Los representantes de las Juventudes Hitlerianas en Toledo (1937)
La noche del 13 de noviembre de 1937 llegó a la plaza de Zocodover de Toledo la representación de las Juventudes Hitlerianas invitados por la Jefatura Nacional de Prensa y Propaganda de Falange Española Tradicionalista y de las JONS. Los alemanes, y demás delegados, militares y traductores, se retrasaron casi 4 horas, ya que estaba prevista su entrada en la ciudad a las seis y media de la tarde, como así indican los diarios Imperio y El Alcázar. Todo estaba preparado para un recibimiento ejemplar con las autoridades y la banda de Falange Tradicionalista en el Ayuntamiento, lugar de recepción acordado inicialmente, además de la presencia de los cadetes y flechas de Falange esperando en formación bajo la lluvia desde el Miradero hasta la calle Comercio. En el mismo salón del ayuntamiento se «había dispuesto un lunch para los distinguidos huéspedes, formando las mesas una cruz esvástica».
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Los representantes de las Juventudes Hitlerianas en su visita al Alcázar de Toledo en noviembre de 1937. Foto Rodríguez / AHPTO. |
El retraso se produjo porque la representación se encontraba en Ávila para ser homenajeada de igual manera que en Toledo, por lo que su llegada fue casi a las once de la noche. Tras ser recibidos en la Jefatura Provincial de Falange en Zocodover fueron directamente a cenar al Restaurante Italia de Gaetano Belsito en la plaza de Barrio Rey (antiguo Hotel-Restaurante Granullaque). Entre los recepcionistas se encontraban: Ricardo Alonso Barajas, delegado local de la Organización Juvenil de Falange, el jefe local del SEU Gómez Zamora, el comandante Ruiz García como Gobernador Militar accidental acompañado del capitán de Infantería José Permuy Castañón, Canuto Boloqui Álvarez como Jefe Provincial de Falange, José Argilés Arregui como delegado provincial de prensa de Falange y Manuel Arija Valenzuela, que era administrador provincial de Falange, además de un grupo de alféreces que actuaron como traductores. Después de cenar, toda la comitiva se dirigió al Teatro de Rojas para asistir a una función en honor a los internacionales.
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Imperio, 14/11/1937. |
A continuación, os dejo los nombres y cargos de los representantes, algunos varían según las fuentes periodísticas, aunque he podido extraer datos de varios alemanes. La representación de las Juventudes Hitlerianas estaba compuesta por el jefe de la expedición, quien era el Bannführer Borchert, además del Bannführer Hünermund (Hünermuz en otras fuentes), ambos miembros de la Dirección de Juventudes del Reich. Por otro lado, también estaban el Bannführer Eberhard Grüttner, jefe del grupo 201 de Berlín, Bannführer Prediger, director de la Escuela regional de Sajonia para la HJ en Hannover, Jungbannführer Redecker como director de las Juventudes de Senftenberg en la Baja Lusacia, Kameradschaftsführer Bischoff de Hamburgo como intérprete, Jungbannführer Krack, y el Oberbannführer Rudi Schultz como jefe de las HJ de Sajonia y en representación del Jefe de las Juventudes del Reich Baldur von Schirach.
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Portada de ABC Sevilla con la fotografia de Pablo Rodríguez de la visita de las Juventudes Hitlerianas en Toledo. |
En el Teatro de Rojas, mientras los alemanes cenaban, el espectáculo daba comienzo a cargo del “Teatro de la Falange” dirigido por el compositor talaverano Salvador Ruiz de Luna con la representación de bailes populares y diferentes zarzuelas como «Agua, azucarillos y aguardiente», «La revoltosa» y «la verbena de la Paloma». La banda de la Legión, a cargo del comandante Ángel García Ruiz, amenizó posteriormente con los himnos alemán y español que recibieron una gran ovación. A las 12 de la noche, con el estómago lleno, los alemanes llegaron al teatro para ser recibidos por las autoridades militares y políticas presentes en Toledo como el general Asensio Cabanillas, el gobernador civil Silvano Cirujano, el alcalde Fernando Aguirre, y Marina Gómez Oliveros como representante de la Sección Femenina. Su entrada, acompañada por el himno alemán de fondo, se realizó con todos los asistentes en pie y brazo en alto para aclamar y vitorear al Führer y a Alemania. Al finalizar el acto, la representación fue alojada en la Comandancia Militar para la jornada siguiente, día 14, marchar al frente de Madrid en una visita que duraría dos días entre las posiciones franquistas. Posiblemente no existan testimonios fotográficos de esta primera llegada de la representación alemana a Toledo, ya que a esas horas de la noche documentar cualquier evento en exteriores e interiores resultaba bastante complicado por la falta de luz. Sin embargo, el documento inicial de esta entrada es sobre su regreso días después a la Ciudad Imperial.
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El Alcázar, 14/11/1937 |
A su regreso a Toledo la tarde del 15 de noviembre de 1937, se realizó una visita oficial a las ruinas del Alcázar, en compañía del teniente coronel Emilio Alamán Ortega (defensor de la fortaleza), quien había también sido guía en los frentes madrileños para los alemanes. De igual manera, Canuto Boloqui, como Jefe Provincial de Falange Tradicionalista, estuvo junto al teniente coronel, tal y como vemos en la fotografía. El diario Imperio detalla que durante el recorrido las explicaciones de Alamán Ortega permitían comprender cómo fueron las semanas de asedio a los extranjeros. Gracias a la crónica periodísitica, sabemos que iniciaron la visita en la explanada este, junto al cráter de la mina y la puerta de la piscina, lugar que aprovecharon para ser retratados por el fotógrafo local Pablo Rodríguez con su cámara Contax de 35mm.
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El teniente coronel Emilio Alamán (izq.) y Canuto Boloqui (centro) junto a los representantes de las Juventudes Hitlerianas en Toledo. Foto Rodriguez / AHPTO. |
Durante la visita a las estancias interiores del Alcázar fueron obsequiados con una carta personal del conde de Peromoro, conservador del Patronato, junto a dos trozos de aquellas «santas ruinas». Para finalizar su estancia en Toledo se celebró un banquete a última hora de la tarde en el patio-salón de la Escuela de Artes y Oficios de Toledo, que se encontraba adornado con banderas de Japón, España, Italia, Alemania y Portugal. Una vez más, la banda de la Legión amenizó con los himnos patrióticos en presencia del alcalde, gobernadores militar y civil, además de otros destacados como Pablo Merry del Val, el delegado de Prensa y Propaganda Tomás Rodríguez Bolonio, el delegado provincial José Argilés, el comandante Díaz de la Guardia Civil, Marina Gómez Oliveros y otras personalidades. Como obsequios, el industrial toledano Felipe Suárez entregó a los alemanes unas pequeñas espadas damasquinadas de su propia orfebrería, además de varios puñales de arte toledano, detalle por parte de la jefatura de Falange Española Tradicionalista provincial que entregó a Borchert, jefe de la expedición.
Por otro lado, Borchert, en agradecimiento, regaló a la Falange un cuchillo de las Hitlerjugend debido al cordial recibimiento de aquellos días, aunque el propio jefe detalló en sus palabras que el cuchillo se lo ofrecía a quien los había acompañado por los frentes en aquellas jornadas, el teniente coronel Emilio Alamán Ortega:
«No acostumbramos a desprendernos de estas armas que son a la vez recuerdos de nuestras gloriosas luchas; pero lo hago movido por un noble impulso personal, y se lo entrego al camarada que nos ha acompañado estos días en nuestra visita al frente, porque sé que él también ha dado su sangre por España».
Este regalo fue recibido por Alamán con enorme gratitud destacando la gran hermandad entre españoles y alemanes.
De la visita a España en noviembre de 1937 por parte de los representantes de las HJ existe un informe fotográfico de todo su periplo, además de documentos y testimonios de soldados participantes en los diferentes frentes como Oviedo, Madrid, Málaga, Toledo, Sevilla y san Sebastián. Otra de estas imágenes del Alcázar, precisamente de la Puerta de Hierro, se encuentra en este informe https://www.loc.gov/item/2005678794/.
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Fotografía de la Puerta de Hierro. Pertenece al Informe entregado a Baldur von Schirach. |
Sobre la fotografía de Rodríguez podemos extraer diferentes conclusiones e identificar a varios de los retratados. Ya sabéis que si queréis aportar cualquier información siempre es bienvenida.
En primer lugar, y el más destacado, el teniente coronel Emilio Alamán Ortega, ya que existen muy pocas imágenes del oficial durante este periodo. Era profesor de la Academia de Infantería cuando se produjo la sublevación en julio de 1936 y acabó defendiendo el Alcázar. Años antes, junto a su compañero y gran amigo Vicente Rojo, crearon la Colección Bibliográfica Militar. Una colección de libros de temática militar que ambos iniciaron cuando eran capitanes profesores en Toledo, y que en 1935 el Ministerio de la Guerra reconoció su gran labor por la utilidad de estos trabajos al Ejército, que en total se publicaron 96 volúmenes. Ya sabemos que Vicente Rojo fue el comandante designado para entrar en el Alcázar para parlamentar con sus antiguos compañeros el 9 de septiembre de 1936, aunque su misión de rendir a los sublevados no tuvo el efecto buscado por el gobierno republicano. A su salida, Rojo ayudó a la familia de Alamán Ortega, que se encontraba presa en Toledo, y consiguió el traslado de la mujer e hijas a su domicilio en Madrid.
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Emilio Alamán Ortega en 1937, 1925 y 1936. |
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Ejemplares de la Colección Bibliográfica Militar (tomos de 1932 y 1933). |
Otro de los retratados españoles es Canuto Boloqui Álvarez, que en aquellos días era el Jefe Provincial de Falange. Era natural de Oviedo y en julio de 1936 se encontraba en Inca (Mallorca) como jefe de Falange local y participó en las acciones militares en Inca y Manacor. Tras su paso por Toledo entre 1937 y 1938 llegó de nuevo a Mallorca nombrado Jefe Provincial, cargo que ostentó hasta 1941.
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Canuto Boloqui Álvarez durante la guerra. |
Y el jefe de la representación de los alemanes era el Bannführer Karl Jeckstadt-Borchert, nacido en Lägerdorf en 1914 y estudió en la Realschule de Mölln. Como miembro de la Hitlerjugend obtuvo sus ascensos en Colonia-Aachen, y posteriormente formó parte como oficial de infantería en el Ejército. Tras la guerra ejerció la actividad política en la corporación municipal de Mölln siendo alcalde entre 1951 y 1978. Falleció en esa misma ciudad en julio de 1980.
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Karl Jeckstadt-Borchert en 1937, años 50 y años 60. (Möllnweb). |
La visita de las representaciones alemanas nazis en Toledo en noviembre de 1937 fue la primera de una serie de visitas destacadas posteriormente. Años después de la guerra, las visitas de oficiales alemanes destacaron en la ciudad con la llegada de Heinrich Himmler y delegaciones de jóvenes de las Juventudes Hitlerianas desfilando en el Alcázar.
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Visitas en el Alcázar durante los años 40 y 41 de Heinrich Himmler y delegaciones de las Juventudes Hitlerianas. |
La última barricada frente al Alcázar de Toledo, por el reportero Atienza
Son ampliamente conocidas las fotografías tomadas en Toledo durante el cerco al antiguo palacio de Carlos V, que muestran barricadas y parapetos construidos con una variedad de objetos: muebles, sacos de arpillera y otros materiales. En este blog, hemos analizado más de una vez imágenes en detalle de estos parapetos, aportando información sobre su construcción, ubicación y las personas que los defendieron.
En este caso, analizamos una fotografía que muestra la barricada más cercana al Alcázar antes de la culminación del asedio.
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Parapeto en la escalera central bajo el torreón noreste del Alcázar. Foto Atienza. AGA. |
La copia, pegada en su ficha correspondiente del Archivo Fotográfico del Patronato Nacional de Turismo, pertenecía originalmente a la colección creada por la Junta de Defensa de Madrid como fondo propagandístico del gobierno republicano entre 1936 y 1939 (este se conoce hoy como Archivo Rojo en PARES).
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Información en la ficha de la fotografía de Atienza. AGA. |
La autoría es de Atienza, la firma de los hermanos Julián y Ángel Atienza Pérez. Conocemos pocos datos de ambos, y toda la información extraída pertenece a sus fichas de filiación de la Junta Delegada de Defensa de Madrid firmadas en diciembre de 1936.
Julián Atienza era natural de Cuenca y a finales de 1936 tenía 27 años y estaba casado. Ángel Atienza nació en Madrid, también casado, contaba con 21 años al iniciarse la sublevación militar. Ambos pertenecían a UGT y trabajaban en la Avenida Pi y Margall, 11 (actual Gran Vía) en los Laboratorios Fotográficos Zato. Por su lado, Ángel contaba en su ficha con la garantía de UGT (sello y firma de un compañero), y Julián Atienza trabajaba para el Servicio del Comisariado de Guerra (Subcomisariado del Ministerio de Propaganda).
Tras acabar la guerra desconocemos qué pasó con Ángel, aunque sí sabemos que su hermano mayor Julián Atienza fue fusilado el 8 de septiembre de 1939 en el Cementerio del Este, tras haber sido detenido el 23 de junio, y pasar por las prisiones madrileñas de Santa Engracia y Porlier.
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Fichas de filiación como fotógrafos de la Junta de Defensa de Madrid. CDMH. |
No puedo asegurar con certeza quién tomó la fotografía en Toledo atribuida a los hermanos Atienza. Sin embargo, las imágenes de ellos en el Archivo Rojo, junto con esta, evidencian que los reporteros solían acercarse a las líneas del frente asumiendo grandes riesgos y documentando escenas impactantes y de gran crudeza en la retaguardia.
Procedamos a analizar la imagen de Atienza bajo el Alcázar de Toledo:
Este parapeto se encontraba en la conocida escalera central en la fachada norte del Alcázar, bajo el torreón noreste. Era una escalera que destacaba por su diseño y simetría, y que permitía ascender a la explanada norte y la Puerta Principal del viejo palacio desde la zona este donde se encontraban el resto de las dependencias de la Academia. Os dejo algunas fotografías anteriores al conflicto:
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Escalera central en la fachada norte del Alcázar (ca. 1930). Museo del Ejército-BVD. |
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Postal de la escalera central del Alcázar. Ediciones Unique. Col. Carlos Vega Hidalgo |
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Vista aérea de la Academia de Infantería, Caballería e Intendencia. ca. 1930. AMTO. |
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Detalle de la escalera central en una fotografia aérea de Marín de los años 20. |
La fecha de realización de la fotografía es complicada de establecer por diversas razones. La principal es que se encontraba justo debajo del Alcázar, unida a su torreón, y por lo tanto ese acercamiento sin correr “peligro directo” debió producirse después de abandonar las posiciones externas y replegarse al interior de la fortaleza los defensores a partir del 20 de septiembre de 1936. Otro dato es que el torreón noreste fue derribado el 4 de septiembre y sus restos cayeron sobre la explanada y la escalera, aunque esta debió taponarse parcialmente de escombros. En varias fotografías tomadas desde las viviendas de la plaza de Zocodover que muestran la destrucción gradual de la fachada norte del Alcázar, se puede observar que la farola justo encima de la escalera no fue derribada ni taponada por los escombros durante el cerco (cuadrado rojo en la imagen). Incluso, es posible verla en pie en imágenes de posguerra. Además, los restos del torreón noreste fueron cayendo paulatinamente por la acción de la artillería incluso después del 20 de septiembre que quedan restos sin caer (cuadrado verde en la fotografía).
La barricada debió construirse por parte de los republicanos a partir de los días 20 y 21 cuando pudieron acceder a la fachada norte tras replegarse los sublevados al interior del Alcázar. Antes, todo ese acceso en ascenso estaba completamente batido desde el Gobierno Militar, Puerta de Hierro y el conocido zig-zag. Poco a poco tuvieron que ir elevando la barricada para fijar la posición e intentar tomar la fortaleza por la brecha de la fachada norte.
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Localización de las escaleras en un plano de 1926. AMTO. |
Esto ocurrió el 23 de septiembre de 1936, fecha que prácticamente con total seguridad tuvo que realizar Atienza la fotografía acercándose bajo el Alcázar y documentando el momento en que dos soldados cargaban hacia abajo a un miliciano abatido por las defensas sublevadas. Para cerrar la hipótesis se ha de consultar el diario de operaciones de Moscardó y el diario El Alcázar, escrito y distribuido entre los defensores. Ese día se intentó un doble asalto, uno por la mañana y otro por la tarde, para intentar entrar por la brecha, aunque una vez más los asaltantes fueron rechazados y en el Alcázar sufrieron un alto coste en bajas.
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Barricada avanzada en la escalera principal en la fachada norte. Foto Atienza. AGA. |
Diario de operaciones, 23 de septiembre de 1936:
«A las 8h. hay un intento de asalto por el frente norte empleando el enemigo fusiles, armas automáticas y un tanque de artillería, que desde el zig-zag hace varios disparos sobre la parte alta de las ruinas con objeto de batir los puestos colocados en ellas, es rechazado y al cabo de una hora de combate se retiró el enemigo con el tanque.
A las 18h. comienza otro asalto, también sobre la Puerta Principal, y con los mismos elementos que por la mañana, pero con mayor intensidad, asalto que también fue rechazado, durando el combate hasta las 19.15 en que se retiró el enemigo…».
La férrea defensa en el sector norte del Alcázar fue bastante importante porque el propio Moscardó así lo detalló en la edición del periódico al día siguiente con la orden de ascensos y recompensas a los elementos más destacados aquella jornada:
El Alcázar, 24 de septiembre de 1936:
«En ambas ocasiones fue brillantemente rechazado por las fuerzas que guarnecían el frente atacado, auxiliado por las de maniobras; el comportamiento de cuantos intervinieron me enorgullece y quiero consignar desde aquí mi más calurosa felicitación, tanto al mando en todas sus categorías como a las fuerzas que intervinieron».
Después de estos hechos, el empuje republicano perdió fuerza durante los siguientes días, y cuando las tropas del general José Varela llegaron hasta Bargas y a las puertas de la ciudad. A pesar de esos intentos menores, la resistencia sublevada mantuvo la posición hasta el 28 de septiembre.
Los hermanos Atienza tienen otra fotografía tomada en Toledo, posiblemente durante las mismas fechas, pero que no he podido identificar el lugar exacto. Os dejo esta imagen, y podéis comentar donde pudo realizarse en septiembre de 1936:
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Robert Capa, al fin…durante el asedio del Alcázar de Toledo (1936)
En mayo de 2014, tras un año de actividad del blog, logré identificar las primeras fotografías tomadas por Robert Capa y Gerda Taro en Toledo en 1936. Hasta entonces, solo se conocía una imagen de la pareja en la ciudad. Este hallazgo abrió un nuevo campo de investigación sobre su paso por la Ciudad Imperial durante el asedio del Alcázar de Toledo, suscitando numerosas preguntas clave para construir el corpus de la investigación: ¿Cuándo llegaron? ¿Cuántas veces visitaron Toledo? ¿Con quién y dónde estuvieron? Y, naturalmente, ¿cuántas fotografías realizaron? Todas estas cuestiones fueron obteniendo respuesta poco a poco, durante muchas horas de investigación y análisis de material.
Sin embargo, quedaba algo pendiente: Identificar a Robert Capa en la ciudad de Toledo en 1936. Y siempre ha estado ahí, en una fotografía conocida desde hace casi dos décadas. El reportero húngaro aparece en una de las copias de la Colección Doherty tomada en el claustro del Museo de Santa Cruz.
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Milicianos, granaderos y un piloto extranjero en el claustro del Museo de Santa Cruz en Toledo durante el asedio del Alcázar. Colección Vincent Doherty. *A la izquierda, el fotógrafo Robert Capa. |
La Colección Vincent Doherty fue donada en 2007 por sus nietas al Arxiu Comarcal de L’Alt Penedès conteniendo 42 copias positivas realizadas por un reportero desconocido en septiembre de 1936. De igual manera, en diciembre de 2007, las copias digitales se entregaron al Archivo Municipal de Toledo, donde, tras ser catalogadas, se pusieron en línea en su totalidad para consulta pública.
Para definir al completo la identificación del fotógrafo vamos a reunir todo lo que sabemos sobre el célebre tándem de fotoperiodistas y su trabajo en Toledo durante el verano de 1936.
Por ir al grano y hacer más ameno todo, no vamos a repasar la biografía de Capa y Taro, sus seudónimos, ni cómo se conocieron y llegaron a España para cubrir la Guerra Civil.
¿Qué sabemos hasta la fecha?
Robert Capa y Gerda Taro viajaron desde Francia a España a documentar la guerra para las revistas Vu y Regards. A finales de agosto, sin saber fecha exacta, la pareja pasó por Madrid, Talavera y Toledo durante su recorrido hacia el sur para acercarse al frente de Córdoba. Es posible que en Toledo solo estuvieran de paso unas horas o un día como mucho, aunque no podemos confirmar esto por la falta de datos.
Las fotografías que sí se pueden relacionar sobre esta primera parada son las que identificamos años atrás en este blog. Ambos fotógrafos debieron acercarse, casi por obligación, por el cuartel de milicias establecido en la antigua residencia de los Hermanos Maristas para registrarse como fotoperiodistas, comer algo y quizás hasta dormir unas horas. Es en las cercanías del lugar donde tomaron las siguientes imágenes:
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Capilla en la iglesia de San Marcos - Calle Ciudad de Toledo. Robert Capa y Gerda Taro / ICP. |
Evidentemente pasaron por la plaza de Zocodover para poder visualizar el Alcázar (es extraño que en ninguna fotografía de la pareja se vea el edificio). En el lugar retrataron a los milicianos, que posaron para los extranjeros en el parapeto de Zocodover. Es en este sitio donde Capa fotografió a Consuelo Hernández «Cuquillo», miliciano del pueblo de Mora de Toledo, con sombrero y gafas:
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Grupo de fotografias tomadas en Toledo por Robert Capa y Gerda Taro a finales de agosto de 1936. ICP. |
A principios de septiembre llegaron a territorio cordobés y a las inmediaciones de Cerro Muriano, El Vacar y Espejo. Fue en esta localidad donde tomaron la famosa fotografía «Muerte de un miliciano», icono de la Guerra Civil y del fotoperiodismo de guerra tras su publicación en la revista Life. Este hecho catapultó la firma Robert Capa de manera internacional hasta nuestros días.
Su segundo paso por Toledo fue el 18 de septiembre de 1936 para cubrir la voladura del Alcázar y el asalto republicano. En esa fecha realizaron las fotografías más destacadas, como fue el conocido retrato del joven miliciano en Zocodover, la discusión con el comandante Madroñero en el Museo de Santa Cruz, las milicianas de la calle Armas y el granadero en la barricada de la misma calle.
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Grupo de fotografías realizadas en Toledo por Robert capa y Gerda Taro en septiembre de 1936. ICP. |
Sin embargo, es muy probable que estuvieran en la ciudad un par de días más debido a su relación con otros corresponsales y la similitud con el trabajo de estos. Sabemos que el ruso Roman Karmen estuvo en Toledo varias veces, y sus imágenes más importantes fueron captadas el 20-21 de septiembre de 1936. Chim retrató a este con su cámara de cine entre los escombros de Zocodover-Calle Santa Fe. Y en una de las imágenes en movimiento reconocimos a la miliciana y el mismo momento captado por Capa y Taro en la barricada de la calle Armas. Es decir, Capa y Karmen están inmortalizando juntos el mismo momento, además de estar Chim en las cercanías:
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Arriba: Fotografía tomada por Capa y Taro en la calle Armas. Abajo: Misma miliciana y momento captado por el cámara Roman Karmen. ICP / British Pathé. |
Este hecho refuerza la conclusión de que la pareja estuvo varios días en Toledo y no únicamente el 18 de septiembre de 1936. El dato es relevante porque las fotografías de la colección de Vincent Doherty donde aparece Capa fueron tomadas en un rango de fechas que coincide precisamente con la estancia de Capa y Taro en Toledo entre el 18 y el 21 de septiembre.
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Milicianos, granaderos y un piloto extranjero en el claustro del Museo de Santa Cruz en Toledo durante el asedio del Alcázar. Colección Vincent Doherty. *A la izquierda, el fotógrafo Robert Capa. |
El análisis físico proporciona evidencias sólidas de que estamos en lo correcto: coincide su estatura, y el cabello y su peinado son claves, ademas de la nariz, la oreja, así como la forma de los ojos y las cejas. Por otro lado, no porta elementos típicos de un miliciano, como armas, gorra e insignias entre otros. No obstante, el desafío radica en la imagen que comúnmente asociamos con Robert Capa, quien suele aparecer con una cámara fotográfica, un detalle que, en este caso, lamentablemente, no es visible.
Es la primera vez que podemos ver claramente a Capa en Toledo, y con esta identificación, añadimos un punto crucial a una investigación de diez años que, sin duda, aún nos deparará muchas más sorpresas.
También es la primera ocasión que se tiene constancia de una imagen de Robert Capa en España en 1936 donde su rostro es visible, algo poco común, ya que la única imagen previa atribuida a ese periodo —captada por Hans Namuth y Georg Resiner en Cerro Muriano— lo muestra de espaldas caminando hacia el frente, sin poder confirmarse plenamente su identidad y la de su compañera debido a este hecho.
* Hoy, 20 de noviembre de 2024, incluyo el vídeo del Encuentro Internacional: Robert Capa y la memoria de Europa, lugar en el que durante mi intervención sobre Capa y Taro en Toledo di a conocer la identificación:
Hans-Georg von Studnitz en las ruinas del Alcázar de Toledo (1936)
Las imágenes en vídeo de la Hearst Metrotone News que fueron digitalizadas a disposición de todos los usuarios por la Universidad de California y Televisión Archive, además de la cesión a la RABACHT, resultaron ser una fuente de información documental increíble. Además de poder visualizar escenas que en muchas ocasiones no se conocían, ya que no fueron publicadas en los noticiarios originales, la documentación audiovisual ha permitido identificar personajes que gracias a la calidad y nitidez del material antes resultaba imposible.
En este caso se trata de uno de los corresponsales alemanes que visitaron los frentes de España durante la guerra y llegaron a Toledo, junto a una decena más, en septiembre de 1936. Entre todos los periodistas y reporteros gráficos que llegaron a la Península, Hans-Georg von Studnitz era uno de los más desconocidos hasta la fecha en nuestro país, aunque su trayectoria profesional es tan increíble que es digna de llevarse a la gran pantalla.
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H.G. von Studnitz abriéndose paso entre Franco, Varela, Moscardó y demás oficiales para tomar una fotografía con su cámara Leica I en la cuesta de San Justo el 29 de septiembre de 1936. Fuente HMN. |
Breves apuntes biográficos
Hans-Georg von Studnitz nació en Potsdam en 1907 en el seno de una familia noble. Su padre era el capitán Thassilo von Studnitz y su madre Anna Maria Schinckel, hija del banquero de Hamburgo Max von Schinckel, socio del Norddeutsche Bank. Es en este mismo banco donde Studnitz comenzó su aprendizaje para trabajar luego en el Banco de Chile y Alemania en Valparaíso en los años 20. En 1926 fue empleado comercial de la compañía de transporte Hapag en Buenos Aires, Nueva York y Berlín. En 1931 fue despedido y comenzó a trabajar como periodista gracias a los contactos de su familia con Alfred Hugenberg, empresario de medios de comunicación y encargado del imperio periodístico de la Scherl Verlag (principal empresa periodística en Alemania). Comenzó a trabajar en Der Tag y como corresponsal en el extranjero de los periódicos de la Scherl, principalmente del diario Berliner Lokal-Anzeiger, en ciudades como Londres, Roma, Viena, Madrid o en países de Oriente Medio y la India donde entrevistó a Gandhi y Nehru en 1937. En 1933 Studnitz se unió al NSDAP (Partido Nacionalsocialista de los Trabajadores alemanes) y posteriormente en la Segunda Guerra Mundial ejerció como asesor en el departamento de propaganda del Ministerio de Asuntos Exteriores junto a J. von Ribbentrop. En el periodo bélico fue responsable de las revistas Berlín-Roma-Tokio y Anti-Comintern. Tras la guerra ejerció su labor profesional en Christ und Welt, Die Zeit, donde informó de los Juicios de Núremberg, y en 1949 dirigió el Hamburger Allgemeine Zeitung. En los años 50 fue redactor jefe de Foreign Policy y Hamburger Anzeiger, además de jefe de prensa de Lutfthansa. En 1966 recibió el premio Heinrich von Kleist de la BdV, la Asociación de Expulsados alemana. Falleció un mes antes de cumplir los 86 años en la ciudad de Rimsting en 1993. Su legado, aparte de miles de artículos en prensa, fueron dos libros de memorias Seitensprünge. Erlebnisse und Begegnungen 1907-1970 y While Berlin burns (diario personal entre 1943 y 1945).
Según sus propias palabras: «Tal vez hubiera preferido vivir en un siglo menos bárbaro si una época de costumbre me hubiera llevado más lejos». En palabras de su hijo: «Mi padre, como se dice en alemán, “estaba bailando en dos fiestas de boda”. Una mitad de él participaba en la vida social de donde provenía: la aristocracia. La otra mitad se escapaba buscando algo más» (A. von Studnitz, While Berlin Burns).
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Gandhi y von Studnitz en junio de 1937. Fuente: Seitensprünge. |
El periplo en España y su trabajo ha sido posible estudiarlo gracias a sus memorias y la aportación de otros datos de interés que su familia ha facilitado.
Tras la sublevación militar se dirigió hacia España por avión para cubrir los acontecimientos como corresponsal del Berliner Lokal-Anzeiger. Recorrió durante la segunda semana de agosto de 1936 el frente de Gredos trabajando en Ávila y Burgos. A finales de agosto se entrevistó con el embajador alemán en Paris J. B. von Welczeck. Antes de cruzar la frontera de nuevo se estableció inicialmente en un hotel de Hendaya donde podía observar el puente de Irún y los cientos de refugiados que huían. Desde ese hotel se enviaban las crónicas vía telefónica a las redacciones de medio mundo por parte de los periodistas que allí trabajaban como Sefton Delmer, Ward Price, Pembroke Stephens, Christopher Holmes, Richard Massock, Reynolds Packard, el locutor de radio Kaltenborn, H. Knickerbocker, Roland Strunk y Hermann Fiddickow. Studnitz indica que los periódicos alemanes competían entre sí, pero ellos tenían una gran camaradería ayudándose con los artículos y en tramitar las tarjetas de identificación obligatorias. Su salvoconducto de la Junta de Defensa Nacional, firmado en Burgos por el coronel de Estado Mayor Federico Montaner, le permitió cruzar a España por Irún el 12 de septiembre de 1936. Con Fiddickow mantuvo gran amistad y fue con quien alquiló un coche para viajar juntos y pagar alojamientos a medias sin hacer gastos extras. Para trasladarse de un punto a otro utilizaban viejas y desactualizadas guías turísticas Baedeker o Michelín, ya que las informaciones del mando militar no eran fiables del todo y podían atravesar las líneas enemigas con bastante facilidad.
Junto al general Miguel Cabanellas en Burgos, 1936. Fuente: Seitensprünge. |
En Talavera de la Reina, una vez ocupada por la columna Madrid, se había establecido una oficina de prensa donde los corresponsales seguían las informaciones del avance franquista hasta Toledo. Es aquí donde su relato sobre el final del asedio y la toma de la Ciudad Imperial demuestra cómo fueron aquellas horas para los periodistas y su manera de trabajar. Además, su escrito se corresponde a la perfección con las imágenes donde aparece él en las ruinas del Alcázar y sus inmediaciones. El 29 de septiembre recibieron el permiso para poder entrar en Toledo después de acabar con el cerco las fuerzas del general Varela. Studnitz relata que todavía se oyen detonaciones y ametralladoras por el centro. Son los combates contra los focos de resistencia republicanos en el Seminario y la residencia de los Maristas.
«Nos abrimos paso hacia el castillo. Entre los cadáveres de mulas, entre proyectiles sin explotar y hierro doblado, llegamos al patio principal, en el que aún quedan en pie algunas columnas». H.G. von Studnitz.
En el patio entrevistaron a los sobrevivientes del asedio y Studnitz fotografió con su cámara mientras esperaban la llegada del general Franco junto al resto de corresponsales acompañados por el capitán Luis Bolín y Gonzalo de Aguilera.
«El momento que nadie había esperado vivir se hace realidad. El libertador se aproxima, señales de cuerno suenan, guardias anuncian que Franco ha llegado. Ágil y juvenil, el generalísimo cierra en sus brazos a Moscardó. En los rostros de los defensores, marcados por el sufrimiento y las privaciones, se asoman lágrimas».
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H.G. von Studnitz con boina negra subiendo entre los escombros de la fachada oeste hasta el patio del Alcázar el 29 de septiembre de 1936. Fuente HMN. |
En sus memorias, relata cómo envió sus despachos a Alemania ese mismo día para que se publicaran lo antes posible. Tras estar en Toledo entrevistando a los defensores y al propio Franco, además de tomar fotografías, aquella misma noche regresaron a Talavera de la Reina. Allí solicitaron salvoconductos militares para cruzar la frontera hacia Francia. A medianoche del 29 al 30 de septiembre de septiembre, los dos alemanes partieron en un viejo Graham-Paige; uno conducía mientras el otro dormía y se alternaban cada 200 km. Al día siguiente, llegaron a Hendaya alrededor de las diez de la mañana y, seis horas después, Studnitz había redactado todo el material informativo y se había puesto en contacto con la redacción en Berlín. Tras apenas una hora de sueño, la empresa editora Scherl le comunicó que el diario Berliner Lokal-Anzeiger estaba preparando un especial sobre la liberación del Alcázar y que debía entregar treinta páginas con fecha límite del 2 de octubre. Esa misma noche, el 30 de septiembre, tenía todo listo y lo envió para su publicación el 4 de octubre.
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Entrevista a un guardia civil defensor del Alcázar frente al Hospital Tavera. Fuente HMN. |
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Entrevista a un guardia civil defensor del Alcázar frente al Hospital Tavera. Fuente HMN. |
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Tomando fotografías frente al Hospital Tavera. Fuente HMN. |
De igual manera, Studnitz y su profesión tiene otros datos interesantes relacionados con Toledo. Durante su labor como periodista indica que los oficiales de prensa encargados de controlar los movimientos a su grupo de corresponsales fueron el capitán Gonzalo de Aguilera Munro (como se puede ver en el listado manuscrito por el oficial donde aparece von Studnitz entre otros) y Guillermo Pelizaeus y Lantz, alemán de nacimiento y casado con Consuelo de Cubas y Erice, quienes eran los condes del Palacio de la Sisla, y posteriormente él como duque de Tetuán y concejal del ayuntamiento de Madrid. Años antes de la guerra, Pelizaeus fue retratado por Otto Wunderlich en el Palacio de la Sisla, que acabaría muy dañado después de la contienda (leer aquí).
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El señor Pelizaeus con su perro en la entrada principal al palacio de la Sisla. Foto Wunderlich (IPCE). |
Sin embargo, las fotografías que realizó aquel día en Toledo no tienen su firma y es por eso por lo que hasta la fecha no se habían identificado. En el repositorio digital de SZ Photo se ha podido comprobar un grupo extenso de imágenes con los créditos de Scherl Verlag (la empresa editora para la que trabajaba él), y estoy convencido que fueron realizadas por Studnitz. Son imágenes que ya vimos años atrás, aunque el autor era desconocido (leer aquí). Os dejo algunas para visualizar el trabajo del periodista en las ruinas del Alcázar, además que también tiene de Talavera, Algeciras en 1937 y las más reconocidas fueron en Guadalajara ese mismo año.
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Como se aprecia en la primera fotografía de esta entrada, Studnitz acompañó a Franco, Varela, y Moscardó, junto con todos los defensores y demás oficiales del Ejército, durante su recorrido por las calles de Toledo. En un momento dado, como se observa en el vídeo, el alemán se adelantó a la comitiva y realizó un retrato de los tres militares, el cual se conserva en la colección de Scherl en SZ Photo.
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Durante el otoño de 1936, Studnitz regresó a Toledo alojándose en el Hotel Castilla desde donde partían a diario al frente por el norte de la provincia para cubrir el avance hasta las puertas de Madrid. En la misma Ciudad Imperial conoció las noticias del frente de Málaga en 1937 y decidió trasladarse al sur de la Península para regresar a Alemania ese mismo año después de la batalla de Guadalajara, donde realizó un importante reportaje gráfico, aunque no pudo publicar su trabajo por censurarse tras la derrota militar sublevada.
H.G. von Studnitz se suma a la larga relación de periodistas y fotógrafos que ejercieron su labor profesional en España y en concreto en Toledo en 1936.