Robert Capa, al fin…durante el asedio del Alcázar de Toledo (1936)
En mayo de 2014, tras un año de actividad del blog, logré identificar las primeras fotografías tomadas por Robert Capa y Gerda Taro en Toledo en 1936. Hasta entonces, solo se conocía una imagen de la pareja en la ciudad. Este hallazgo abrió un nuevo campo de investigación sobre su paso por la Ciudad Imperial durante el asedio del Alcázar de Toledo, suscitando numerosas preguntas clave para construir el corpus de la investigación: ¿Cuándo llegaron? ¿Cuántas veces visitaron Toledo? ¿Con quién y dónde estuvieron? Y, naturalmente, ¿cuántas fotografías realizaron? Todas estas cuestiones fueron obteniendo respuesta poco a poco, durante muchas horas de investigación y análisis de material.
Sin embargo, quedaba algo pendiente: Identificar a Robert Capa en la ciudad de Toledo en 1936. Y siempre ha estado ahí, en una fotografía conocida desde hace casi dos décadas. El reportero húngaro aparece en una de las copias de la Colección Doherty tomada en el claustro del Museo de Santa Cruz.
Milicianos, granaderos y un piloto extranjero en el claustro del Museo de Santa Cruz en Toledo durante el asedio del Alcázar. Colección Vincent Doherty. *A la izquierda, el fotógrafo Robert Capa. |
La Colección Vincent Doherty fue donada en 2007 por sus nietas al Arxiu Comarcal de L’Alt Penedès conteniendo 42 copias positivas realizadas por un reportero desconocido en septiembre de 1936. De igual manera, en diciembre de 2007, las copias digitales se entregaron al Archivo Municipal de Toledo, donde, tras ser catalogadas, se pusieron en línea en su totalidad para consulta pública.
Para definir al completo la identificación del fotógrafo vamos a reunir todo lo que sabemos sobre el célebre tándem de fotoperiodistas y su trabajo en Toledo durante el verano de 1936.
Por ir al grano y hacer más ameno todo, no vamos a repasar la biografía de Capa y Taro, sus seudónimos, ni cómo se conocieron y llegaron a España para cubrir la Guerra Civil.
¿Qué sabemos hasta la fecha?
Robert Capa y Gerda Taro viajaron desde Francia a España a documentar la guerra para las revistas Vu y Regards. A finales de agosto, sin saber fecha exacta, la pareja pasó por Madrid, Talavera y Toledo durante su recorrido hacia el sur para acercarse al frente de Córdoba. Es posible que en Toledo solo estuvieran de paso unas horas o un día como mucho, aunque no podemos confirmar esto por la falta de datos.
Las fotografías que sí se pueden relacionar sobre esta primera parada son las que identificamos años atrás en este blog. Ambos fotógrafos debieron acercarse, casi por obligación, por el cuartel de milicias establecido en la antigua residencia de los Hermanos Maristas para registrarse como fotoperiodistas, comer algo y quizás hasta dormir unas horas. Es en las cercanías del lugar donde tomaron las siguientes imágenes:
Capilla en la iglesia de San Marcos - Calle Ciudad de Toledo. Robert Capa y Gerda Taro / ICP. |
Evidentemente pasaron por la plaza de Zocodover para poder visualizar el Alcázar (es extraño que en ninguna fotografía de la pareja se vea el edificio). En el lugar retrataron a los milicianos, que posaron para los extranjeros en el parapeto de Zocodover. Es en este sitio donde Capa fotografió a Consuelo Hernández «Cuquillo», miliciano del pueblo de Mora de Toledo, con sombrero y gafas:
Grupo de fotografias tomadas en Toledo por Robert Capa y Gerda Taro a finales de agosto de 1936. ICP. |
A principios de septiembre llegaron a territorio cordobés y a las inmediaciones de Cerro Muriano, El Vacar y Espejo. Fue en esta localidad donde tomaron la famosa fotografía «Muerte de un miliciano», icono de la Guerra Civil y del fotoperiodismo de guerra tras su publicación en la revista Life. Este hecho catapultó la firma Robert Capa de manera internacional hasta nuestros días.
Su segundo paso por Toledo fue el 18 de septiembre de 1936 para cubrir la voladura del Alcázar y el asalto republicano. En esa fecha realizaron las fotografías más destacadas, como fue el conocido retrato del joven miliciano en Zocodover, la discusión con el comandante Madroñero en el Museo de Santa Cruz, las milicianas de la calle Armas y el granadero en la barricada de la misma calle.
Grupo de fotografías realizadas en Toledo por Robert capa y Gerda Taro en septiembre de 1936. ICP. |
Sin embargo, es muy probable que estuvieran en la ciudad un par de días más debido a su relación con otros corresponsales y la similitud con el trabajo de estos. Sabemos que el ruso Roman Karmen estuvo en Toledo varias veces, y sus imágenes más importantes fueron captadas el 20-21 de septiembre de 1936. Chim retrató a este con su cámara de cine entre los escombros de Zocodover-Calle Santa Fe. Y en una de las imágenes en movimiento reconocimos a la miliciana y el mismo momento captado por Capa y Taro en la barricada de la calle Armas. Es decir, Capa y Karmen están inmortalizando juntos el mismo momento, además de estar Chim en las cercanías:
Arriba: Fotografía tomada por Capa y Taro en la calle Armas. Abajo: Misma miliciana y momento captado por el cámara Roman Karmen. ICP / British Pathé. |
Este hecho refuerza la conclusión de que la pareja estuvo varios días en Toledo y no únicamente el 18 de septiembre de 1936. El dato es relevante porque las fotografías de la colección de Vincent Doherty donde aparece Capa fueron tomadas en un rango de fechas que coincide precisamente con la estancia de Capa y Taro en Toledo entre el 18 y el 21 de septiembre.
Milicianos, granaderos y un piloto extranjero en el claustro del Museo de Santa Cruz en Toledo durante el asedio del Alcázar. Colección Vincent Doherty. *A la izquierda, el fotógrafo Robert Capa. |
El análisis físico proporciona evidencias sólidas de que estamos en lo correcto: coincide su estatura, y el cabello y su peinado son claves, ademas de la nariz, la oreja, así como la forma de los ojos y las cejas. Por otro lado, no porta elementos típicos de un miliciano, como armas, gorra e insignias entre otros. No obstante, el desafío radica en la imagen que comúnmente asociamos con Robert Capa, quien suele aparecer con una cámara fotográfica, un detalle que, en este caso, lamentablemente, no es visible.
Es la primera vez que podemos ver claramente a Capa en Toledo, y con esta identificación, añadimos un punto crucial a una investigación de diez años que, sin duda, aún nos deparará muchas más sorpresas.
También es la primera ocasión que se tiene constancia de una imagen de Robert Capa en España en 1936 donde su rostro es visible, algo poco común, ya que la única imagen previa atribuida a ese periodo —captada por Hans Namuth y Georg Resiner en Cerro Muriano— lo muestra de espaldas caminando hacia el frente, sin poder confirmarse plenamente su identidad y la de su compañera debido a este hecho.
* Hoy, 20 de noviembre de 2024, incluyo el vídeo del Encuentro Internacional: Robert Capa y la memoria de Europa, lugar en el que durante mi intervención sobre Capa y Taro en Toledo di a conocer la identificación (a partir del minuto 1:34:24):
Hans-Georg von Studnitz en las ruinas del Alcázar de Toledo (1936)
Las imágenes en vídeo de la Hearst Metrotone News que fueron digitalizadas a disposición de todos los usuarios por la Universidad de California y Televisión Archive, además de la cesión a la RABACHT, resultaron ser una fuente de información documental increíble. Además de poder visualizar escenas que en muchas ocasiones no se conocían, ya que no fueron publicadas en los noticiarios originales, la documentación audiovisual ha permitido identificar personajes que gracias a la calidad y nitidez del material antes resultaba imposible.
En este caso se trata de uno de los corresponsales alemanes que visitaron los frentes de España durante la guerra y llegaron a Toledo, junto a una decena más, en septiembre de 1936. Entre todos los periodistas y reporteros gráficos que llegaron a la Península, Hans-Georg von Studnitz era uno de los más desconocidos hasta la fecha en nuestro país, aunque su trayectoria profesional es tan increíble que es digna de llevarse a la gran pantalla.
H.G. von Studnitz abriéndose paso entre Franco, Varela, Moscardó y demás oficiales para tomar una fotografía con su cámara Leica I en la cuesta de San Justo el 29 de septiembre de 1936. Fuente HMN. |
Breves apuntes biográficos
Hans-Georg von Studnitz nació en Potsdam en 1907 en el seno de una familia noble. Su padre era el capitán Thassilo von Studnitz y su madre Anna Maria Schinckel, hija del banquero de Hamburgo Max von Schinckel, socio del Norddeutsche Bank. Es en este mismo banco donde Studnitz comenzó su aprendizaje para trabajar luego en el Banco de Chile y Alemania en Valparaíso en los años 20. En 1926 fue empleado comercial de la compañía de transporte Hapag en Buenos Aires, Nueva York y Berlín. En 1931 fue despedido y comenzó a trabajar como periodista gracias a los contactos de su familia con Alfred Hugenberg, empresario de medios de comunicación y encargado del imperio periodístico de la Scherl Verlag (principal empresa periodística en Alemania). Comenzó a trabajar en Der Tag y como corresponsal en el extranjero de los periódicos de la Scherl, principalmente del diario Berliner Lokal-Anzeiger, en ciudades como Londres, Roma, Viena, Madrid o en países de Oriente Medio y la India donde entrevistó a Gandhi y Nehru en 1937. En 1933 Studnitz se unió al NSDAP (Partido Nacionalsocialista de los Trabajadores alemanes) y posteriormente en la Segunda Guerra Mundial ejerció como asesor en el departamento de propaganda del Ministerio de Asuntos Exteriores junto a J. von Ribbentrop. En el periodo bélico fue responsable de las revistas Berlín-Roma-Tokio y Anti-Comintern. Tras la guerra ejerció su labor profesional en Christ und Welt, Die Zeit, donde informó de los Juicios de Núremberg, y en 1949 dirigió el Hamburger Allgemeine Zeitung. En los años 50 fue redactor jefe de Foreign Policy y Hamburger Anzeiger, además de jefe de prensa de Lutfthansa. En 1966 recibió el premio Heinrich von Kleist de la BdV, la Asociación de Expulsados alemana. Falleció un mes antes de cumplir los 86 años en la ciudad de Rimsting en 1993. Su legado, aparte de miles de artículos en prensa, fueron dos libros de memorias Seitensprünge. Erlebnisse und Begegnungen 1907-1970 y While Berlin burns (diario personal entre 1943 y 1945).
Según sus propias palabras: «Tal vez hubiera preferido vivir en un siglo menos bárbaro si una época de costumbre me hubiera llevado más lejos». En palabras de su hijo: «Mi padre, como se dice en alemán, “estaba bailando en dos fiestas de boda”. Una mitad de él participaba en la vida social de donde provenía: la aristocracia. La otra mitad se escapaba buscando algo más» (A. von Studnitz, While Berlin Burns).
Gandhi y von Studnitz en junio de 1937. Fuente: Seitensprünge. |
El periplo en España y su trabajo ha sido posible estudiarlo gracias a sus memorias y la aportación de otros datos de interés que su familia ha facilitado.
Tras la sublevación militar se dirigió hacia España por avión para cubrir los acontecimientos como corresponsal del Berliner Lokal-Anzeiger. Recorrió durante la segunda semana de agosto de 1936 el frente de Gredos trabajando en Ávila y Burgos. A finales de agosto se entrevistó con el embajador alemán en Paris J. B. von Welczeck. Antes de cruzar la frontera de nuevo se estableció inicialmente en un hotel de Hendaya donde podía observar el puente de Irún y los cientos de refugiados que huían. Desde ese hotel se enviaban las crónicas vía telefónica a las redacciones de medio mundo por parte de los periodistas que allí trabajaban como Sefton Delmer, Ward Price, Pembroke Stephens, Christopher Holmes, Richard Massock, Reynolds Packard, el locutor de radio Kaltenborn, H. Knickerbocker, Roland Strunk y Hermann Fiddickow. Studnitz indica que los periódicos alemanes competían entre sí, pero ellos tenían una gran camaradería ayudándose con los artículos y en tramitar las tarjetas de identificación obligatorias. Su salvoconducto de la Junta de Defensa Nacional, firmado en Burgos por el coronel de Estado Mayor Federico Montaner, le permitió cruzar a España por Irún el 12 de septiembre de 1936. Con Fiddickow mantuvo gran amistad y fue con quien alquiló un coche para viajar juntos y pagar alojamientos a medias sin hacer gastos extras. Para trasladarse de un punto a otro utilizaban viejas y desactualizadas guías turísticas Baedeker o Michelín, ya que las informaciones del mando militar no eran fiables del todo y podían atravesar las líneas enemigas con bastante facilidad.
Junto al general Miguel Cabanellas en Burgos, 1936. Fuente: Seitensprünge. |
En Talavera de la Reina, una vez ocupada por la columna Madrid, se había establecido una oficina de prensa donde los corresponsales seguían las informaciones del avance franquista hasta Toledo. Es aquí donde su relato sobre el final del asedio y la toma de la Ciudad Imperial demuestra cómo fueron aquellas horas para los periodistas y su manera de trabajar. Además, su escrito se corresponde a la perfección con las imágenes donde aparece él en las ruinas del Alcázar y sus inmediaciones. El 29 de septiembre recibieron el permiso para poder entrar en Toledo después de acabar con el cerco las fuerzas del general Varela. Studnitz relata que todavía se oyen detonaciones y ametralladoras por el centro. Son los combates contra los focos de resistencia republicanos en el Seminario y la residencia de los Maristas.
«Nos abrimos paso hacia el castillo. Entre los cadáveres de mulas, entre proyectiles sin explotar y hierro doblado, llegamos al patio principal, en el que aún quedan en pie algunas columnas». H.G. von Studnitz.
En el patio entrevistaron a los sobrevivientes del asedio y Studnitz fotografió con su cámara mientras esperaban la llegada del general Franco junto al resto de corresponsales acompañados por el capitán Luis Bolín y Gonzalo de Aguilera.
«El momento que nadie había esperado vivir se hace realidad. El libertador se aproxima, señales de cuerno suenan, guardias anuncian que Franco ha llegado. Ágil y juvenil, el generalísimo cierra en sus brazos a Moscardó. En los rostros de los defensores, marcados por el sufrimiento y las privaciones, se asoman lágrimas».
H.G. von Studnitz con boina negra subiendo entre los escombros de la fachada oeste hasta el patio del Alcázar el 29 de septiembre de 1936. Fuente HMN. |
En sus memorias, relata cómo envió sus despachos a Alemania ese mismo día para que se publicaran lo antes posible. Tras estar en Toledo entrevistando a los defensores y al propio Franco, además de tomar fotografías, aquella misma noche regresaron a Talavera de la Reina. Allí solicitaron salvoconductos militares para cruzar la frontera hacia Francia. A medianoche del 29 al 30 de septiembre de septiembre, los dos alemanes partieron en un viejo Graham-Paige; uno conducía mientras el otro dormía y se alternaban cada 200 km. Al día siguiente, llegaron a Hendaya alrededor de las diez de la mañana y, seis horas después, Studnitz había redactado todo el material informativo y se había puesto en contacto con la redacción en Berlín. Tras apenas una hora de sueño, la empresa editora Scherl le comunicó que el diario Berliner Lokal-Anzeiger estaba preparando un especial sobre la liberación del Alcázar y que debía entregar treinta páginas con fecha límite del 2 de octubre. Esa misma noche, el 30 de septiembre, tenía todo listo y lo envió para su publicación el 4 de octubre.
Entrevista a un guardia civil defensor del Alcázar frente al Hospital Tavera. Fuente HMN. |
Entrevista a un guardia civil defensor del Alcázar frente al Hospital Tavera. Fuente HMN. |
Tomando fotografías frente al Hospital Tavera. Fuente HMN. |
De igual manera, Studnitz y su profesión tiene otros datos interesantes relacionados con Toledo. Durante su labor como periodista indica que los oficiales de prensa encargados de controlar los movimientos a su grupo de corresponsales fueron el capitán Gonzalo de Aguilera Munro (como se puede ver en el listado manuscrito por el oficial donde aparece von Studnitz entre otros) y Guillermo Pelizaeus y Lantz, alemán de nacimiento y casado con Consuelo de Cubas y Erice, quienes eran los condes del Palacio de la Sisla, y posteriormente él como duque de Tetuán y concejal del ayuntamiento de Madrid. Años antes de la guerra, Pelizaeus fue retratado por Otto Wunderlich en el Palacio de la Sisla, que acabaría muy dañado después de la contienda (leer aquí).
El señor Pelizaeus con su perro en la entrada principal al palacio de la Sisla. Foto Wunderlich (IPCE). |
Sin embargo, las fotografías que realizó aquel día en Toledo no tienen su firma y es por eso por lo que hasta la fecha no se habían identificado. En el repositorio digital de SZ Photo se ha podido comprobar un grupo extenso de imágenes con los créditos de Scherl Verlag (la empresa editora para la que trabajaba él), y estoy convencido que fueron realizadas por Studnitz. Son imágenes que ya vimos años atrás, aunque el autor era desconocido (leer aquí). Os dejo algunas para visualizar el trabajo del periodista en las ruinas del Alcázar, además que también tiene de Talavera, Algeciras en 1937 y las más reconocidas fueron en Guadalajara ese mismo año.
Como se aprecia en la primera fotografía de esta entrada, Studnitz acompañó a Franco, Varela, y Moscardó, junto con todos los defensores y demás oficiales del Ejército, durante su recorrido por las calles de Toledo. En un momento dado, como se observa en el vídeo, el alemán se adelantó a la comitiva y realizó un retrato de los tres militares, el cual se conserva en la colección de Scherl en SZ Photo.
Durante el otoño de 1936, Studnitz regresó a Toledo alojándose en el Hotel Castilla desde donde partían a diario al frente por el norte de la provincia para cubrir el avance hasta las puertas de Madrid. En la misma Ciudad Imperial conoció las noticias del frente de Málaga en 1937 y decidió trasladarse al sur de la Península para regresar a Alemania ese mismo año después de la batalla de Guadalajara, donde realizó un importante reportaje gráfico, aunque no pudo publicar su trabajo por censurarse tras la derrota militar sublevada.
H.G. von Studnitz se suma a la larga relación de periodistas y fotógrafos que ejercieron su labor profesional en España y en concreto en Toledo en 1936.
Estado de guerra: El primer reportaje fotográfico por Foto Rodríguez
Ayer, 21 de julio de 2024, se cumplieron 88 años desde la declaración del estado de guerra en Toledo y del primer reportaje fotográfico del conflicto realizado en la ciudad por Pablo Rodríguez. Las fotografías de aquella mañana, conocidas por todo el mundo, forman parte de la historia de Toledo y del reporterismo gráfico local. En esta nueva entrada vamos a repasar los clichés de la jornada que marcó el inicio de la Guerra Civil española en nuestra ciudad, además de repasar al detalle cada fotografía y la labor del reportero.
Lectura del bando en el patio del Alcázar de Toledo por el capitán Vela Hidalgo. Foto Rodríguez / AHPTO. |
Clichés del reportaje realizado por Pablo Rodríguez el 21 de julio de 1936 en Toledo. Imágenes de un siglo. |
Tres días antes, el 18 de julio, se había conocido por la radio la sublevación militar en África y las guarniciones de la Península, por lo que se estableció la Comandancia Militar en el Gobierno Militar en la cuesta del Carmen. La noche del 18 la Guardia Civil tuvo un enfrentamiento con los primeros milicianos armados de Toledo. El 19 Moscardó recibió las primeras llamadas desde Madrid solicitando el envío de las municiones de la Fábrica de Armas. El coronel, contestando con diferentes argumentos para evitar enviar el material, decidió declarar el estado de guerra tras la amenaza desde la capital de enviar una columna y bombardear Toledo.
A las 7 de la mañana del 21 de julio el capitán de cuartel en el Alcázar, Emilio Vela Hidalgo, fue el encargado de leer el bando en el patio de armas del viejo palacio. En aquel lugar ya se encontraba Pablo Rodríguez, fotógrafo de la Casa Rodríguez y principal reportero gráfico de Toledo. Según las fuentes, el fotógrafo había sido avisado por el propio coronel Moscardó para documentar el acto de proclamación.
El capitán Vela Hidalgo lee en el patio del Alcázar la declaración del estado de guerra en Toledo y su provincia. Foto Rodríguez / AHPTO. |
Aquella mañana, Rodríguez trabajó con su cámara Leica con película de 135 mm de la marca Zeiss Ikon, una reconocida empresa de cámaras y material fotográfico alemana. Sin embargo, el uso de película de 135 mm de Zeiss Ikon era bastante inusual en la época, debido a la presencia en el mercado de otras marcas más destacadas. Es posible que Rodríguez comprara rollos de película cinematográfica para rebobinarla en chasis de 35mm él mismo y usarla con su cámara Leica para los reportajes periodísticos.
A esas horas del día 21 del julio ya había amanecido, y Rodríguez pudo fotografiar perfectamente con la luz natural todo el acto. Realizó varias tomas del grupo presentando armas desde diferentes ángulos destacando al capitán Vela Hidalgo junto a la escultura de Carlos V.
Emilio Vela Hidalgo lee el bando en el patio del Alcázar de Toledo. Foto Rodríguez / AHPTO. |
En las fotografías, además del personal militar de la Academia, estaban presentes miembros de la Guardia Civil que habían llegado de diferentes puntos de la provincia desde el 18 de julio bajo el mando del teniente coronel Pedro Romero Basart. Incluso, como vemos en las imágenes, hay personal civil armado entre los uniformados que procedían de diferentes vinculaciones políticas y se habían sumado voluntariamente a los sublevados desde días antes. Por ejemplo, la noche del día 18, un grupo de manifestantes abrió fuego contra un retén de la Guardia Civil en la plaza de Zocodover tras el discurso radiado de La Pasionaria. La refriega duró hasta las 4 de la madrugada participando miembros de Falange Española y militares de la Academia junto al coronel Moscardó que auxiliaron a los guardias civiles con el resultado de heridos y muertos.
Otro detalle a destacar en las fotografías es la presencia de niños en el patio que podrían ser familiares de los guardias llegados desde los puestos de otras localidades.
Declaración del estado de guerra el 21 de julio de 1936. Foto Rodríguez AHPTO. |
Detalle de los presentes en la lectura del bando oficial en el patio del Alcázar el 21 de julio de 1936. |
Personal civil armado en el patio del Alcázar el 21 de julio de 1936. Foto Rodríguez. |
Tras la lectura en el Alcázar, una sección de Infantería al mando del capitán Vela Hidalgo junto a un corneta y un tambor que marcaban el paso salieron por la puerta principal de la fachada norte para dirigirse a la plaza de Zocodover. Rodríguez, siempre por delante, realizó las fotografías de la salida y la bajada de la cuesta del Alcázar. Son las imágenes menos conocidas tomadas aquella mañana de julio de 1936.
Bajada hacia la plaza de Zocodover por la cuesta de las Armas. Foto Rodríguez / AHPTO. |
En Zocodover, bajo los soportales, voluntarios y guardias civiles acompañaron también a la sección y al capitán Vela Hidalgo, además de los vecinos que con curiosidad y asombro presenciaron el acto. El reportero tomó hasta tres fotografías de este momento, acercándose a Vela Hidalgo y encuadrando toda la escena. Por último, el bando fue leído frente a la sede de la Unión Local de Sindicatos y en la Diputación sin producirse altercados destacando el silencio en toda la ciudad durante aquellos momentos. De estas últimas paradas no hay fotografías.
Lectura del bando en la plaza de Zocodover el 21 de julio de 1936. Foto Rodríguez. |
Familia Rodríguez junto a dos soldados en el estudio fotográfico en 1937. Pablo es el primero sentado por la izquierda. |