Arqueoinstante, la exposición

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Hace casi dos años comenzó el proyecto Arqueoinstante. En todas las redes sociales de Toledo GCE, habéis visto parte de este trabajo en conjunto con los compañeros y amigos de Cota 667. A través de los talleres culturales, estudios de nueva documentación, recopilación de nuevas ideas y testimonios, etc, etc. hemos conseguido aunar parte del proyecto en la exposición Arqueoinstante: 80 años del comienzo de la Guerra Civil en Toledo gracias a la colaboración de la Diputación de Toledo, la Biblioteca de Castilla-La Mancha y la Facultad de Humanidades de Toledo (UCLM).




Mijaíl Koltsov y Roman Karmen en Toledo

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En los últimos años, el interés por la Guerra Civil ha ido en aumento. Esto ha generado numerosas publicaciones, nuevas investigaciones, apertura de archivos, documentación, fotografías, etc. El 2016, debido al 80 aniversario, ha sido un año para aproximar a todo el mundo a uno de los capítulos más negros de la historia de España. Uno de esos trabajos es el documental emitido por el canal Discovery Max "España dividida: la Guerra Civil en color". El trabajo de colorear imágenes no es absolutamente nuevo a nivel nacional ni internacional pero es la primera vez que un único documental de la contienda está totalmente editado a color. El documental hace una trayectoria de todo el conflicto de una manera resumida y directa. El trabajo de edición y coloreado es increíble. Evidentemente, el asedio del Alcázar ocupa pocos minutos y las imágenes que aparecen son las que ya conocemos de otros vídeos y documentales. 

toledo guerra civil
Explosión de la mina (captura de pantalla España dividida: la Guerra civil en Color).

Robert Capa en Toledo (Parte III)

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Son numerosas las imágenes que Robert Capa tomó durante su trayectoria como fotógrafo, no sólo durante la Guerra Civil sino anteriormente en su estancia en París, sus viajes a China o la participación en el desembarco de Normandía. Pero en España obtuvo sus principales éxitos que marcarían su vida profesional y exaltarían su figura a la de leyenda de la fotografía. Hoy existen numerosos libros, artículos, documentales, etc. sobre el paso de Capa por España. Diversas investigaciones y teorías de su más famosa fotografía "Muerte de un miliciano", icono de la contienda. En los últimos meses de la guerra fotografió la retirada republicana hacia Francia. Son imágenes que muestran la agonía del Ejército Popular y el sufrimiento de la población civil que huye de las tropas de Franco. En Toledo, sus fotografías, son completamente diferentes. La ilusión por la lucha y defensa de la República están presentes en los milicianos que asaltan el Alcázar, a pesar de la dificultad de tomarlo y finalizar el asedio. Esos sentimientos, podemos intuir, también afloran en el fotógrafo húngaro y lo demuestra con sus fotografías, donde retrata a milicianos y milicianas empuñando las armas codo con codo en las barricadas de la ciudad imperial. 


1936 - 1939. Magnum Photos/Robert Capa

Sin novedad en el Alcázar, la película

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A estas alturas, poco podemos decir de la magnitud que tuvo para España y el resto del mundo el asedio del Alcázar toledano. Los acontecimientos históricos fueron acrecentándose a medida que Franco ganaba la guerra y la maquinaria propagandística española (y no española) movía sus fichas con la resistencia de Moscardó y sus hombres. Como hemos visto varias veces en este blog, la prensa nacional e internacional se hizo eco rápidamente del cerco al antiguo palacio de Carlos V. Era una oportunidad única de poder redactar artículos sobre la guerra en España, fotografiar la destrucción y la lucha en las calles de Toledo e incluso rodar imágenes únicas que, posteriormente, visualizarían miles de espectadores en los noticiarios de todo el mundo. Experimentando la guerra a través de la pantalla. Los republicanos intentaron primero, con la voladura de la mina el día 18 de septiembre de 1936 y el posterior asalto, rodar las imágenes de la toma del Alcázar tras casi dos meses de asedio. Sabemos que la prensa junto a personajes ilustres, políticos, etc. se acercaron a Toledo para presenciar la toma de la fortaleza. Pero la jugada les salió mal. No se acabó con la resistencia y el día 27 de septiembre las tropas de Varela tomaban Toledo y liberaban el Alcázar comenzando así la propia gesta del Alcázar como un mito. La historia cautivó al público, principalmente en Alemania e Italia, países que apoyaron a Franco en su cruzada y con un gran uso de la propaganda. 

Tras la emisión de la película hace poco tiempo en La2 de TVE  he decidido hacer esta entrada pero, centrándonos en otros aspectos. No es un análisis típico de la película con su sinopsis y tecnicismos. Tampoco vamos a entrar en política e ideologías, cada uno que juzgue como quiera el largometraje. Gracias a las escenas de la película, vamos a estudiar diversas localizaciones que desconocemos de las fotografías de época y que aparecen en el film al finalizar la contienda. Para rodar la película se contó con uno de los mejores escenarios para ello. La propia ciudad de Toledo y los alrededores del Alcázar donde se luchó durante el asedio.

El Campamento de Los Alijares y su entorno

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Al establecerse en el Alcázar de Toledo y en los edificios colindantes las instalaciones para la Academia Militar, los terrenos cercanos a la ciudad como el Paseo de la Vega o la zona del Castillo de San Servando eran utilizados por los cadetes para sus correspondientes prácticas del curso. El movimiento de tropas era frecuente y se decidió posteriormente buscar unos campos de maniobras que tuvieran un carácter más estable. En 1887 comienzan a edificarse las primeras instalaciones en los terrenos de Los Alijares, mismo nombre que recibirá el campamento. 

Campamento de Los Alijares a principios del siglo XX (Archivo Museo del Ejército).

El asedio del Alcázar 80 años después

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Este año 2016 se cumple el 80 aniversario del comienzo de la Guerra Civil Española y, por supuesto, del asedio del Alcázar de Toledo. No quería dejarlo a un lado este año y he preparado una entrada especial sobre los restos del asedio que podemos encontrar, en la actualidad, en la ciudad imperial. Son huellas que nos trasladan a un pasado reciente, un hecho que marcó el resto de la contienda y el porvenir del país. Todavía hoy, quedan gran cantidad de estas huellas, muchas de ellas olvidadas y totalmente ocultas, que pasan desapercibido para los turistas y los propios toledanos. Por supuesto, mi opinión, es que debemos conservar estos restos ya que por muy insignificantes que parezcan,  pertenecen a la ciudad y a su propia historia. 



Puerta del Sol

Estos impactos se encuentran en la parte frontal, orientada hacia el este. Hay dos hipótesis que tienen mayor fuerza para explicar el motivo por el cual encontramos impactos aquí: 

1) El día 22 de julio de 1936, la columna Riquelme presionaba contra las fuerzas sublevadas establecidas en el Hospital de Tavera, estas fuerzas se retiraron a última hora del día divididos en grupos hacia el interior de la ciudad y el propio Alcázar. Los milicianos y tropas republicanas persiguieron hasta la entrada, por la Puerta de Bisagra y subida del Arrabal a estos hombres que se retiraban. José Manuel Quirós, el niño que vivía cerca del Arrabal durante estos días,  nos comenta que su madre vio como miembros rebeldes de la Guardia Civil cubrían con una ametralladora la retirada de estas fuerzas desde esta posición, abriendo fuego contra los milicianos que iban apareciendo por la curva del Arrabal. 

2) Cuando Varela está a las puertas de la ciudad y un pequeño grupo consigue romper el cerco del Alcázar, la noche del 27 de septiembre, lo hacen por las inmediaciones del Puente Alcántara, entran entre los escombros de la fortaleza y pasan la noche allí. Al día siguiente es el asalto final contra la ciudad y se suceden los combates en diferentes puntos del casco histórico. Es posible que una fuerza presionara a los republicanos desde las cercanías de Bisagra y entrara por el Arrabal encontrando resistencia en la subida hacia el centro por la Puerta del Sol. Además, muy cerca, se encontraba la sede de la Federación Católica Agraria que se encontraba ocupada por los milicianos de CNT-FAI. 





Algunas marcas que encontramos, tanto en la Puerta del Sol como en la siguiente a esta, la Puerta de Alarcones, son marcas de canteros de época medieval que podemos ver en otras fotografías antiguas de ambos accesos.  




Puente de Alcántara

Es una de las principales salidas de la ciudad, une con las poblaciones al este y sur de Toledo. Posiblemente los impactos que encontramos en el interior de la puerta oriental sean realizados desde la propia ciudad o desde el Alcázar que, por su elevada situación, controlaba el puente. Los disparos posiblemente fueran dirigidos contra los republicanos que huían de la ciudad a finales de septiembre de 1936 ya con las tropas de Varela en el interior de Toledo. Está recogido en numerosos testimonios como los propios defensores del Alcázar dispararon contra los soldados republicanos, milicianos y civiles que por este lado de la ciudad escapaban del Ejército de África. 









Plaza Magdalena 

En las fotografías que se conservan del periodo del asedio del Alcázar, encontramos varias que muestran como esta plaza era mucho menor de lo que es actualmente y por donde circulan los coches ahora había un edificio de viviendas unido a la Iglesia de la Magdalena. La cercanía con el Alcázar produjo la destrucción de este conjunto de viviendas e igualmente la propia Iglesia, que quedó totalmente devastada (actualmente restaurada). Destaca en este lugar el edificio conocido como el Casino. Toda su fachada es un testimonio directo de los combates que se produjeron contra el Alcázar desde las barricadas cercanas a la fortaleza. Encontramos impactos en la puerta, ventanas e incluso en el interior del edificio. Por las últimas noticias parece que en el edificio se abrirán diferentes negocios y empresas, esperemos que respeten por completo todos los restos que encontramos de la guerra civil en el edificio. 













Plaza de San Justo 

Al sur del Alcázar encontramos un laberinto de estrechas calles que dan a esta conocida plaza. Esas calles, en el verano de 1936, estaban completamente cortadas por barricadas y alambradas que evitaban la salida de los defensores del Alcázar más allá de su perímetro defensivo. Ya hemos visto la propia barricada en la Cuesta de San Justo . Con la entrada de Varela en la ciudad y liberación del Alcázar, los legionarios e incluso los propios defensores de la fortaleza, al salir de esta, lucharon dentro de la ciudad durante algunas horas con los pocos republicanos que se quedaron para defender el terreno. La ciudad estaba perdida. 













Plaza Abdón de Paz

Esta pequeña plaza se encuentra todavía más cerca del propio Alcázar y, muy importante, de su torreón suroeste. La Calle Juan Labrador, desde donde partían los túneles de las minas del 18 de septiembre,  conducen a esta plaza. Los impactos que encontramos están muy dispersos, en algunas paredes y ventanas de la propia plaza. Una de las razones con más peso es que fueran realizados durante alguna salida nocturna de los defensores en busca de víveres por las casas cercanas o la búsqueda de los túneles para destruir y acabar con los trabajos de minado. La zona estaba totalmente ocupada por fuerzas republicanas y miembros de milicias. El combate entre ambas partes, aunque escaso, estaba asegurado.
 







Plaza de Zocodover 

Principal protagonista del Asedio del Alcázar. La cercanía con la Academia y los principales centros defensivos de los hombres de Moscardó así como de los edificios en primera línea republicanos, hizo que sufriera una notable destrucción. El Arco de la Sangre fue lo único que quedó en pie durante toda la guerra al este de la plaza y actualmente encontramos el original con restos de impactos y la metralla generada de las explosiones.  










Calle Santa Fe

Como en otras entradas, he señalado que esta calle estaba batida por los defensores del Alcázar. Desde la fachada norte podían controlar prácticamente toda la calle y el paso de fuerzas republicanas por esta. Al destruirse todo el edificio de viviendas de la Plaza de Zocodover, los defensores y atacantes tenían una visión los unos de los otros que hoy en día es imposible. Desde las ventanas altas del edificio actual donde se ubica el Bar El Trébol se hostigaba a la fachada norte y los defensores respondían el fuego. Por este motivo, encontramos desperfectos en la zona alta de este edificio, en los ladrillos. Los edificios del lado este de la calle, según miramos al Alcázar, se encuentran exactamente igual, sus puertas, balcones y ventanas. 










Museo de Santa Cruz

Ocupado desde los primeros días de la sublevación por las fuerzas republicanas, el museo se encontraba en primera línea. Además, se convertía en el punto principal de cualquier asalto contra el Alcázar. Al encontrarse comunicado con el Convento de Santa Fé y este, con el Paseo del Miradero, facilitaba el paso de hombres y material hacia la inminente retaguardia republicana alejada del peligro de los pacos que acechaban desde las alturas del Alcázar. Toda su fachada se encuentra con numerosos impactos de bala de los hombres de Moscardó. En la fachada encontramos la falta de un sillar y alrededor, concentrado en el hueco, numerosas marcas de bala. La portada de Covarrubias está restaurada prácticamente en su totalidad, al igual que algunas partes altas de la misma. En el interior encontramos huellas de impactos en las rejas de las ventanas y en los balcones laterales. Igualmente, en los alrededores del museo  y sus muros encontramos restos de los tiroteos. 




























Edificio Diputación Provincial de Toledo 

En este singular edificio encontramos diversos impactos de bala y metralla. Posiblemente sean de las tropas franquistas al intentar tomar la ciudad en septiembre de 1936 o de los republicanos durante los numerosos bombardeos de 1937 y 1938 principalmente. Para la artillería cercana en los cerros y desde el aire, el edificio es un referente al noroeste de la ciudad. También incluso, durante los primeros días de la sublevación y las fuerzas de Moscardó distribuidas por la ciudad, la columna Riquelme tuvo que ir desalojando focos de resistencia en el interior del casco histórico.
 

















Puerta del Cambrón 

Entrada y salida por el este de la ciudad, a través del Puente de San Martín, que da acceso al sur del Tajo y la zona de Cigarrales. Por esta puerta, a finales de septiembre de 1936 y con las tropas de Varela ya en el interior de Toledo, las últimas fuerzas republicanas abandonaron la ciudad. Líster y sus hombres se encontraban entre los últimos grupos que defendían la zona y salieron con los sublevados pisándoles los talones por el puente. Los impactos que encontramos en la Puerta se encuentran en la parte interna, es decir, están realizados desde el interior de la ciudad y principalmente concentrados en las ventanas. Es muy probable que sean de estas fechas, con algunos grupos milicianos cubriendo la retirada republicana por esta zona. En algunas imágenes en vídeo podemos ver estelas de humo en los torreones de la lucha en la etapa final del asedio.  















Captura de pantalla. Noticiario Luce. 


Alcázar de Toledo

Por supuesto, el edificio representativo de la guerra civil en Toledo también muestra las huellas de los combates. A pesar de la gran destrucción que sufrió todo el bloque principal, se conservan algunas partes del antiguo y original Alcázar como la fachada sur, donde en el exterior encontramos impactos de bala y metralla. En el interior está el despacho de Moscardó o las marcas de metralla en los arcos de la parte sur del patio central. El Museo del Ejército modificó el interior, principalmente los sótanos que se habían conservado, donde ahora se albergan las salas del museo. 














Seguro que todavía quedan algunos restos por descubrir en el interior de la ciudad, estos son los más conocidos y destacados. En el exterior de la ciudad podemos encontrar igualmente restos en el edificio del Hospital de Tavera y en la Fábrica de Armas que sufrió el asalto de la Columna Riquelme en julio de 1936, el asalto de las tropas de Varela en septiembre de 1936 y diversos ataques aéreos y de artillería desde 1937 hasta el final de la guerra por parte de los republicanos. 



Fábrica de Armas de Toledo.