Hans-Georg von Studnitz en las ruinas del Alcázar de Toledo (1936)

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Las imágenes en vídeo de la Hearst Metrotone News que fueron digitalizadas a disposición de todos los usuarios por la Universidad de California y Televisión Archive, además de la cesión a la RABACHT, resultaron ser una fuente de información documental increíble. Además de poder visualizar escenas que en muchas ocasiones no se conocían, ya que no fueron publicadas en los noticiarios originales, la documentación audiovisual ha permitido identificar personajes que gracias a la calidad y nitidez del material antes resultaba imposible. 

En este caso se trata de uno de los corresponsales alemanes que visitaron los frentes de España durante la guerra y llegaron a Toledo, junto a una decena más, en septiembre de 1936. Entre todos los periodistas y reporteros gráficos que llegaron a la Península, Hans-Georg von Studnitz era uno de los más desconocidos hasta la fecha en nuestro país, aunque su trayectoria profesional es tan increíble que es digna de llevarse a la gran pantalla.

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H.G. von Studnitz abriéndose paso entre Franco, Varela, Moscardó y demás oficiales para tomar una fotografía con su cámara Leica I en la cuesta de San Justo el 29 de septiembre de 1936. Fuente HMN.
 




Breves apuntes biográficos

Hans-Georg von Studnitz nació en Potsdam en 1907 en el seno de una familia noble. Su padre era el capitán Thassilo von Studnitz y su madre Anna Maria Schinckel, hija del banquero de Hamburgo Max von Schinckel, socio del Norddeutsche Bank. Es en este mismo banco donde Studnitz comenzó su aprendizaje para trabajar luego en el Banco de Chile y Alemania en Valparaíso en los años 20. En 1926 fue empleado comercial de la compañía de transporte Hapag en Buenos Aires, Nueva York y Berlín. En 1931 fue despedido y comenzó a trabajar como periodista gracias a los contactos de su familia con Alfred Hugenberg, empresario de medios de comunicación y encargado del imperio periodístico de la Scherl Verlag (principal empresa periodística en Alemania). Comenzó a trabajar en Der Tag y como corresponsal en el extranjero de los periódicos de la Scherl, principalmente del diario Berliner Lokal-Anzeigeren ciudades como Londres, Roma, Viena, Madrid o en países de Oriente Medio y la India donde entrevistó a Gandhi y Nehru en 1937. En 1933 Studnitz se unió al NSDAP (Partido Nacionalsocialista de los Trabajadores alemanes) y posteriormente en la Segunda Guerra Mundial ejerció como asesor en el departamento de propaganda del Ministerio de Asuntos Exteriores junto a J. von Ribbentrop. En el periodo bélico fue responsable de las revistas Berlín-Roma-Tokio y Anti-Comintern. Tras la guerra ejerció su labor profesional en Christ und WeltDie Zeit, donde informó de los Juicios de Núremberg, y en 1949 dirigió el Hamburger Allgemeine Zeitung. En los años 50 fue redactor jefe de Foreign Policy y Hamburger Anzeiger, además de jefe de prensa de Lutfthansa. En 1966 recibió el premio Heinrich von Kleist de la BdV, la Asociación de Expulsados alemana. Falleció un mes antes de cumplir los 86 años en la ciudad de Rimsting en 1993. Su legado, aparte de miles de artículos en prensa, fueron dos libros de memorias Seitensprünge. Erlebnisse und Begegnungen 1907-1970While Berlin burns (diario personal entre 1943 y 1945).

Según sus propias palabras: «Tal vez hubiera preferido vivir en un siglo menos bárbaro si una época de costumbre me hubiera llevado más lejos». En palabras de su hijo: «Mi padre, como se dice en alemán, “estaba bailando en dos fiestas de boda”. Una mitad de él participaba en la vida social de donde provenía: la aristocracia. La otra mitad se escapaba buscando algo más» (A. von Studnitz, While Berlin Burns).

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Gandhi y von Studnitz en junio de 1937. Fuente: Seitensprünge.

El periplo en España y su trabajo ha sido posible estudiarlo gracias a sus memorias y la aportación de otros datos de interés que su familia ha facilitado. 

Tras la sublevación militar se dirigió hacia España por avión para cubrir los acontecimientos como corresponsal del Berliner Lokal-Anzeiger. Recorrió durante la segunda semana de agosto de 1936 el frente de Gredos trabajando en Ávila y Burgos. A finales de agosto se entrevistó con el embajador alemán en Paris J. B. von Welczeck. Antes de cruzar la frontera de nuevo se estableció inicialmente en un hotel de Hendaya donde podía observar el puente de Irún y los cientos de refugiados que huían. Desde ese hotel se enviaban las crónicas vía telefónica a las redacciones de medio mundo por parte de los periodistas que allí trabajaban como Sefton Delmer, Ward Price, Pembroke Stephens, Christopher Holmes, Richard Massock, Reynolds Packard, el locutor de radio Kaltenborn, H. Knickerbocker, Roland Strunk y Hermann Fiddickow. Studnitz indica que los periódicos alemanes competían entre sí, pero ellos tenían una gran camaradería ayudándose con los artículos y en tramitar las tarjetas de identificación obligatorias. Su salvoconducto de la Junta de Defensa Nacional, firmado en Burgos por el coronel de Estado Mayor Federico Montaner, le permitió cruzar a España por Irún el 12 de septiembre de 1936. Con Fiddickow mantuvo gran amistad y fue con quien alquiló un coche para viajar juntos y pagar alojamientos a medias sin hacer gastos extras. Para trasladarse de un punto a otro utilizaban viejas y desactualizadas guías turísticas Baedeker o Michelín, ya que las informaciones del mando militar no eran fiables del todo y podían atravesar las líneas enemigas con bastante facilidad. 

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Junto al general Miguel Cabanellas en Burgos, 1936. Fuente: Seitensprünge.

En Talavera de la Reina, una vez ocupada por la columna Madrid, se había establecido una oficina de prensa donde los corresponsales seguían las informaciones del avance franquista hasta Toledo. Es aquí donde su relato sobre el final del asedio y la toma de la Ciudad Imperial demuestra cómo fueron aquellas horas para los periodistas y su manera de trabajar. Además, su escrito se corresponde a la perfección con las imágenes donde aparece él en las ruinas del Alcázar y sus inmediaciones. El 29 de septiembre recibieron el permiso para poder entrar en Toledo después de acabar con el cerco las fuerzas del general Varela. Studnitz relata que todavía se oyen detonaciones y ametralladoras por el centro. Son los combates contra los focos de resistencia republicanos en el Seminario y la residencia de los Maristas.

«Nos abrimos paso hacia el castillo. Entre los cadáveres de mulas, entre proyectiles sin explotar y hierro doblado, llegamos al patio principal, en el que aún quedan en pie algunas columnas». H.G. von Studnitz. 

En el patio entrevistaron a los sobrevivientes del asedio y Studnitz fotografió con su cámara mientras esperaban la llegada del general Franco junto al resto de corresponsales acompañados por el capitán Luis Bolín y Gonzalo de Aguilera.

«El momento que nadie había esperado vivir se hace realidad. El libertador se aproxima, señales de cuerno suenan, guardias anuncian que Franco ha llegado. Ágil y juvenil, el generalísimo cierra en sus brazos a Moscardó. En los rostros de los defensores, marcados por el sufrimiento y las privaciones, se asoman lágrimas». H.G. von Studnitz. 

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H.G. von Studnitz con boina negra subiendo entre los escombros de la fachada oeste hasta el patio del Alcázar el 29 de septiembre de 1936. Fuente HMN.

En sus memorias, relata cómo envió sus despachos a Alemania ese mismo día para que se publicaran lo antes posible. Tras estar en Toledo entrevistando a los defensores y al propio Franco, además de tomar fotografías, aquella misma noche regresaron a Talavera de la Reina. Allí solicitaron salvoconductos militares para cruzar la frontera hacia Francia. A medianoche del 29 al 30 de septiembre de septiembre, los dos alemanes partieron en un viejo Graham-Paige; uno conducía mientras el otro dormía y se alternaban cada 200 km. Al día siguiente, llegaron a Hendaya alrededor de las diez de la mañana y, seis horas después, Studnitz había redactado todo el material informativo y se había puesto en contacto con la redacción en Berlín. Tras apenas una hora de sueño, la empresa editora Scherl le comunicó que el diario Berliner Lokal-Anzeiger estaba preparando un especial sobre la liberación del Alcázar y que debía entregar treinta páginas con fecha límite del 2 de octubre. Esa misma noche, el 30 de septiembre, tenía todo listo y lo envió para su publicación el 4 de octubre.

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Entrevista a un guardia civil defensor del Alcázar frente al Hospital Tavera. Fuente HMN.

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Entrevista a un guardia civil defensor del Alcázar frente al Hospital Tavera. Fuente HMN.

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Tomando fotografías frente al Hospital Tavera. Fuente HMN.

De igual manera, Studnitz y su profesión tiene otros datos interesantes relacionados con Toledo. Durante su labor como periodista indica que los oficiales de prensa encargados de controlar los movimientos a su grupo de corresponsales fueron el capitán Gonzalo de Aguilera Munro (como se puede ver en el listado manuscrito por el oficial donde aparece von Studnitz entre otros) y Guillermo Pelizaeus y Lantz, alemán de nacimiento y casado con Consuelo de Cubas y Erice, quienes eran los condes del Palacio de la Sisla, y posteriormente él como duque de Tetuán y concejal del ayuntamiento de Madrid. Años antes de la guerra, Pelizaeus fue retratado por Otto Wunderlich en el Palacio de la Sisla, que acabaría muy dañado después de la contienda (leer aquí).

El señor Pelizaeus con su perro en la entrada principal al palacio de la Sisla. Foto Wunderlich (IPCE).

Sin embargo, las fotografías que realizó aquel día en Toledo no tienen su firma y es por eso por lo que hasta la fecha no se habían identificado. En el repositorio digital de SZ Photo se ha podido comprobar un grupo extenso de imágenes con los créditos de Scherl Verlag (la empresa editora para la que trabajaba él), y estoy convencido que fueron realizadas por Studnitz. Son imágenes que ya vimos años atrás, aunque el autor era desconocido (leer aquí). Os dejo algunas para visualizar el trabajo del periodista en las ruinas del Alcázar, además que también tiene de Talavera, Algeciras en 1937 y las más reconocidas fueron en Guadalajara ese mismo año. 









Como se aprecia en la primera fotografía de esta entrada, Studnitz acompañó a Franco, Varela, y Moscardó, junto con todos los defensores y demás oficiales del Ejército, durante su recorrido por las calles de Toledo. En un momento dado, como se observa en el vídeo, el alemán se adelantó a la comitiva y realizó un retrato de los tres militares, el cual se conserva en la colección de Scherl en SZ Photo.





Durante el otoño de 1936, Studnitz regresó a Toledo alojándose en el Hotel Castilla desde donde partían a diario al frente por el norte de la provincia para cubrir el avance hasta las puertas de Madrid. En la misma Ciudad Imperial conoció las noticias del frente de Málaga en 1937 y decidió trasladarse al sur de la Península para regresar a Alemania ese mismo año después de la batalla de Guadalajara, donde realizó un importante reportaje gráfico, aunque no pudo publicar su trabajo por censurarse tras la derrota militar sublevada.

H.G. von Studnitz se suma a la larga relación de periodistas y fotógrafos que ejercieron su labor profesional en España y en concreto en Toledo en 1936. 

Estado de guerra: El primer reportaje fotográfico por Foto Rodríguez

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Ayer, 21 de julio de 2024, se cumplieron 88 años desde la declaración del estado de guerra en Toledo y del primer reportaje fotográfico del conflicto realizado en la ciudad por Pablo Rodríguez. Las fotografías de aquella mañana, conocidas por todo el mundo, forman parte de la historia de Toledo y del reporterismo gráfico local. En esta nueva entrada vamos a repasar los clichés de la jornada que marcó el inicio de la Guerra Civil española en nuestra ciudad, además de repasar al detalle cada fotografía y la labor del reportero.

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Lectura del bando en el patio del Alcázar de Toledo por el capitán Vela Hidalgo. Foto Rodríguez / AHPTO.

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Clichés del reportaje realizado por Pablo Rodríguez el 21 de julio de 1936 en Toledo. Imágenes de un siglo.

Tres días antes, el 18 de julio, se había conocido por la radio la sublevación militar en África y las guarniciones de la Península, por lo que se estableció la Comandancia Militar en el Gobierno Militar en la cuesta del Carmen. La noche del 18 la Guardia Civil tuvo un enfrentamiento con los primeros milicianos armados de Toledo. El 19 Moscardó recibió las primeras llamadas desde Madrid solicitando el envío de las municiones de la Fábrica de Armas. El coronel, contestando con diferentes argumentos para evitar enviar el material, decidió declarar el estado de guerra tras la amenaza desde la capital de enviar una columna y bombardear Toledo. 

A las 7 de la mañana del 21 de julio el capitán de cuartel en el Alcázar, Emilio Vela Hidalgo, fue el encargado de leer el bando en el patio de armas del viejo palacio. En aquel lugar ya se encontraba Pablo Rodríguez, fotógrafo de la Casa Rodríguez y principal reportero gráfico de Toledo. Según las fuentes, el fotógrafo había sido avisado por el propio coronel Moscardó para documentar el acto de proclamación.

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El capitán Vela Hidalgo lee en el patio del Alcázar la declaración del estado de guerra en Toledo y su provincia. Foto Rodríguez / AHPTO. 

Aquella mañana, Rodríguez trabajó con su cámara Leica con película de 135 mm de la marca Zeiss Ikon, una reconocida empresa de cámaras y material fotográfico alemana. Sin embargo, el uso de película de 135 mm de Zeiss Ikon era bastante inusual en la época, debido a la presencia en el mercado de otras marcas más destacadas. Es posible que Rodríguez comprara rollos de película cinematográfica para rebobinarla en chasis de 35mm él mismo y usarla con su cámara Leica para los reportajes periodísticos.

A esas horas del día 21 del julio ya había amanecido, y Rodríguez pudo fotografiar perfectamente con la luz natural todo el acto. Realizó varias tomas del grupo presentando armas desde diferentes ángulos destacando al capitán Vela Hidalgo junto a la escultura de Carlos V.

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Emilio Vela Hidalgo lee el bando en el patio del Alcázar de Toledo. Foto Rodríguez / AHPTO. 

En las fotografías, además del personal militar de la Academia, estaban presentes miembros de la Guardia Civil que habían llegado de diferentes puntos de la provincia desde el 18 de julio bajo el mando del teniente coronel Pedro Romero Basart. Incluso, como vemos en las imágenes, hay personal civil armado entre los uniformados que procedían de diferentes vinculaciones políticas y se habían sumado voluntariamente a los sublevados desde días antes. Por ejemplo, la noche del día 18, un grupo de manifestantes abrió fuego contra un retén de la Guardia Civil en la plaza de Zocodover tras el discurso radiado de La Pasionaria. La refriega duró hasta las 4 de la madrugada participando miembros de Falange Española y militares de la Academia junto al coronel Moscardó que auxiliaron a los guardias civiles con el resultado de heridos y muertos. 

Otro detalle a destacar en las fotografías es la presencia de niños en el patio que podrían ser familiares de los guardias llegados desde los puestos de otras localidades.

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Declaración del estado de guerra el 21 de julio de 1936. Foto Rodríguez AHPTO.

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Detalle de los presentes en la lectura del bando oficial en el patio del Alcázar el 21 de julio de 1936. 


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Personal civil armado en el patio del Alcázar el 21 de julio de 1936. Foto Rodríguez. 

Tras la lectura en el Alcázar, una sección de Infantería al mando del capitán Vela Hidalgo junto a un corneta y un tambor que marcaban el paso salieron por la puerta principal de la fachada norte para dirigirse a la plaza de Zocodover. Rodríguez, siempre por delante, realizó las fotografías de la salida y la bajada de la cuesta del Alcázar. Son las imágenes menos conocidas tomadas aquella mañana de julio de 1936. 

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Bajada hacia la plaza de Zocodover por la cuesta de las Armas. Foto Rodríguez / AHPTO.

En Zocodover, bajo los soportales, voluntarios y guardias civiles acompañaron también a la sección y al capitán Vela Hidalgo, además de los vecinos que con curiosidad y asombro presenciaron el acto. El reportero tomó hasta tres fotografías de este momento, acercándose a Vela Hidalgo y encuadrando toda la escena. Por último, el bando fue leído frente a la sede de la Unión Local de Sindicatos y en la Diputación sin producirse altercados destacando el silencio en toda la ciudad durante aquellos momentos. De estas últimas paradas no hay fotografías.

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Lectura del bando en la plaza de Zocodover el 21 de julio de 1936. Foto Rodríguez. 

Rodríguez no publicó las fotografías en prensa, ya que en aquellos momentos podían haberle costado un disgusto por significarse con la sublevación tras realizar el reportaje. Cuando la columna del general Riquelme llegó a Toledo desde Madrid, la familia fue retenida inicialmente en el cuartel de los Hermanos Maristas. Gracias a la intervención de un antiguo empleado de los Rodríguez, lograron ser liberados y se trasladaron al pueblo de Ugena hasta la llegada de las fuerzas del general Varela, que puso fin al asedio.

Sin embargo, años después, el reportaje completo sirvió de inspiración para las escenas de Sin novedad en el Alcázar de 1940, como podemos comprobar en la película. 

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Durante los años siguientes de conflicto, Rodríguez fue el reportero principal de la ciudad y fotógrafo oficial del diario El Alcázar, documentando la vida y los acontecimientos tanto militares como civiles en la ciudad. Algunos datos curiosos más allá de su labor como fotógrafo es que Pablo Rodríguez llegó a ser teniente de alcalde del Ayuntamiento de Toledo en los años de guerra, fechas en las que tuvo una sonada disputa con Falange Española por el impago de cuotas como miembro de Segunda Línea. El diario Imperio, notificando su expulsión de FE, publicó su nombre junto a otros bajo el titular Los indeseables. Este hecho de desagrado hizo que presentara su dimisión ante el alcalde y amigo suyo Fernando Aguirre, quien rechazó su dimisión junto a toda la Comisión permanente. 

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En mayo de 1937, la aviación republicana bombardeó Toledo con la destrucción de varios inmuebles y donde muriendo varios vecinos y vecinas. Una de las bombas afectó al local de los Rodríguez en la calle Comercio, sin causar víctimas mortales. Rodríguez destacó por su completo trabajo sobre este bombardeo al documentar las consecuencias en el centro de la ciudad. Ver aquí: https://toledogce.blogspot.com/2023/04/el-bombardeo-republicano-sobre-toledo.html  

Por otro lado, Pablo Rodríguez tenía una destacada afición por el arte y el teatro llegando a participar en varias representaciones antes y después de la guerra. En 1938 viajó al frente de Madrid con el grupo toledano La Farándula para trabajar ante el Bon. de Voluntarios de Toledo representando obras como La venganza de la Petra de Carlos Arniches. El gran éxito del grupo se mantuvo durante todo el año actuando en diferentes localidades y zonas de guerra cercanas a Toledo.

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Familia Rodríguez junto a dos soldados en el estudio fotográfico en 1937. Pablo es el primero sentado por la izquierda.

El reportaje de Rodríguez del 21 de julio y todo su fondo fotográfico se conserva en el Archivo Histórico Provincial de Toledo como legado patrimonial de los fotógrafos toledanos más importantes. Para saber más sobre la Casa Rodríguez después de la contienda os recomiendo los trabajos de Carlos Flores, Rafael del Cerro y la obra de varios autores de 1987 Imágenes de un siglo: Fotografías de la Casa Rodríguez



 

El Batallón de Voluntarios de Toledo en el sur del Tajo (1936-1937)

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La Guerra Civil no finalizó el 28 de septiembre de 1936 en la ciudad de Toledo después del asedio del Alcázar. Las tropas republicanas, a pesar de estar en desventaja moral y ante una enorme desorganización tras su retirada, quedaron establecidas al este y sur del río Tajo. En algunos puntos con posiciones muy cerca de la ciudad, en la zona de los cigarrales y el campamento de Alijares. A través del diario de operaciones del Batallón de Voluntarios de Toledo, y las últimas investigaciones en este ámbito gracias a intervenciones arqueológicas, veamos algunas fotografías interesantes y cómo fueron esos meses de octubre de 1936 a mayo de 1937, cuando se produjo la ofensiva franquista en la cabeza de puente de Toledo y cambió todo el frente por completo.

Fotógrafo en la ermita de Santa María de la Cabeza al sur de Toledo. Foto Alamy.

En 2009, el proyecto Estudio del paisaje cultural de Toledo: Los Cigarrales analizó los materiales y las diferentes estructuras, así como las transformaciones del entorno, que se encontraban al sur de Toledo relacionadas con el periodo 1936-1939. A partir de este estudio se abrió un campo de investigación enorme que ha recuperado para la memoria colectiva los hechos acontecidos en estos espacios, y que durante años habían quedado relegados a un segundo plano. Recientemente, las obras El Frente sur del Tajo. Operaciones militares durante la GCE en la provincia de Toledo 1936-1939 (2021), Sin lustre, sin gloria: Toledo y Guadalajara, frentes olvidados de la Guerra Civil (2023) y Cicatrices en el paisaje: la fortificación de campaña y su evidencia arqueológica en la provincia de Toledo (2023) entre otros han aportado datos sobre las actuaciones bélicas, además del análisis de material, las fortificaciones y recoger testimonios sobre la vida cotidiana de soldados y población civil.

Cartel de reclamo en la plaza de Zocodover del Batallón de Voluntarios de Toledo en 1936. SZ Photo.

Entorno al sur de Toledo: Cigarral de Malpán, Cigarral de Villamarta, ermita de la Bastida, ermita de la Guía, campamento de Alijares, Casa de la Legua.....Fuente IGN. 

Después de retirarse al sur del río Tajo, las fuerzas republicanas de la columna Burillo y Uribarri estaban distribuidas en diferentes localidades como Ajofrín, Orgaz, Mora, Los Yébenes, Aranjuez, estación de Algodor, Burguillos, Nambroca y el campamento de Alijares y varios grupos en Azucaica y Mocejón al norte del río. Sumaban un total de 5255 hombres entre infantería y artilleros con piezas de 75, 105 y 155 a fecha 7 de octubre de 1936. Son unidades variopintas de la Guardia Nacional Republicana, Voluntarios de Jaén, Voluntarios de Murcia, Batallón Thaelmann, Batallón Dimitroff, compañías de los Regimientos León, Wad-Ras, Otumba, etc. Por otro lado, la situación al norte de Toledo tenía peor pinta para lo gubernamentales bajo las órdenes del teniente coronel Arturo Mena con Voluntarios de Cuenca, columna Uribe-Palacios, 5º Regimiento, el batallón Nosotros y la motorizada entre otros elementos en Olías del Rey, Villaluenga y Cabañas de la Sagra.

Estación de ferrocarril en septiembre-octubre de 1936. Fotograma de HMN. 

En Olías del Rey (del teniente Castillo) los boletines de la UGT indican que se produjeron varios actos de indisciplina tras la retirada de Toledo por parte de la columna Tierra y Libertad. Los milicianos anarquistas se negaban a defender a los socialistas después de recibir órdenes de tomar varios puntos elevados. Ante tal negativa y afirmar que solo recibían órdenes de su comité, los efectivos se retiraron hacia Cabañas de la Sagra con el material que tenían en su poder. El enfado de Mena con estos fue bastante sonado, quien añadía «que lo que se defiende es la revolución y no a un partido determinado».

Miembros de la Brigada Motorizada del 5º Regimiento en Cabañas de la Sagra en la carretera de Toledo-Madrid en octubre de 1936. Fotograma de HMN.

Los partes de la CNT reflejan que la desorganización a finales de septiembre e inicios de octubre es generalizada, ya que la aviación gubernamental bombardea al enemigo, pero la infantería no actúa y se retira. EL 5 de octubre la CNT informa que 180 hombres del batallón Moscú del 5º Regimiento han decidido marcharse a Madrid, aunque previamente se les ordenó entregar el armamento. 

A pesar de todo, los republicanos se reorganizaron y contraatacaron sobre Toledo para intentar recuperar la ciudad y el terreno perdido. Ya vimos hace unos años que este contraataque se produjo en varias jornadas a principios de octubre de 1936 y que no tuvo el efecto esperado (aquí). Las órdenes del general Asensio Torrado buscaban estrechar el cerco sobre Toledo y evitar que el enemigo siguiera su avance y alcanzara vías de comunicación hacia Aranjuez y el ferrocarril Madrid-Alcázar. La idea era aproximarse a Toledo y cortar las comunicaciones de los franquistas con Torrijos. Posiciones de partida:

*Columna Frente Toledo (teniente coronel Arturo Mena): Río Guadarrama, estación de Bargas, Olías del Rey y Magán. 

*Columna Frente Tajo (teniente coronel Ricardo Burillo): Mocejón, arroyo Valdecaba hasta carretera de Nambroca-Almonacid. Además, en flanco izquierdo Argés, Cobisa, Burguillos y Nambroca. A esta columna se añaden las agrupaciones de Bernal y Uribarri. 

Posición frente a Toledo en las cercanías del barrio de San Blas (actual Academia de Infantería y residencia de Alijares). Cordon Press.

La reanudación del avance hacia Madrid por parte de los franquistas se produce el 17 de octubre de 1936, hechos que también analizamos en su día (aquí). Las unidades republicanas en el campamento de Alijares recibieron el primer envite y se retiraron hasta Nambroca completamente desorganizados por orden del comandante Germán Madroñero. En la retirada abandonaron material y heridos que «quedaron en poder del enemigo por no tener ambulancias para transportarlos». Uno de estos «desaparecidos» aquella jornada era Alfredo Pérez Navarro del Regimiento de Infantería nº 9, natural de Requena de 23 años. Su familia nunca tuvo noticias sobre él, salvo la notificación como desaparecido aquel día en Alijares. Probablemente acabó enterrado en el cementerio de Toledo, donde también aquellos días eran inhumados soldados franquistas y los ejecutados en la ciudad en el tramo 42.

Otro caído aquellos días fue Medina, cronista de la Tercera Bandera de Falange de Cáceres, quien asaltó el campamento de Alijares el día 17 y falleció posteriormente a causa de las heridas. Dos días antes habían avanzado hasta la ermita de la Guía donde encontraron a la virgen «en un montón de basura».

Comandancia General de Milicias: Alfredo Pérez Navarro (1936). Familia Carrascosa.

Las posiciones republicanas que quedaron establecidas al sur de Toledo estaban relativamente muy cerca de la ciudad. El 11 de octubre un grupo de aviones Heinkel procedente de Talavera bombardeó una pequeña concentración de fuerzas en las tapias de los cigarrales.

Por parte de los franquistas, que fijaron avanzadillas a pocos metros del puente de San Martín, ubicaron ametralladoras y observatorios en puntos elevados como la ermita de la Virgen de la Cabeza. Esta posición fue visitada por periodistas alemanes como Eduard Foertsch, quien fotografió el lugar con su cámara Leica desde varias perspectivas. La segunda imagen es de autor desconocido y se corresponde al mismo lugar en las posiciones de la ermita. El reportero que sujeta su cámara podría ser por sus rasgos físicos el toledano Pepe Rodríguez, del conocido estudio Casa Rodríguez. Añado una fotografía de la familia donde Pepe está de pie y es el segundo por la derecha. 

Puesto avanzado en la ermita de Santa María de la Cabeza en octubre de 1936. Foto familia Eduard Foertsch. 

El reportero gráfico Pepe Rodríguez en la posición de la ermita de Santa María de la Cabeza de Toledo. 

Establecimiento Fotográfico Rodríguez. Grupo Formado por Luis Rodríguez, Faustino Gómez y Pepe Rodríguez (de pie), Pablo Rodríguez, Mari (la cajera) y el «africano» (sentados), 2 militares y 2 muchachos empleados. Archivo Histórico Provincial de Toledo, Fondo Rodríguez. 

El Batallón de Voluntarios de Toledo se organizó tras la finalización del asedio del Alcázar con el comandante Félix Gutiérrez Cano como jefe y con sede en el palacio de la calle Santo Tomé, nº 29 (posiblemente el Palacio de Fuensalida con acceso desde esa calle). Durante los meses de octubre y noviembre de 1936 se crearon las diferentes compañías del nuevo batallón, que a partir de diciembre fueron distribuidas por el frente toledano. El 4 de diciembre de 1936 la 4ª Cía. se trasladaba hasta el campamento de Alijares para realizar tareas de fortificación y el día 10, la 2ª y 3ª compañías, al Cigarral de Malpán (actualmente en las cercanías de Bastida-La Olivilla-Cigarral El Bosque) y Cigarral de Villamarta, para sustituir al Bon. de Infantería de Argel. El 30 de diciembre la 5ª Cía. reforzó las posiciones de Malpán y la 2ª marchó a Alijares para cubrir el sector este.




En diciembre todavía parece que el frente estaba bastante tranquilo. Tanto es así que incluso el periodista Isidro Corbinos, acompañado del reportero Manzano, llegó sin problema desde Cobisa hasta pocos kilómetros de Toledo (leer aquí). 

Sin embargo, a partir de enero 1937 la actividad bélica comenzó a destacar en el diario de operaciones del Bon. de Voluntarios (reseño algunos días clave para hacernos una idea de esta actividad hasta mayo de 1937):

-       8 de enero: la 2ª Cía. informó del movimiento de grupos enemigos a pocos metros de su posición en el cigarral de Villamarta, por lo que se realizaron disparos sueltos y los republicanos contestaron al fuego. 

-       9 de enero: las fuerzas gubernamentales colocaron una bandera a 1km. aproximadamente frente a la 2ª Cía. en Villamarta. La 4ª Cía. en Alijares recibió fuerte tiroteo por parte de tropas enemigas llegadas desde la Cuesta de las Nieves y posteriormente de la Casa de la Legua.

    13 de enero: ataque con fusiles y armas automáticas en Malpán sobre las 19 horas con una duración de media hora y unos dos mil cartuchos disparados. 

-       14 de enero: acción de media hora contra las fuerzas ubicadas en el cigarral de Villamarta también a las 19 horas. 

-     20 de enero: seis milicianos consiguen pasar la línea defensiva y se entregan a la 2ª Cía. en Malpán informando del gran daño hecho a las milicias en el combate del día 14 de enero. 

-     21 y 22 de enero: se rectificó la línea ocupándose la ermita del Ángel y un puesto en la carretera a San Bernardo. Por parte de 43 individuos de la 2ª Cía. en el cigarral de Villamarta se realizó una incursión hasta el cigarral de Salvador Madariaga donde se colocó una bandera. 

-       24 enero: deserción de un sargento y un soldado de la 5ª Cía. en el campamento de Alijares. 

-       El 31 de enero se producía un ataque simultáneo en el sector de Alijares sobre las 16 horas y a las 17:30 contra la 2ª y 5ª Cías. en el sector de Malpán, además de las fuerzas presentes de Bailén y Requetés que sufrieron nutrido fuego de fusilería, cañón y armas automáticas. En Alijares, el ataque principal se produjo por parte de un escuadrón de Caballería enemiga que alcanzó las posiciones avanzadas. El enemigo se reforzó en la Casa de las Nieves y Casa de la Legua donde el ataque «tomó mayor incremento».

     9 de febrero: desde las posiciones republicanas llegó un perro hasta las posiciones avanzadas con prensa marxista y una nota firmada por un soldado del Batallón de Acero. El animal fue devuelto de igual manera al enemigo con prensa de la zona sublevada y una nota escrita. 

-    20 de febrero: dos bombardeos por parte de trimotores republicanos en el sector de Malpán. Las baterías antiaéreas pusieron en fuga a los aviones y el capitán de la 2ª Cía. creyó que uno de ellos fue abatido. El diario El Alcázar confirmaba el derribo de uno de estos aviones en zona republicana y otro averiado que aterrizó de emergencia tras las líneas.

-   24 de febrero: la observación acusa la construcción por parte de los republicanos de trincheras y posiciones para ubicar piezas de artillería para batir la Fábrica de Armas. 

-    22 de marzo: incursión sobre las posiciones republicanas cerca de la ermita de la Bastida.

-  10 de abril: tropas de la 4ª Cía. capturaron a un miliciano en el sector de Malpán. Información que notificó El Alcázar al día siguiente.



El 19 de abril de 1937 se produjo un intenso bombardeo artillero sobre la Fábrica de Armas que fue un detonante más para producirse la ampliación de la cabeza de puente de Toledo el 7 de mayo (sobre el bombardeo y la ampliación podéis encontrar más en la tesis de Ruiz Casero (2021).

El 7 de mayo de 1937, el diario del Batallón de Voluntarios indica el avance general de las fuerzas franquistas hacia el sur describiendo su apoyo desde las posiciones de la ermita de la Guía, Santa María de la Cabeza y Cerro Cortado. En el sector de Alijares se pasó un brigada republicano procedente de La Sisla que fue conducido hasta Toledo para su interrogatorio.

A partir de esta fecha las posiciones al sur del Tajo sufren variaciones hasta estabilizarse el frente, aunque durante los siguientes años los golpes de mano fueron constantes. En marzo de 1939 ya sabemos que se produjo la rotura de todo el frente con la Ofensiva final y la ocupación de todo el territorio al sur de la provincia de Toledo que marcó el final de la guerra.