agosto y septiembre operó en los frentes de Extremadura y Toledo a los mandos de un Fiat CR.32. En apenas cinco meses de campaña consiguió más de trece victorias, entre ellas ocho confirmadas de manera individual, lo que lo convirtió en uno de los ases italianos más destacados de la Guerra Civil española. Falleció en combate tras ser abatido por un Spitfire en septiembre de 1943 sobre Pistoia en Italia.
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| El piloto italiano Giuseppe Cenni en las ruinas del Alcázar de Toledo en 1936. |
Siguiendo el orden, otro piloto italiano voluntario de la Aviazione Legionaria. El sargento mayor Guido Presel (1913-1937), natural de Trieste, que llegó en 1936 y voló sobre la provincia de Toledo el biplano Fiat CR.32. Falleció en junio de 1937 en el frente de Vizcaya.
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| El piloto Guido Presel (centro) en las ruinas del Alcázar de Toledo en 1936. |
Con boina negra y gafas aparece Hubert R. Knickerbocker (1898-1949), escritor y corresponsal de la International News Service del grupo Hearst. Ganador del Premio Pulitzer de Corresponsalía en 1931, llegó a España poco después del inicio de la guerra. Si bien en un principio mostró una clara simpatía hacia la causa sublevada, las tensiones con la censura y las autoridades franquistas deterioraron rápidamente esa relación, hasta el punto de ser arrestado y finalmente expulsado del país. Sobre Toledo destacó cómo los defensores todavía mantenían sus armas dispuestas y limpias después del duro y largo asedio a pesar de encontrarse ya Franco en la ciudad.
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| El periodista H. R. Knickerbocker en las ruinas del Alcázar de Toledo en 1936. |
Junto a este, con boina y chaqueta negra, el fotógrafo y periodista Hans Georg von Studnitz, personaje muy curioso a quien ya tratamos en una entrada específica. Podéis leerla aquí.
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| Hans Georg von Studnitz en Toledo. |
En los siguientes fotogramas, con cámara Rolleiflex, el poeta y redactor británico de Reuters Christopher Holme (1907-1991). Es recordado por su papel informativo del bombardeo de Guernica en abril de 1937, ya que fue de los primeros en describir la magnitud de la tragedia a los medios internacionales.
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| El corresponsal de Reuters Christopher Holme en las ruinas del Alcázar de Toledo. |
Ya en el patio del Alcázar el general Franco dio su discurso rodeado de defensores, oficiales, soldados y periodistas. Los camarógrafos, entre ellos Arthur Menken (1903-1970) de AP y Paramount News, captaron todas la escenas.
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| El camarógrafo Arthur Menken entre los defensores del Alcázar de Toledo en 1936. |
A la salida, mientras Franco avanzaba entre defensores, a paso lento y detrás de él, podemos ver a su ayudante de campo, el teniente coronel de Artillería Carlos Díaz-Varela Ceano Vivas (1884-1977).
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| El teniente coronel Carlos Díaz-Varela, ayudante de Franco, en las ruinas del Alcázar de Toledo. |
Seguidamente más periodistas, el portugués Artur Portela (1901-1959, enviado especial del Diário de Lisboa, y quien destacó sobre su experiencia aquel día: «La emoción es enorme. Todos lloran, incluso el propio Franco».
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| Artur Portela, Leopoldo Nunes y Marín Chivite en las ruinas del Alcázar de Toledo en 1936. |
Entre los militares y otros asistentes destacados junto al general Franco, además del coronel Moscardó y el general José Enrique Varela, se encontraban en el patio del Alcázar los tenientes coroneles Carlos Díaz-Varela y Francisco Franco Salgado-Araujo, ambos ayudantes de campo del general Franco. En el mismo fotograma el comandante Mohammed ben Mizzian, Luis Bolín, un emocionado José Millán-Astray, el jefe provincial de Falange José Sainz Nothnagel, y el ayudante de campo del general Varela el comandante Antonio García de la Vega entre otros.
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| El general Franco junto a oficiales y defensores del Alcázar de Toledo en el patio de la fortaleza. |
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| El comandante García de la Vega y el teniente coronel Carlos Díaz-Varela en el Alcázar de Toledo. |
Y para finalizar, una de las curiosidades más sorprendentes. Entre los presentes llama la atención un hombre vestido de esmoquin, situado junto a los defensores y a los integrantes de la columna Varela. Tras un largo tiempo de especulaciones, se ha llegado a la conclusión de que se trata nada menos que de Perico Chicote (1899-1977), el célebre y mítico barman madrileño. Este se encontraba en el extranjero en julio de 1936 (diferentes fuentes lo ubican en París y otras en Londres), aunque poco después se estableció en San Sebastián hasta que pudo regresar a Madrid en 1939, pero esa es otra historia.
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| Francisco Franco sale del patio del Alcázar de Toledo. Al fondo, el barman Perico Chicote. |
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| Perico Chicote en los años 30 (BNE) / El barman Chicote en el patio del Alcázar de Toledo. |
**Actualización 25 de septiembre de 2025:
Victor GH ha identificado también entre los oficiales al comandante Joaquín Ríos Capapé en el patio del Alcázar el 29 de septiembre de 1936. En las imágenes está justo detrás del general Varela.
El comandante Joaquín Ríos Capapé en el patio del Alcázar de Toledo en 1936.
Este artículo tiene un carácter exclusivamente histórico y documental. No pretende glorificar a ninguna de las figuras ni hechos mencionados.




















































